En su programa Desde Donde Sea, el comunicador y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela ofreció este 26 de marzo un balance acerca del curso de la guerra entre la OTAN y la Federación Rusa que se libra en Ucrania, pues luego tres meses de conflicto abierto, vale la pena interrogarse si se normalizaron las hostilidades. 

A su parecer, esta pregunta es crucial para analizar el futuro de este enfrentamiento, que no es sino el preámbulo para un eventual choque entre Estados Unidos y sus aliados contra China, donde ya las provocaciones en Taiwán van en ascenso y se acusa preparación del lado de Beijing para plantarle cara a lo que hasta ahora luce inevitable. 

Este dato, insistió, no es baladí, toda vez que las provocaciones fueron las que ocasionaron que Rusia se embarcara en una guerra subsidiaria en Ucrania. En su opinión, tampoco puede creerse que las provocaciones son cosa del corto plazo, porque Venezuela tiene dos décadas en permanente acoso, todo ello con el propósito de enfrentar a la población entre sí para apropiarse de los cuantiosos recursos del país. 

A ese respecto, recuperó parte del informe que ofreciera este jueves el representante permanente de Venezuela ante las Naciones Unidas, Samuel Moncada, quien ante la Asamblea Nacional pormenorizó las agresiones emprendidas por Estados Unidos, el gobierno de Colombia y agentes locales de la oposición extremista para derrocar al presidente Nicolás Maduro. 

Refirió que con base en lo confesado por altos funcionarios de la administración Trump, Moncada enumeró más de una veintena de planes que abarcaron invasiones militares, incursiones con mercenarios, sabotajes contra instalaciones eléctricas y petroleras, robo de activos, cerco financiero y financiamiento de bandas armadas en la capital venezolana. 

Aunque la guerra se prolonga, la balanza se inclina del lado ruso

Entrando en el tema central, apuntó que la guerra en Ucrania arriba a su tercer mes y no tiene un final claro a la vista. En medio de enconados combates en todo el este y una parte del sur del país, Rusia ha avanzado posiciones y las fuerzas de Kiev han retrocedido, al tiempo que las conversaciones de paz están suspendidas desde finales de marzo. 

Desde el Ministerio de Defensa de Rusia se aseguró que se cumplirán los objetivos militares previstos, aún pese a las sanciones, a la presencia de mercenarios extranjeros y a la creciente dotación bélica de Ucrania con armamento letal procedente de Occidente, precisó. 

Asimismo, se acusó a los países de la OTAN de lanzar campañas de desinformación sobre las causas reales de la crisis y se insistió en que como preparación para una guerra con Moscú, Ucrania pretendía construir armamento nuclear y biológico con auspicio estadounidense. 

Para Pérez Pirela, estos datos comienzan a echar abajo la narrativa occidental según la cual Ucrania está a punto de ganar la guerra y el relato hará aguas completamente en el futuro cercano, vistos los importantes triunfos que está obteniendo el ejército ruso en el terreno. 

De otra parte, indicó que la Cancillería rusa denunció que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN están haciendo todo lo posible para prolongar el conflicto en Ucrania y volverlo aún más sangriento, según dijera este miércoles la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.

Citando lo dicho por Zajárova, manifestó que «más de 30 Estados, principalmente países de la OTAN, ante el temor de una derrota completa de las Fuerzas Armadas ucranianas, brindan ayuda militar a Ucrania por decenas de miles de millones de dólares», acciones que, en criterio de la diplomática, solamente contribuirán con la destrucción de Ucrania. 

Del mismo modo, vocera advirtió que el incesante envío de armas occidentales al frente, está creando la ilusión de que el conflicto rusoucraniano puede resolverse en el campo de batalla y «no contribuye a la formación de la atmósfera política y diplomática tan necesaria para la distensión».  

«El conflicto no va a acabar si se siguen mandando armas a Ucrania. Esto es la crónica de una muerte anunciada», agregó. 

Así las cosas, huelga considerar que las palabras de la funcionaria no son gratuitas, pues el pasado 21 de mayo, autoridades ucranianas expresaron que no están dispuestas a decretar un cese al fuego para discutir un acuerdo con Rusia. 

En ese orden, detalló que según expresara a Reuters un asesor del presidente Volodímir Zelenski, «Kiev no aceptaría ningún acuerdo con Moscú que implique la cesión de territorio», porque esto sería interpretado por el Kremlin como una señal de debilidad. 

Seguidamente, se permitió citar extensamente el argumento del asesor del gobernante ucraniano: «La guerra no se detendrá [después de cualquier concesión]. Simplemente, se detendrá por algún tiempo (…). Después de un tiempo, con renovada intensidad, los rusos reemplazarán sus armas y fuerzas, corregirán sus errores y comenzarán una nueva operación».

Por su lado, Zelenski reconoció que «indudablemente» se celebrarán conversaciones de paz con Rusia en un formato que aún no se ha definido, aunque ratificó lo señalado por su asesor en relación con la cesión de territorios, aunque un par de días más tarde dijo en el Foro de Davos que solamente aceptará reunirse con su homólogo Vladímir Putin para discutir el fin de la guerra. 

El especialista señaló que desde el gobierno ruso calificaron estas declaraciones como «un esfuerzo de relaciones públicas» e instaron a Zelenski a familiarizarse con la metodología que se sigue para organizar cumbres y suscribir acuerdos, que implica arduas jornadas de trabajo y acciones coordinadas durante largo tiempo.  

Por ello, explicó, aunque el Kremlin afirmó que Ucrania debía dar los primeros pasos para reactivar las negociaciones, el pasado lunes, la Cancillería rusa anunció que las autoridades del país eslavo están estudiando la propuesta de paz presentada por Italia ante las Naciones Unidas. 

Según versiones difundidas por medios italianos, el plan contempla el cese al fuego, la desmilitarización progresiva del frente, la neutralidad de Ucrania y su adhesión a la Unión Europea, la definición del estatus de Crimea y las repúblicas del Donbás, así como la elaboración de un nuevo plan de paz y seguridad para Europa, enumeró el comunicador.

En otro ángulo de la situación, alertó que es claro que Moscú tampoco está apostando por una política de desarme y ante el inminente ingreso de Finlandia a la OTAN, comunicó que crearía 12 unidades militares para hacer frente a lo que considera una nueva amenaza.

Para él, este panorama –que en términos geopolíticos no se diferencia de las razones que esgrimió Rusia para iniciar una guerra en Ucrania para frenar el avance de OTAN– solamente conducirá a otra guerra. 

De regreso al anuncio ruso, comentó que según el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, estas tropas se ubicarán en la frontera occidental del país a finales de 2022 y dispondrán de armamento y equipos militares de última generación. 

Para justificar este despliegue de fuerza, Shoigú indicó que la intensidad de los vuelos estratégicos realizados por la OTAN sobre Europa es 15 veces superior a la que se registraba en 2014, mientras que buques estadounidenses realizan constantemente maniobras en el mar Báltico, sintetizó. 

En cualquier caso, para él resulta relevante que el interés de Estados Unidos y sus países aliados en prolongar artificialmente la guerra, no esté exento de críticas desde sus propias filas. 

Para ilustrar cuán hondo puede ser el cisma entre la estrategia guerrerista de la OTAN y lo que aconseja la política exterior con una perspectiva de más largo plazo, el también director de LaIguana.TV comentó la intervención del exsecretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger, quien instó a Occidente a entablar rápidamente conversaciones de paz y sugirió que Ucrania debía ceder el territorio en conflicto a Rusia para evitar una confrontación directa entre ese país y la Alianza Atlántica. 

Además, Kissinger opinó que la guerra cerró la puerta para que Ucrania se transformara en una nación neutral que sirviera de puente entre Moscú y Europa, como aconsejó en 2014 tras el inicio de la guerra en el Donbás, en lugar de convertirse en la última barricada de la OTAN antes de llegar a suelo ruso. 

Más allá de este parecer individual, analistas coinciden en que si bien las negociaciones iniciaron con buen pie e incluso se aventuró que el conflicto podía acabar rápidamente, Ucrania se levantó de la mesa por presiones de los países de la OTAN, que estarían interesados en sacar provecho económico de las duras sanciones impuestas a Rusia. 

¿La quiebra de Rusia? El plan real de las élites económicas con la guerra en Ucrania

Entrando en las implicaciones económicas, el filósofo venezolano indicó que en paralelo, van cumpliéndose uno a uno los pronósticos que formularon la mayor parte de los expertos: crisis multidimensional en Europa, inflación en todo el mundo y una creciente presión sobre el mercado de alimentos que podría derivar en una hambruna, especialmente en los países del Sur. 

Del otro lado de la mesa –y en claro contraste con la situación occidental–, la economía rusa, indudablemente golpeada por las sanciones, ha logrado capear el temporal y ha conseguido anotarse unos cuantos tantos estratégicos, entre los que figuran la revalorización del rublo, el relajamiento de las operaciones en divisas dentro del territorio de Rusia y la conservación de buena parte de su mercado energético en Europa.  

En concreto, Rusia pudo frenar la caída de su producción petrolera por medio de una nutrida agenda diplomática, que ha incluido la visita de altas autoridades a países exportadores de hidrocarburos como Argelia, Qatar e Irán y el reimpulso de foros regionales asiáticos, puntualizó el especialista. 

Según el viceprimer ministro de Rusia, Alexandr Nóvak, la producción petrolera del país se reducirá a 480-500 millones de toneladas en 2022, frente a los 524 millones que se computaron en el ejercicio anterior. Y aunque esta cifra implica una caída próxima al 9 %, Nóvak se mostró optimista y manifestó que en las actuales circunstancias, «toda cosa puede cambiar», probablemente en alusión a la potencial clientela de Moscú en el Oriente.

De nuevo citando datos oficiales, señaló que Rusia incrementó sus ventas de petróleo a países de Asia-Pacífico, que aparentemente fungirán como intermediarios para que naciones de la Unión Europea que impusieron sanciones puedan comprar el crudo que necesitan. 

En la misma línea, mencionó que agencias occidentales comunicaron que en vista del fracaso de la política de embargo que impulsan las autoridades de Bruselas, Washington propondrá a los ministros de Finanzas del G-7 imponer aranceles sobre el petróleo ruso, mientras que la gigante energética Gazprom informó este 24 de mayo que todas las importadoras de gas de capital griego comenzarán a honrar sus obligaciones en rublos. 

Pérez Pirela resaltó que aunque Atenas no ha hecho pronunciamientos oficiales al respecto, esta acción deja en evidencia que Grecia, país miembro de la Unión Europea, se niega a embarcarse en el boicot contra los hidrocarburos rusos que impulsan vivamente otros miembros de la alianza. 

Según las cifras de la compañía, Grecia importa de Rusia entre el 45 % y el 55 % de todos sus requerimientos de gas, por lo que no pueden cortar el lazo con un proveedor tan importante sin perjudicar seriamente a su población. 

Tras bambalinas –y en concordancia con informes de agencias occidentales como Bloomberg o Reuters– a la fecha, cerca de la mitad de las empresas europeas que tienen contratos con Gazprom, optaron por desoír a Bruselas y pagarán en rublos. 

El analista refirió que puertas adentro, el panorama tampoco es tan catastrófico para Rusia como se había previsto. El desempleo, en lugar de dispararse, descendió ligeramente, las compañías locales continúan satisfaciendo la demanda interna y se decretó un aumento del 10 % del salario mínimo y las pensiones.  

Sin embargo, matizó, el presidente Vladímir Putin admitió que la inflación acumulada en 2022 alcanza el 11 % y destacó que esto no se debe necesariamente a las sanciones occidentales sino que se inscribe en una tendencia global.  

Asimismo, indicó que según Putin, el mayor desafío consiste en reducir la pobreza, un objetivo que ya su administración se había trazado antes del inicio de la guerra al que no planea renunciar.  

La agenda internacional del mandatario ruso también ha estado particularmente movida en las últimas jornadas. El pasado lunes sostuvo un encuentro presencial con su homólogo bielorruso, Aleksandr Lukashenko, considerado su más estrecho aliado regional. 

Además, este jueves participó en la plenaria del Foro Económico Euroasiático, conformado por cinco exrepúblicas soviéticas –Rusia, Armenia, Kazajistán, Bielorrusia y Kirguistán–, que tuvo como temas centrales la integración regional y la cooperación de los miembros con socios externos. 

Sobre este encuentro destacó que en su intervención en el Foro Económico Euroasiático, Putin sostuvo que «cada vez más países del mundo quieren implementar e implementarán políticas independientes» y no se trata solamente de un deseo de Rusia y de China.

Asimismo, indicó que el mandatario aprovechó el escenario para advertir que «ningún gendarme mundial puede detener este proceso global natural» y que tarde o temprano, esos deseos de dominio «simplemente desaparecerán» porque los gobernantes tendrán que hacerle frente a los problemas de sus propias naciones. 

Desde su óptica, el panorama pinta en este momento más arduo para los países europeos que para otras naciones, incluyendo a la propia Rusia, el país más sancionado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. 

Por otro lado, mencionó que para especialistas como el sociólogo Ramón Grosfoguel, tras la guerra en Ucrania y el «suicidio» económico de Bruselas –que sin duda ha tomado decisiones que perjudican sus intereses– hay una trama mucho más siniestra que simplemente quebrar a Rusia: un movimiento de la élite económica global para sobrevivir ante la inevitable debacle del capitalismo. 

Siguiendo las tesis del pensador estadounidense Immanuel Wallerstein, Grosfoguel advierte que hay suficientes evidencias tanto de la caída del imperialismo estadounidense como de los planes que se fraguan en espacios como el Foro de Davos, que en su peor expresión implican la eliminación de miles de millones de personas consideradas como «sobrantes» en el planeta. 

¿Culpa de Rusia? De los crímenes de guerra a la hambruna mundial

Pérez Pirela advirtió que el ataque fundamental de Estados Unidos y Unión Europea se ha centrado en acusar a Rusia de cometer crímenes de guerra y de poner en inseguridad alimentaria al mundo.  

Sin embargo, comentó que en las últimas jornadas, la matriz mediática occidental se ha desplazado de condenar a Rusia por la presunta comisión de crímenes de guerra en Bucha y otras localidades ucranianas a culparla por la crisis alimentaria y riesgo de hambruna mundial que han pronosticado los expertos. 

Para exponer la posición occidental, relató que en el Foro de Davos, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, acusó a Moscú de provocar una hambruna mundial por impedir la salida de barcos desde el puerto de Odesa (al sur de Ucrania) y robar el grano ucraniano. 

Esta versión contrasta con la denuncia que formulara Turquía el pasado fin de semana, según la cual la Armada ucraniana bloqueó 21 buques turcos atracados en ese puerto para usarlos como escudo ante una eventual toma de la ciudad por parte de Rusia y propiciar un enfrentamiento entre Moscú y Ankara. 

En la misma línea recordó que la semana previa, María Zajárova, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, denunció que los países de la OTAN le cobran a Kiev las armas enviadas al frente con los recursos estratégicos del país, incluyendo el trigo y el maíz. 

Los hechos tampoco parecen abonar a los señalamientos de Bruselas, pues Rusia no parece estar interesada en bloquear los puertos del sur de Ucrania, sino en restituir su operación en el menor lapso posible para que las embarcaciones encargadas de distribuir mercancías puedan hacer su trabajo. 

Para fundamentar esta idea, comentó que voceros castrenses de la Federación Rusa informaron que equipos técnicos finalizaron las labores de desminado en el puerto de Mariúpol y en la zona marítima aledaña. 

Más precisamente, este 24 de mayo el Ministerio de Defensa ruso informó que los zapadores de la Flota del Mar Negro concluyeron las operaciones de desminado del puerto de Mariúpol y en la costa próxima al mar de Azov. 

De acuerdo con estos informes, en el procedimiento se desactivaron más de 12.000 artefactos explosivos y se retiraron de la zona portuaria embarcaciones y objetos hundidos que dificultaban la navegación. 

Tras completar esta acción, Moscú ofreció habilitar corredores humanitarios en los puertos del sur de Ucrania para que puedan circular mercancías esenciales hacia el extranjero, especialmente granos, propuesta con la que se pretende paliar los efectos de las sanciones sobre las cadenas de suministro, a las que responsabilizan de la creciente inseguridad alimentaria e incluso de una eventual hambruna.

El anuncio, precisó el analista, no se quedó en palabras, pues este jueves 26 de mayo se se produjo un primer paso en esa dirección, al habilitarse dos corredores humanitarios en los mares Negro y de Azov, con el objetivo de evacuar buques no ucranianos que permanecen bloqueados desde el inicio de las hostilidades. 

De acuerdo con las autoridades rusas, 70 barcos extranjeros de carga pertenecientes a 16 países, tienen semanas retenidos en seis puertos de Ucrania, incluyendo los de Jersón y Odesa. 

Detalló asimismo que los corredores marítimos estarán disponibles diariamente entre las 8:00 am y las 7:00 pm, hora de Moscú. El primero atenderá a cinco de los embarcaderos sobre el mar Negro y permitirá que los barcos naveguen hacia el suroccidente, al tiempo que el segundo conectará de forma segura el puerto de Mariúpol con el mar Negro. 

De regreso a la idea de que Rusia es responsable de la inseguridad alimentaria en el mundo por confiscar el grano de Ucrania y bloquear sus salidas al mar, como sostiene Occidente, el comunicador señaló que esto también puede analizarse en función de la participación de los dos países en el mercado de trigo, el grano más consumido en todo el planeta. 

Si se atiende a las cifras oficiales de 2021, China encabeza la producción mundial con casi 137.000 miles de toneladas métricas. Le siguen India (109.520) y Rusia (75.500), al tiempo que Ucrania se ubica en la sexta posición con 33.000 miles toneladas métricas y su producción antes de la guerra representaba poco menos de un tercio de la de Rusia, explicó. 

Por ello, destacó, sin desmerecer el rol del grano ucraniano, es claro que las sanciones contra Rusia tienen mayor impacto que el bloqueo –hasta ahora temporal– del principal puerto de Ucrania, a lo que se suma que India, el segundo productor mundial, prohibió las exportaciones de este rubro estratégico para proteger a su población del alza de los precios de los alimentos. 

A esta reflexión añadió que mientras que China e India destinan la mayor parte de su producción a satisfacer las necesidades del mercado interno, Rusia lidera indiscutiblemente la lista de exportadores, por encima de Australia, Estados Unidos y la propia Ucrania. 

El sensible tema ya había sido presentado en la sesión de las Naciones Unidas del pasado 20 de mayo. En su intervención, el embajador venezolano, Samuel Moncada, denunció la hipocresía de los países de la OTAN y subrayó el rol de las sanciones en la inseguridad alimentaria mundial. 

Moncada señaló que «no es posible proponer soluciones a la crisis alimentaria mundial y al mismo tiempo trasgredir la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, amenazar la paz y la seguridad internacionales, y violar los derechos humanos de pueblos enteros, especialmente el derecho a la alimentación». 

¿Guerra empantanada y aislamiento internacional?

Para cerrar la emisión, Pérez Pirela quiso discutir el supuesto empantanamiento de la guerra proxy que se desarrolla en Ucrania y el presunto aislamiento internacional al que está siendo sometida Rusia a partir de hechos comunicados sin posibilidad de falsación.    

En primer lugar mencionó que el envío masivo de armas a las fuerzas comandadas por Kiev, tampoco parece haber frenado el avance de Rusia en Ucrania, que en este momento controla casi todo el territorio de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, así una extensa franja del litoral, que comprende el mar de Azov y una porción del Mar Negro. 

Específicamente, Rusia ha afianzado su posición de tal manera en las sureñas regiones de Jersón y Zaporiyia, que ya han empezado a establecerse gobiernos locales favorables a una eventual incorporación la Federación. Del mismo modo, se ha establecido el ruso como idioma oficial –sin desmedro del ucraniano– y el rublo ha comenzado a circular en paralelo con la divisa de Ucrania (grivna). 

Por su parte, el presidente Vladímir Putin firmó un decreto de simplificación de trámites para los residentes de esas provincias que deseen obtener la ciudadanía rusa, similar al que permitió la nacionalización de cientos de miles de habitantes de Donetsk y Lugansk.  

A su juicio, estos informes dan cuenta de un control territorial e institucional efectivo por parte de Rusia y sus aliados locales en el sureste de Ucrania, al tiempo que dejan en evidencia la debilidad de las autoridades de Kiev en un eventual proceso de negociación, porque de acuerdo con los datos disponibles, las fuerzas leales a Volodímir Zelenski no han alcanzado a frenar el avance de Rusia sobre el Donbás y más allá. 

Sobre esto último, comentó que en términos de política exterior, tampoco han conseguido un respaldo mayoritario a las sanciones y vetos contra Moscú. En América Latina, donde la influencia estadounidense es histórica, Washington no ha logrado que las naciones adopten masivamente la retórica de condenas, sanciones y señalamientos contra el Kremlin, ilustró. 

Según fuentes de la inteligencia rusa –a las que los hechos otorgan credibilidad–, el tema se ha convertido un motivo de interferencia en las relaciones bilaterales y ha puesto en vilo el éxito de la venidera Cumbre de las Américas, que se celebrará en pocos días en los Estados Unidos, dijo para concluir. 

(LaIguana.TV)