La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) muestra una serie de divisiones internas debido al grado de peligrosidad con que observan a las fuerzas armadas rusas.

El organismo que aglutina el poder militar de Occidente presenta algunos desacuerdos internos, sobre todo porque algunos países consideran a Moscú como una amenaza grave, mientras que otros aseguran que esa visión es exagerada, de acuerdo con información del diario estadounidense The Washington Post.

Polonia, por ejemplo, ha pedido que se desplieguen más tropas de la OTAN en su territorio por temor a una invasión rusa. En cambio, naciones como Italia o Francia no creen que eso suceda y desestiman las peticiones polacas.

Los países bálticos también observan con gran alarma un posible ataque del ejército ruso.

A finales de junio, en Madrid, la OTAN deberá decidir cuántas tropas desplegará en los suelos de sus países miembros. Además, también podrían aprobarse las solicitudes de ingreso de Finlandia y Suecia, un hecho que aviva las tensiones entre la Unión Europa (UE) y Estados Unidos con el Gobierno de Vladímir Putin.

«No se puede excluir una agresión militar directa de Rusia contra los aliados de la OTAN«, se lee en un documento enviado por Lituania, Letonia y Estonia a los altos mandos de la organización.

Los Gobiernos bálticos aseguran que Moscú puede concentrar rápidamente fuerzas militares contra la frontera oriental de la OTAN y enfrentarse a la Alianza con una guerra corta y con hechos consumados». Por ello, pidieron que la OTAN despliegue hasta 20.000 soldados por cada país «amenazado».

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha pronunciado en contra de una medida ofensiva y ha dicho en varias ocasiones que tarde o temprano se deberá llegar a una solución pacífica con Rusia y Ucrania, países que mantienen un conflicto geopolítico desde el 24 de febrero pasado.

La operación militar que Rusia lanzó en Ucrania el pasado 24 de febrero empujó a Finlandia y Suecia a replantearse su tradicional política de neutralidad e inclinó la opinión pública a favor del ingreso en la OTAN.

El Ministerio de Exteriores ruso advirtió en reiteradas ocasiones que el ingreso de esos países nórdicos en la OTAN implicaría consecuencias, tanto para sus relaciones bilaterales con Rusia como para el conjunto de la arquitectura de seguridad europea.

El 16 de mayo, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseveró que Moscú no tiene «problemas con estos países» y la expansión de la Alianza Atlántica a Finlandia y Suecia «no crea una amenaza directa para Rusia». A la vez subrayó que la posible expansión de la infraestructura militar del bloque bélico a este territorio podría provocar una «respuesta» de Rusia.

(Sputnik)