En las últimas jornadas, las acciones de Rusia han evidenciado su interés por poner fin a la guerra en Ucrania. De una parte, anunció el inicio de una nueva fase de su operación militar que en términos prácticos implica la concentración de sus fuerzas en el Donbás; de otra, presentó este miércoles un borrador de acuerdo a las autoridades ucranianas, pese a la desconfianza reinante.

En paralelo, el gobierno ruso comunicó que no descarta que la OTAN ataque directamente al país, dada la amenaza que representa la eventual incorporación de Suecia y Finlandia a la Alianza.

Por su lado, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, exigió a sus aliados occidentales que le enviaran armas equivalentes a las que posee Rusia, pues en su opinión, la guerra no ha concluido por esa razón.

Sobre estos asuntos disertó este martes el filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela en la edición 434 de su programa Desde Donde Sea, que se transmite de martes a jueves a las 7:00 pm (hora de Venezuela) por las plataformas de YouTube, Twitter, Twitch e Instagram de LaIguana.TV.

Rusia da pasos concretos para concluir la guerra en Ucrania

Entrando en materia, refirió textualmente lo expresado por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov: «A fecha de hoy le entregamos a la parte ucraniana nuestro proyecto de documento que incluye formulaciones absolutamente claras y desarrolladas. La pelota está en su campo, esperamos una respuesta», dijo a los medios el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El vocero dejó claro que no hay plazos establecidos para la respuesta, pues ello depende enteramente de la parte ucraniana, a la que cuestionó por no mostrar «una gran tendencia a intensificar el proceso de conversaciones».

Pérez Pirela añadió que para sustentar su señalamiento, Peskov recordó que los representantes de Ucrania en las negociaciones cambian permanentemente de posición e incluso se distancian de sus propias propuestas, una opinión que suscribió la vocera del ministerio de Asuntos Exteriores, María Zajárova.

A esto sumó las inquietantes declaraciones expresadas por el expresidente ruso Dmitri Medvédev relacionadas con la preparación de su país para una eventual confrontación directa con la OTAN, formuladas en el marco de la probable adhesión de Suecia y Finlandia a la organización atlantista.

Medvédev, quien en la actualidad es el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, abogó en favor de la investigación aplicada a la industria armamentística, pues es la única garantía con la que contaría el país eslavo una vez se duplique la extensión de su frontera terrestre con la Alianza Atlántica, detalló el especialista.

Recordó, asimismo, que la jornada anterior, Moscú informó sobre el inicio de una nueva etapa de su operación militar en Ucrania y en ese orden puntualizó que el ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Serguéi Lavrov, comunicó este martes que inició la siguiente etapa de la operación militar en Ucrania, cuyo objetivo no es otro que liberar completamente las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, al este del país.

En conversación con India Today, Lavrov señaló que «la operación en el este de Ucrania tiene como objetivo –como ya se anunció– la liberación completa de las repúblicas de Donetsk y Lugansk. Esta operación continuará, la siguiente fase de esta operación especial está comenzando ahora. Y creo que ahora habrá un momento importante durante esta operación especial», sintetizó el comunicador.

En continuidad con lo manifestado por el diplomático, precisó que en esta fase, las fuerzas rusas están considerando la opción de limitarse a usar armamento convencional y subrayó que Moscú no tiene interés en reemplazar a las autoridades ucranianas, como tantas veces se dijo, pues a su parecer las estrategias de cambio de régimen y gobiernos paralelos son propia de la OTAN y no de Rusia.

A este respecto, citó lo puntualizado por Lavrov sobre este tema: «Hemos afirmado muchas veces que queremos que los ucranianos decidan por sí mismos cómo prefieren vivir».

Del otro lado del tablero, acotó que por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, comunicó la noche de este lunes (hora local), que se registraban fuertes bombardeos en el Donbás, lo que permitía suponer que Moscú había empezado su ofensiva definitiva en la zona.

El comunicador hizo referencia a un video que difundiera a través de su canal en Telegram, en el que aseveró que «ahora ya se puede afirmar que las tropas rusas han comenzado la batalla por Donbás, para la que se han estado preparando durante mucho tiempo. Una parte muy significativa de todo el Ejército ruso ahora se concentra en esta ofensiva».

Puntualizó, por otro lado, que las conversaciones de paz siguen estancadas. La última reunión presencial tuvo lugar a finales de marzo en Estambul, Turquía y pese a que entonces se alcanzaron acuerdos que lucían prometedores, el Kremlin acusó a la parte ucraniana de cambiar los términos de las negociaciones por presiones occidentales.

Regresando a la posición oficial rusa, señaló que Lavrov dijo este martes a India Today que Estados Unidos y Gran Bretaña habían usado convenientemente a Zelenski para cumplir su propia agenda, en la que Europa se perfila como un actor de segundo nivel que sigue los dictámenes de Washington y Londres.

Indicó, asimismo, que el canciller ruso cargó contra el mandatario ucraniano por sus sucesivos cambios de posición. «Lo que declara Zelenski depende de lo que bebe o fuma», aseguró al medio indio, ello en referencia a un video difundido a través de medios oficiales ucranianos, en el que se ve a un errático Zelenski hablarle a la cámara desde su despacho.

Aunque no hay manera de comprobarlo fehacientemente, se ha especulado que en el momento de la grabación, el gobernante estaba bajo los efectos del alcohol o de algún estupefaciente.

Sin ánimos de presentar un discurso moralizante, Pérez Pirela recordó que cuando el presidente ruso Vladímir Putin anunció la operación militar en Ucrania, dijo que además de «desnazificar» el país, pretendía liberarlo de «drogadictos», una frase que en su día sonó altisonante, pero que vista la pieza, cobra completo sentido.

De otra parte, enfatizó que más allá de las preferencias personales del señor Zelenski, su conducta es objeto de atención y reclamo, visto que auspiciado por la OTAN condujo a su país a una guerra con Rusia.

La ya revelada apuesta de la OTAN: extender la guerra a toda costa

Pasando a otro tema, el director de LaIguana.TV indicó que según Occidente, el aguacero de sanciones contra Rusia pretende poner fin a la guerra en Ucrania, pero el incesante envío de armas a Kiev apunta en la dirección opuesta.

A su juicio, todo parece indicar que el interés de la OTAN es prolongar el conflicto con el propósito de que Rusia sobreextienda sus capacidades económicas y militares, al tiempo que las compañías estadounidenses dedicadas a la fabricación de armas se llenan los bolsillos con el oro de Bruselas y Kiev.

Así, aunque el presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó el pasado 18 de abril que el objetivo de Occidente es «hacer todo» para que cese la guerra, este martes su administración informó que continuará enviando armamento a Kiev.

Sobre este punto, recuperó lo declarado este martes por el portavoz del gabinete de ministros de Francia, Gabriel Attal: «Seguiremos realizando todas las iniciativas útiles para intentar poner fin [a la operación especial]. Esto significa que, por un lado, continuaremos nuestra ayuda a Kiev, tanto humanitaria, como suministros de armamento de defensa».

A su parecer, vale precisar que Attal subrayó que el gobierno francés insistirá en su estrategia de doble banda: por un lado, presionará al Kremlin con nuevas sanciones y por otro, mantendrá el diálogo con Rusia. Del mismo modo, el funcionario aseveró que Francia pretende erigirse como garante de seguridad en Ucrania.

No obstante, en su criterio, la participación gala en esta esfera de negociación podría ser cuestionada desde Moscú porque el gobierno de Macron adoptó una posición abiertamente parcializada hacia el gobierno de Volodímir Zelenski.

En una línea semejante se pronunció el canciller alemán, Olaf Scholz, quien declaró a los medios que no podía permitirse que Rusia ganara la guerra en Ucrania, por lo que la Alianza Atlántica continuará apoyando «activamente» a Kiev, sin que ello implique su participación directa en las acciones bélicas, indicó.

En lo que a su juicio podría interpretarse como una respuesta a las quejas de Zelenski relacionadas con el envío de más armas, Scholz admitió que sus capacidades bélicas «alcanzan sus límites» y que en tales condiciones, Berlín trabaja junto a la parte ucraniana para elaborar una lista con las armas que está en capacidad de suministrar.

Siguiendo con las acciones emprendidas por Alemania, mencionó que la ministra de Asuntos Exteriores germana, Annalena Baerbock, admitió este miércoles que su país entregó armas a Ucrania en secreto.

Más precisamente, citó, según Baerbock, el gobierno alemán suministró «armas antitanques, [sistemas de defensa aérea portátiles] Stinger y muchas otras [armas] sobre las que nunca» se habló «ampliamente en público para que estos suministros pudieran realizarse de una manera rápida y segura».

Pese a esto y en lo que desde su punto de vista representa una conducta «muy europea», consistente en decir lo mismo y su contrario, la representante diplomática subrayó que tales envíos no hacían de Alemania una parte beligerante en el conflicto.

Noruega y Canadá, también miembros de la OTAN, se sumaron a Francia y Alemania y ratificaron su intención de proveer de armas a Ucrania en el corto plazo.

«Ucrania no va a ganar esta guerra y mientras más armas se den a Ucrania, más se prolongará el sufrimiento del pueblo ucraniano», sentenció.

Por su lado, Estados Unidos informó que en breve comenzará a entrenar a militares ucranianos en el uso de obuses en un tercer país aún no especificado, según sostuviera el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby.

El especialista puntualizó que se trata de la primera acción derivada del más reciente paquete de «ayuda militar» por 800 millones de dólares aprobado la semana anterior por el presidente Joe Biden y que incluía el envío de obuses, pese a que las fuerzas ucranianas no están familiarizadas con su uso.

Según la lista publicada, además de obuses, Washington comunicó que entregará a Kiev helicópteros, drones, transportes blindados y misiles antitanque Javelin. De acuerdo a lo asegurado este miércoles la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, los helicópteros Mi-17 enviados por Estados Unidos a Ucrania posiblemente serán utilizados para atacar a Rusia.

Mencionó también que Zajárova denunció que el dinero recolectado por Occidente por concepto de ayuda humanitaria, en realidad había vuelto a bancos de los países de la OTAN como pago por las armas o por los servicios prestados en el marco de la guerra, al tiempo que «un pequeño porcentaje» de esos fondos había ido a parar «a los bolsillos de figuras corruptas ucranianas», que públicamente se presentan como «defensores de la democracia».

Por su parte, Zelenski no oculta su interés en continuar recibiendo armas de la OTAN e incluso ha condicionado el desarrollo del conflicto al hecho de que Ucrania no disponga de un armamento capaz de hacerle frente al desplegado por Rusia.

En este orden, se permitió citar lo que expresara el gobernante en un video que luego difundieron medios occidentales: «Si tuviéramos acceso a todas las armas que tienen nuestros socios y que son comparables a las armas utilizadas por Rusia, ya habríamos terminado esta guerra. Habríamos restaurado la paz y liberado nuestro territorio de ocupantes».

La inversión de los papeles: Ucrania bombardea a Rusia

Continuando con el análisis, Pérez Pirela puntualizó que pese a los múltiples daños humanos y materiales sufridos, pero en consonancia con lo que parece ser el interés de la OTAN, Ucrania ha decidido provocar a Rusia directamente en su territorio, con ataques dirigidos hacia asentamientos próximos a la frontera común.

El más reciente de ellos tuvo lugar la madrugada de este martes en un poblado de la provincia de Bélgorod y dejó una persona herida y según precisó el gobernador provincial, Viacheslav Gladkov, Ucrania bombardeó el poblado de Golóvchino, localizado a 10 kilómetros de su territorio, si bien no aclaró qué clase de artefactos emplearon las fuerzas ucranianas en la acción.

Gladkov aseveró que más de 40 casas y al menos 36 vehículos han resultado dañados tras los ataques continuados del ejército ucraniano en otra aldea fronteriza de Bélgorod.

Del mismo modo resaltó que el diario estadounidense The New York Times reconoció que a inicios de marzo, el ejército ucraniano bombardeó zonas residenciales de la provincia de Járkov con bombas de racimo, cuyo uso está prohibido desde 2019 por la Convención sobre Municiones de Racimo.

Pese su trascendencia, la difusión de esta clase de noticias en los medios occidentales es prácticamente inexistente y, en su lugar, se insiste en el bombardeo de las fuerzas rusas a ciudades llenas de civiles inocentes, acotó el experto, pues para alimentar esta versión, el canciller alemán, Olaf Scholz, exigió este martes al presidente ruso, Vladímir Putin, el fin del «bombardeo a las ciudades ucranianas», el retiro de las tropas y un alto al fuego.

Entretanto, Rusia ha informado de sus avances sobre el terreno, que incluyen la conquista de la disputada ciudad de Mariúpol, donde se han registrado enconados combates desde el inicio del conflicto.

A este respecto, informó que este martes, el ministerio de Defensa de Rusia lanzó un ultimátum a las fuerzas ucranianas que resisten en la planta metalúrgica de Azovstal, en las afueras de Mariúpol, para que depongan las armas y salvaguarden su vida.

En concreto, indicó, se propuso un alto al fuego entre las dos y las cuatro de la tarde, hora de Moscú para que «todas las unidades del Ejército ucraniano sin excepción y todos los mercenarios extranjeros salgan (de Azovstal) sin armas ni municiones».

Destacó, del mismo modo, que es el segundo ultimátum planteado por Rusia en los últimos días, pues el pasado domingo se ofreció un margen a los combatientes para que se rindieran, pero el propio presidente Volodímir Zelenski rechazó la oferta.

En su opinión, estas declaraciones se han interpretado como una prohibición explícita a la rendición y, en cualquier caso, hablan en favor de la tesis de combatir «hasta el último ucraniano» que impulsa Occidente.

Continuando con las acciones implementadas por Rusia para evitar más derramamiento de sangre en Mariúpol, donde el ejército ucraniano ha sido claramente vencido, indicó que en el transcurso de la jornada de este 19 de abril, Rusia anunció la apertura de un corredor humanitario en las inmediaciones de la planta Azovstal y extendió nuevamente la oferta de rendición a quienes resisten en las instalaciones.

El objetivo, según detalló el Ministerio de Defensa, es procurar una vía de escape segura para los militares ucranianos y mercenarios extranjeros que permanecen atrincherados en el sitio, aunque las probabilidades de que se rindan son escasas porque Kiev ha amenazado con fusilar a quienes lo hagan.

De otra parte, citando medios locales, aseguró que además de combatientes, el lugar alberga a numerosos civiles, que en dichos de Moscú, están siendo usados como escudos humanos.

De regreso a la propuesta rusa, refirió que en un comunicado, las autoridades castrenses aseveraron que las condiciones para la rendición son prácticamente las mismas que se establecieron en las propuestas anteriores: comunicación directa entre las partes rusa y ucraniana, cese al fuego por dos horas a partir de las 2:00 pm, hora de Moscú, y salida de los combatientes sin armas ni municiones.

Para redondear, apuntó que los indicios apuntan a que la guerra no está cerca de terminar, porque el rearme –es decir, la venta de armas– en los países de la OTAN está en pleno desarrollo y tampoco cesan las sanciones contra Rusia.

Rusia resiste las sanciones y la OTAN sigue golpeando

Así las cosas, aunque la política de sanciones contra Rusia se ha agudizado y evidentemente ha causado daños a la economía rusa, este 18 de abril, el presidente Vladímir Putin afirmó que había fracasado la «guerra económica relámpago» a la que apostó Occidente para quebrar la economía rusa, refirió el especialista.

Según Putin, pese a los esfuerzos de los países de la OTAN por derribar la economía rusa, el país ha sido capaz de resistir a lo que llamó «una presión sin precedentes» y ha ofrecido respuestas efectivas frente a un escenario claramente difícil.

Apuntó, asimismo, que entre los argumentos presentados por el mandatario para sustentar su aseveración se destaca la revalorización del rublo, que ha vuelto a cotizarse a los niveles de mediados de febrero, justo antes del inicio de la guerra en Ucrania.

Recordó que el líder ruso enfatizó que además de no conseguir su cometido, Occidente no ha salido indemne del inédito aluvión de medidas coercitivas unilaterales impuestas sobre su país, pues hoy deben lidiar con tasas de inflación y desempleo más elevadas, así como con el deterioro de la calidad de vida de sus ciudadanos.

En favor de lo expresado por Putin, refirió que a pesar de las manifestaciones públicas de rechazo a cancelar los hidrocarburos rusos en rublos, la gigante energética Gazprom aseguró en un comunicado que los volúmenes de exportación de gas a Europa no sufrieron disminuciones significativas durante el último mes.

Así, de acuerdo con un comunicado difundido por la compañía, «Gazprom está realizando los suministros del gas ruso a través del territorio de Ucrania de modo normal, de acuerdo con las solicitudes de los consumidores europeos, de 56,9 millones de metros cúbicos para el 18 de abril».

El analista puntualizó que de acuerdo con información basada en los contratos de tránsito de gas ruso a través del territorio ucraniano, Gazprom suministrará a sus clientes europeos 40.000 millones de metros cúbicos de gas en 2022, lo que en promedio son 109,6 millones de metros cúbicos de gas diarios.

Sin embargo, a su juicio, hay que tomar en consideración que este volumen se ve afectado por las variaciones en el clima, por lo que la disminución del bombeo que se computa a la fecha no puede interpretarse como una caída de suministros y tampoco implica una violación a lo pactado, que se basa en el principio «toma o paga».

Como cabía esperar, en Washington, Londres y Bruselas, estas noticias no fueron bien acogidas y se respondió a ellas con nuevas amenazas de sanciones, aunque está bastante claro que la economía mundial padecerá los efectos de las restricciones y que en ningún caso Rusia caerá sola.

«Sancionan todo, menos el gas; bloquean los bancos, incluso Sberbank, el más grande de Rusia, pero a Gazprombank ni con el pétalo de una rosa», acotó el comunicador, en referencia a la hipocresía de Bruselas.

En el mismo orden y a contrapelo de los pronósticos realizados por analistas de diverso signo ideológico, este martes se conoció que Francia propuso a la Unión Europea aprobar un boicot contra el petróleo y el gas ruso, en un intento para frenar la entrada de divisas al país eslavo, destacó.

«Tanto el presidente francés, como su vocero, están en campaña. Candidato no es gente», fustigó.

Esta propuesta llega a Bruselas de la mano de la administración de Emmanuel Macron, quien aspira reelegirse en segunda vuelta el venidero 24 de abril, aunque está seguido muy de cerca por la ultraderechista Marine Le Pen, quien la prensa hegemónica ha tratado de presentar como una partidaria de Putin, en virtud de su rechazo hacia las sanciones impuestas a Rusia y a la política atlantista.

«Ella dijo: si llego a la presidencia, Francia se sale de la OTAN, como ocurrió durante muchos años hasta que otros presidentes se alejaron de la política nacionalista de Charles De Gaulle, desarrollada después de la Segunda Guerra Mundial», agregó.

De otra parte, en su opinión, tampoco puede dejarse de lado que a París le resulta mucho menos costoso proponer el cese de las importaciones de gas y petróleo procedentes de Rusia, pues la mayor parte de su energía se genera a partir de fuentes nucleares e incluso, según datos oficiales, podría satisfacer plenamente su demanda interna.

Asimismo, en favor de esta idea apunta lo expresado por Macron en una entrevista concedida a un medio local el pasado lunes, en la que admitió que su país puede «presionar» a Moscú con el gas, porque a diferencia de muchos otras naciones europeas, Francia «no lo necesita».

Más precisamente, Macron dijo que «sobre el carbón y el petróleo, estos sectores deben incluirse en las sanciones, porque es la forma de detener la financiación del esfuerzo bélico ruso», por lo que el anuncio de este 19 de abril obedece a una formalización de una decisión ya tomada en el Palacio del Eliseo.

Sobre este mismo tema, refirió que Letonia, país fronterizo con Rusia y miembro de la OTAN, informó que prohibirá por ley la compra gas de procedencia rusa, aunque se prevé que la resolución entre en vigor a fines de 2022.

Trascendió que antes del anuncio, representantes de Riga viajaron a Estados Unidos para negociar con posibles inversionistas un proyecto de una terminal de gas natural licuado, así como la regasificación de la costa letona.

Recordó que la semana previa, Putin advirtió nuevamente sobre el efecto bumerán de las sanciones occidentales, particularmente las que afectan al sector energético, puesto que Europa no tiene cómo reemplazar los hidrocarburos rusos en el corto plazo y su rechazo a los proveedores del país eslavo está trayendo consecuencias indeseables para todo el mundo.

«Esta factura la van a pagar los ciudadanos europeos, no tengan la menor duda», aseveró.

Desde Londres también hicieron anuncios orientados a empeorar la respuesta rusa a las medidas coercitivas unilaterales. Más precisamente, el Reino Unido informó a la víspera que tiene la intención de revocar el estatus de reconocimiento de la Bolsa de Valores de Moscú (MOEX).

Según un comunicado oficial citado por el director de LaIguana.TV,»esto significa que los inversores no podrán acceder a ciertos beneficios fiscales del Reino Unido en el futuro cuando negocien valores en la MOEX, aunque las inversiones existentes estarán protegidas».

En el documento se precisa que con esta decisión las autoridades fiscales de Reino Unido pretenden limitar «el acceso a ciertos tratamientos y alivios del Reino Unido para futuras inversiones en valores negociados» en la bolsa moscovita, añadió.

Con respecto a los ataques del gobierno británico indicó que la secretaria del Tesoro de ese país, Lucy Frazer defendió la medida, asegurando que «revocar el estatus reconocido de la Bolsa de Valores de Moscú envía un mensaje claro: no hay motivo para nuevas inversiones en Rusia».

Pérez Pirela precisó que el gobierno de Boris Johnson justificó la acción, presentándola como una medida de respuesta a las restricciones que impusieran el Banco Central de Rusia y la Bolsa de Moscú a inversores extranjeros.

Según se lee en el comunicado, esto «implica que [la Bolsa de Moscú] ya no opera de acuerdo con los estándares comerciales normales que se esperan de un intercambio reconocido», aunque también se aclara que la decisión no está tomada y podría cambiar si el gobierno ruso levanta las limitaciones que impuso a los inversionistas foráneos.

«Todo lo apenas planteado –más venta de armas a Ucrania, más sanciones a Rusia; todo esto catapultado desde la OTAN–, nos lleva a una conclusión: sí, es cierto, ya Rusia le dio un documento a Ucrania, pero, ¿la OTAN va a parar la venta de armas? ¿Ca a parar la sanciones contra Rusia? No, es un negocio redondo, aunque dicho negocio se lleve en los cachos a muchas economías del mundo y lleve a una situación de lamentable pobreza», dijo para concluir.

(LaIguana.TV)