Todos tienen diferentes manías a la hora de disfrutar de ciertas comidas o bebidas; algunos se comen la hamburguesa o la pizza con cubiertos, otros toman sus refrescos con pitillo o prefieren los que vienen en envases de lata o vidrio antes que los plásticos, en fin, todo es cuestión de gusto.
Sin embargo, algo en lo que casi todo el mundo concuerda tiene que ver con las famosas galletas Oreo. La mayoría de quienes las consumen, si no todos, deciden separarlas para llegar directo a la crema que está en medio, truco que se mantiene vigente con el pasar de los años.
Quien haya probado este tradicional pasabocas sabrá que es casi una obligación hacerlo; y los que lo han hecho, siempre guardan la esperanza de que la crema quede dividida, en partes iguales, en ambas galletas.
Pese a los millones de intentos que seguramente se dan a diario, nunca nadie ha logrado este hito, y por el contrario, la ciencia le acaba de poner punto final a las ilusiones de quienes aún guardaban la esperanza de conseguirlo.
El portal Lasexta.com recogió un estudio realizado por los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) con el que buscaron dar el giro perfecto a las galletas tipo sándwich, para que la crema quedara repartida equitativamente en cada una de las obleas.
Tal fue la pasión que le imprimieron a su estudio que desarrollaron un ‘Oreómetro’, un dispositivo impreso en 3D que se encargaba de realizar diferentes tipos de giro buscando lo imposible.
Según concluyeron los investigadores, la crema siempre se va a adherir con más firmeza sobre la galleta donde inicialmente se puso, antes de ser cubierta por la otra parte del famoso postre.
“A la hora de elaborar estas galletas, una bola de crema se pega directamente sobre una de las dos obleas y luego la otra galleta se pone encima del relleno. Aquí intervienen dos factores: por un lado, que se aplique directamente sobre una parte y, por otro, que no se haga al mismo tiempo. Es esta pequeña demora la que podría causar este efecto”, explica el diario que recogió el informe.
Ahora, este estudio no significa que se acabe la tradición, simplemente podrá seguir disfrutándola sin preocuparse en qué parte de la galleta quedó más crema.
(Pulzo)