El acoso escolar es un fenómeno histórico, pero en los últimos años se ha hecho más visible. Así lo refirió el profesor Fernando Pereira, miembro del Centro Comunitario de Aprendizaje, una organización no gubernamental vinculada al tema de la violencia en las escuelas. 

“Es un fenómeno que vivimos todos cuando éramos niños en nuestras escuelas, pero no lo llamábamos así, aunque el término tiene acuñado más de 40 años. En los últimos años, por lo menos, en el país nos hemos dado cuenta de su existencia, lo hemos desnaturalizado y todavía estamos en ese proceso de identificarlo como una forma de violencia y agresión que merece ser atendido”, dijo. 

Durante una entrevista al periodista Clodovaldo Hernández para el programa Cara a Cara de LaIguana.TV, Pereira destacó que las redes ahora le están dando a este tema la difusión que anteriormente no tuvo. 

Destacó que cualquier condición, forma de ser, expresar y actuar o por orientación sexual, puede ser motivo para ser acosado. “Ahí lo clave es entender que todos somos diferentes y que lo que a uno le puede parecer insignificante, para otro constituye un motivo de algo que nos genera una herida emocional”, acotó. 

“Nada justifica que una agresión de este tipo se materialice y escale por la razón que sea, por la condición que sea. Todos deberíamos ser respetados, independientemente de cómo seamos”, resaltó. 

Al ser consultado sobre qué deben hacer los familiares de los niños acosados, el especialista indicó que primeramente deben hacerle preguntas sobre su vida social y las cosas que realiza en su cotidianidad. Aclaró que los padres y representantes deben evitar revictimizar a los niños con comentarios críticos.  

“Ir al centro educativo, hablar con el docente; si no hay respuesta o medidas efectivas, que nuestro hijo siempre sepa que lo vamos acompañar. Si hay lesiones o amenazas podemos ir al Ministerio Público para hacer la denuncia. En algunos casos también buscar ayuda terapéutica”, agregó. 

En el caso de los niños o adolescentes agresores, Pereira sostuvo que los familiares nunca deben descartar las acusaciones. Incluso añadió que la violencia de los hijos puede ser una especie de espejo de los comportamientos que hay en su entorno familiar. 

“No atenderlo significa darle un mensaje de luz verde de que se puede agredir a otro, de que la familia te va a apoyar y puede ser un camino fácil para que en unos años seamos nosotros mismos víctimas de nuestro hijo, que aprendió que era válido usar la fuerza y la palabra para agredir”, acotó. 

Pereira recomendó a los jóvenes víctimas de acoso comentar a los familiares y docentes la situación que padecen. “El silencio, el aislamiento y la soledad son la mejor combinación para que el acoso se siga perpetuando. Hacer el esfuerzo, sabemos que no es fácil buscar el apoyo”, recalcó. 

(LaIguana.TV)