Entre ondeantes banderas palestinas, reclamos de justicia y gritos de «te redimimos, mártir», el cuerpo de la fallecida periodista Shireen Abu Akleh fue homenajeado este miércoles en una multitudinaria peregrinación por las calles de Ramala.

Su fallecimiento, que tuvo lugar esta mañana durante una redada del Ejército israelí en Cisjordania ocupada, ha convulsionado la región, donde era conocida por su extensa trayectoria periodística en la cadena catarí Al Yazira y considerada un referente en la zona.

Con las causas de su muerte aún por esclarecer, el cuerpo de Abu Akleh recorrió hoy distintas ciudades palestinas envuelta en los colores blanco, rojo, negro y verde de su bandera.

Tras dos ceremonias fúnebres improvisadas en la ciudad de Yenín -donde un disparo en la cabeza acabó con su vida-, y luego en Nablus, donde se le practicó una autopsia, sus restos llegaron en ambulancia a Ramala, donde la esperaba una conmocionada multitud, que incluyó allegados y periodistas, que constataron entre lágrimas cómo su compañera se convertía hoy en la protagonista de una trágica noticia.

Dentro de la redacción de Al Yazira, en la que tantas veces redactó sus notas, incontables cajas de pañuelos habían sido colocadas en el lugar que normalmente ocupan los teclados de los ordenadores.

El cuerpo salió de la ambulancia sobre una camilla de madera, envuelto en la bandera y con coronas de flores. Tras un breve homenaje a las puertas del canal, fue cargado sobre los hombros de varios hombres que recorrieron las calles de la ciudad seguidos de una estela de gente que lloraba y aplaudía.

A su paso, los habitantes se asomaban desde sus ventanas ondeando banderas o filmando con sus celulares para despedir a la reconocida reportera, de la que solo se asomaban los pies, envueltos en medias blancas. Entre pancartas con el rostro de la reportera, la muchedumbre gritaba al unísono «gracias querida Shireen».

Su entierro está previsto para el viernes, en su natal Jerusalén.

(EFE)