Ronald Sanders, embajador de Antigua y Barbuda en los Estados Unidos, advirtió que 14 países que conforman la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom) podrían ausentarse de la Cumbre de las Américas, si Washington opta por no cursar una invitación a Cuba y convoca a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, en lugar del presidente Nicolás Maduro.

«Si los Estados Unidos insiste en no invitar a Cuba a esa reunión, eso sería causa inmediata para que 14 países del Caricom no acudan. Eso hace que no tengamos una Cumbre de las Américas», aseguró el diplomático en una conferencia virtual el pasado 28 de abril, antes de que la Casa Blanca informara que no lo hará.

Además sostuvo que «si se insiste en presentar allí a Juan Guaidó como el presidente de Venezuela, eso también resultará en que un número de países no asista», si bien en este caso no ofreció un número.

Sanders cargó contra Guaidó e instó a los países de la región a «poner fin al mito de que Juan Guaidó es el presidente de Venezuela» y avanzar en una agenda de cooperación constructiva y pragmática, que en sus dichos, incluso parece estar desarrollando Washington, más allá de las retóricas de micrófono.

«Unas pocas semanas atrás, en medio de la crisis del petróleo causada por la invasión rusa a Ucrania y las sanciones que siguieron, el gobierno de Estados Unidos fue a hablar con Nicolás Maduro en Caracas, no fue a hablar con Juan Guaidó. Juan Guaidó es incapaz de desarrollar nada sobre Venezuela», ilustró.

En todo caso, a juicio del representante de Antigua y Barbuda, la administración Biden adopta esta posición en virtud de las presiones internas a las que está siendo sometida a partir del tema Venezuela.

En particular, se refirió a las cartas que enviaron algunos senadores al mandatario en la que le solicitaron que cursara una invitación al exparlamentario venezolano, pero Sanders destacó que a la Casa Blanca no le asiste ninguna prerrogativa para decidir a quién se invita y a quién no.

«Ustedes saben que esta no es una Cumbre del gobierno de los Estados Unidos, es una cumbre de todos los jefes de Estado y de Gobierno del Hemisferio Occidental, del cual el presidente Biden es uno más. Ahora, él es el anfitrión, ¿pero eso le da el derecho a los Estados Unidos de decidir quién en América y en el Hemisferio Occidental no debe ser invitado?», cuestionó.

La cuestionable política de EEUU hacia el Caricom pasa por Venezuela y por Cuba

El embajador antillano fue categórico al señalar que el actual presidente estadounidense, Joe Biden, heredó buena parte de la visión y políticas de su predecesor hacia los países del Caricom, en los que la anterior administración vio apenas una ficha para apuntalar a Juan Guaidó como representante de Venezuela.

«Él heredó del anterior presidente, Donald Trump, su virulenta postura anti-Cuba y una actitud igualmente hostil hacia Nicolás Maduro, presidente de Venezuela; insistió en su denuncia de Maduro como presidente de Venezuela y el reconocimiento del gobierno de los Estados Unidos al entonces presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela», externó.

En su exposición, Sanders aseguró que Trump solamente estaba interesado en las relaciones con las naciones caribeñas «fue solo para asegurarse su respaldo en su posición acerca de Venezuela, que él calculaba muy importante para asegurar votos en el sur de la Florida entre comunidades de exiliados en su segunda carrera a la presidencia», para lo cual habría organizado una reunión en su mansión de Mar-a-Lago en marzo de 2019 a la que acudieron cinco líderes del Caribe, «cuatro de los cuales eran primeros ministros de países de la Comunidad del Caribe (Caricom)».

«El propósito era urgirlos para que se alinearan con su gobierno –en oposición a otros países del Caribe— en reconocer a Juan Guaidó y sentar al nominado de Guaidó en la Organización de Estados Americanos como el representante de Venezuela y también para que fuera miembro de los directivos del Banco Interamericano de Desarrollo, en contra de muchos países de América Latina y el Caribe», relató.

De acuerdo con su historia, un par de semanas más tarde —el 9 de abril de 2019— los representantes de los cinco países cuyos altos líderes fueron invitados a Mar-a-Lago, apoyaron una votación en la que se admitió el ingreso de un representante de Guaidó en la OEA por un margen «muy estrecho».

Del lado de Cuba, se refirió a la decisión de la administración Trump —y que la actual no ha levantado—, de incorporar a Cuba en la lista de Estados terroristas y de calificar a las brigadas médicas internacionales cubanas como una forma de trabajo forzado y de tráfico de personas.

En su decir, «el cuestionario del Departamento de Estado enviado a los países del Caribe en diciembre de 2020, incluía una nueva y siniestra sección, en la cual se advertía que cualquier gobierno que continuamente aceptara brigadas médicas de Cuba, podría ser acusado de cómplice de tráfico humano», algo que «no sentó bien entre los gobiernos del Caribe», tanto por haber recibido asistencia médica valiosa de parte de Cuba como por la insinuación «de que ellos colaboran indirectamente con el tráfico humano».

(LaIguana.TV)