Un total de 694 combatientes del batallón ultranacionalista Azov y militares ucranianos bloqueados en la planta siderúrgica Azovstal en Mariúpol depusieron las armas en la jornada anterior, afirmó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov.

«Los combatientes nacionalistas de Azov y militares ucranianos bloqueados en la planta Azovstal en Mariúpol continuaron deponiendo armas. En las últimas 24 horas, se entregaron 694 combatientes, incluidos 29 gravemente heridos», dijo Konashénkov ante la prensa.

Asimismo, especificó que desde el 16 de mayo un total de 959 combatientes se rindieron, incluidos 80 heridos, 51 de los cuales necesitaron ayuda médica y fueron ingresados a un hospital de la ciudad de Novoazovsk, de la República Popular de Donetsk.

Por su parte, el líder de la República Popular de Donetsk (RPD), Denís Pushilin, afirmó que el futuro de los combatientes ucranianos que fueron bloqueados en Azovstal y se entregaron prisioneros, se decidirá en un tribunal.

«En cuanto a los crímenes de guerra, así como a los nacionalistas que depusieron las armas, su futuro debe decidirlo un tribunal», dijo Pushilin citado por la agencia DAN.

Agregó que los comandantes de más alto rango de los militantes ucranianos permanecen en la acería Azovstal.

La planta Azovstal es el último lugar de concentración de las fuerzas ucranianas en Mariúpol, ciudad situada en la costa del mar de Azov, en el sureste de Ucrania, liberada por los militares de Rusia y la República Popular de Donetsk en abril.

El 16 de mayo el Ministerio castrense ruso anunció haber alcanzado un acuerdo con los militares ucranianos para la evacuación de los heridos de la planta.

Rusia anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una operación militar especial en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al genocidio por parte de Kiev.

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.

Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.

(Sputnik)