La semana informativa en América Latina comenzó con los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, en las que el candidato del Pacto Histórico consiguió, como se esperaba, la primera posición.

De otro lado, el ascenso a la segunda casilla de Rodolfo Hernández, presunto candidato independiente, tomó por sorpresa a un sector, que aspiraba que el abanderado del uribismo Federico «Fico» Gutiérrez fuera el contendor de Petro en la segunda vuelta.

Sobre estos resultados, cuya explicación va de la mano de las transformaciones internas que se han sucedido en Colombia, conversó este 31 de mayo el comunicador y analista político Miguel Ángel Perez Pirela en su programa Desde Donde Sea junto a la periodista colombiana Patricia Villegas, directora de la cadena multiestatal teleSUR.

En primera instancia, Villegas aclaró que lo que sucedió no fue tan impredecible, porque durante las últimas dos semanas de campaña se venía advirtiendo acerca de esa posibilidad, dado que el uribismo no había logrado capitalizar votos adicionales de los partidos tradicionales.

En sus dichos, pasó meses preguntándose cuál sería el candidato real del uribismo «y resulta que tenía varios», que se fueron mostrando uno a uno, según demandaba la situación.

A este respecto, explicó, como su primer candidato, Óscar Iván Zuloaga, se «quemó» en las elecciones primarias del pasado marzo, el exmandatario presentó su segunda carta (Gutiérrez), un paisa como él que no logró levantar cabeza frente a un fenómeno político como Gustavo Petro.

Estas condiciones, aseguró, hicieron que se activara el «Plan C», es decir, Rodolfo Hernández, falsamente vendido como un ‘outsider’ de la política aunque claramente identificado con un cierto discurso aspiracional con gran capacidad de incidencia en sectores poco ideologizados.

Para fundamentar este punto de vista, la comunicadora precisó que en las últimas dos semanas de campaña, el Partido Conservador, aliado histórico del uribismo, echó sus huevos en la canasta de Hernández apelando a su maquinaria en bastiones tradicionales del centro del país.

Hernández, el peor contendor para Gustavo Petro

A juicio de la presidenta de teleSUR, Hernández es una figura que resulta difícil de catalogar y que al ser representante de las fuerzas políticas aglutinadas en torno a la figura de Álvaro Uribe Vélez, no conviene subestimar, pues cuenta con posibilidades reales de llegar a la Casa de Nariño.

Así, advirtió que este resultado electoral de la primera vuelta demostró que cuando Uribe opera en las sombras, es igual de hábil que cuando lo hace a cara descubierta, lo que representa, a no dudarlo una desventaja para la campaña de Gustavo Petro y Francia Márquez.

Villegas recordó que el uribismo, aunque no vive sus mejores días, es una fuerza que logró introyectarse no solo en las estructuras políticas colombianas, sino en la mente de los ciudadanos, condición que garantiza la continuidad de cualquier momento político.

Para el Pacto Histórico, el hecho de que Rodolfo Hernández sea contendor de Petro hace que el antagonismo se diluya. El éxito de esta estrategia, asegura, es que la gente común no ve a Hernández como el «Plan C» del uribismo.

Del lado del este candidato, los respaldos abiertos del uribismo y la suma de votos procedentes de los partidos tradicionales, también representa un plomo en el ala, porque contradice enteramente su discurso de ‘outsider’, de personaje alejado de la forma tradicional de hacer política en el vecino país.

A esto sumó que Hernández tiene la ventaja de hablar popularmente y tener éxito en una red social como TikTok, enfocada enteramente a la diversión, con lo que ha logrado captar la atención del voto joven en los sectores menos ideologizados, que ven en el septuagenario a un semejante que les habla en su propio idioma, con sencillez y en clave cómica.

Estos actores contrastan con los que pertenecen al mismo segmento etáreo, pero que depositó su confianza en la dupla Petro-Márquez, entre los que se hallan los protagonistas del estallido social de 2021 y las víctimas de la represión desatada por el gobierno de Iván Duque.

En este escenario, la periodista aseguró que Petro tiene delante de sí un desafío, pues debe encontrar una clave para hablar ya no desde la racionalidad, como suele hacerlo, sino desde la emocionalidad positiva y constructiva, so pena de que el uribismo logre mimetizar a Hernández y Colombia deba aguantar otros años de gestión deficiente y violadora de los derechos humanos.

En su criterio, en el Pacto Histórico deben esforzarse por no desdibujar a su candidato –quien se expondría al ridículo, de intentar responder a Hernández desde el TikTok–, pero inyectar emociones a sus argumentos, que si bien cuentan con una base de votantes amplia y sólida, esta no resulta suficiente para que se haga con la victoria en la segunda vuelta.

Por ejemplo, uno de los puntos en los que Petro y el Pacto pueden anotarse algunos tantos, es en el combate del discurso machista defendido por Hernández, pues el mundo de vida popular colombiano está lleno de mujeres que no están en sus casas dedicadas a labores de cuidado bajo el respaldo económico de sus maridos, ilustró.

Otro aspecto que en su opinión debe considerarse es que en las primeras vueltas, las personas respaldan planes de gobierno y candidatos, mientras que en los balotajes, un segmento importante de los votantes –siempre decisivo– se decanta por votar «en contra de», más que «a favor de».

De este modo, en las tres semanas que faltan hasta la realización de la segunda vuelta de los comicios, las campañas se enfocan en capturar a nuevos votantes, tanto de otras opciones como entre la masa de abstencionistas.

De regreso a la caracterización de Rodolfo Hernández en tanto candidato, la profesional de la comunicación afirmó que es un uribista, pero no es el candidato «oficial» de Uribe, pese a que hay pruebas de que efectivamente lo es.

Su insistencia no es gratuita, porque a contrapelo de las matrices mediáticas, Patricia Villegas alerta que pensar que el expresidente Álvaro Uribe Vélez y su movimiento político están derrotados, es un error y una sobresimplificación del complejo escenario que estará presente en esta fase de la campaña, aún a pesar de la derrota sufrida por su candidato oficial el pasado domingo.

Villegas recordó que 16 años atrás, cuando ya era pública su política de exterminio, muchos colombianos se negaban a reconocerla y esa base electoral se mantuvo firme hasta el estallido social de 2021, cuando se dio la que en su juicio fue la primera muestra masiva de rechazo hacia esa tendencia política.

A su parecer, las consecuencias de esto se han hecho notar, pues Uribe se vio forzado a activar hasta el «Plan C» –es decir, la candidatura de Rodolfo Hernández, muy eficaz para enfrentar a Petro desde la disputa de su bandera central, el cambio– y muy seguramente tiene un «Plan D», que en sus dichos, consistiría en dificultar la gobernabilidad de Gustavo Petro, si resultara ganador en la segunda vuelta.

Matizó, no obstante, que esta agenda es en este momento secundaria, porque ahora ese bloque está concentrado en ganar por la vía electoral, como antes lo hizo el propio Uribe.

¿Quién va a la caza de los abstencionistas?

Desde el punto de vista de Patricia Villegas, si bien los dos candidatos están obligados a aumentar su votación de cara al balotaje y ambos tienen la capacidad para movilizar a una porción de los abstencionistas, para el Pacto Histórico resulta fundamental hacerlo y ya ha anunciado pasos concretos en esa dirección.

A ese respecto relató que en émulo de lo que suele hacer el Partido Socialista Unido de Venezuela para activar sus votos en procesos electorales, en la coalición izquierdista se solicitó a sus militantes conseguir cinco votos adicionales, tanto entre quienes no acudieron a las urnas el pasado domingo como entre los que apoyaron a otros candidatos en la primera vuelta.

En contraste estima que si bien Hernández procurará pescar votos entre los abstencionistas, su estrategia de crecimiento electoral se amparará mucho más en el trasvase de los votos que le puedan llegar producto de las alianzas con partidos tradicionales.

El otro desafío para Gustavo Petro es conseguir que los votantes que le respaldan puedan ejercer su derecho al voto, pues el sistema electoral colombiano no dispone de centros cercanos a la mayoría de los electores, sino que estos deben desplazarse a megacentros y sufragar entre las 8:00 am y las 4:00 pm, pues no se contemplan prórrogas, ni siquiera en el caso de que las personas estén esperando en la cola.

El determinante rol de Francia Márquez

Para la comunicadora colombiana, la fórmula de Petro, Francia Márquez, jugará un rol determinante en esta campaña de cara al balotaje, como antes lo fue para la primera vuelta.

A su juicio, esto se debe a que ella sí representa al ‘outsider’ de la política y proviene de las bases más populares, pues ejerció como trabajadora doméstica en la ciudad de Cali y estudió en la universidad a cuentagotas porque no tenía para pagar la matrícula, por lo que es capaz de conectar sin mayor esfuerzo con el sentir de las mujeres populares e incluso, de las clase medias bajas.

Le atribuye además «una frescura» que contrasta con la seriedad y racionalidad de Gustavo Petro, al tiempo que es una viva representante de la otra Colombia, que se echó a las calles durante el estallido social; es el rostro de la Colombia que lucha, que no se resigna a las arbitrariedades del sistema.

Ese perfil tan particular, sostiene Villegas, le da herramientas para ir a las emociones de su potencial electorado y aportar nuevos votantes, que podrían resultar claves para garantizar el triunfo del progresismo en la nación neogranadina.

Colombia no necesariamente votará igual en el balotaje

Patricia Villegas advierte que el resultado-fotografía del resultado electoral del domingo en las regiones colombianas, no necesariamente se repetirá el próximo 19 de junio, porque entre otras cosas se trata de una elección en la que la polarización y la confrontación están diluidas.

En ese orden indicó que si bien los 8,5 millones de votos que consiguió la fórmula Petro-Francia son sólidos, hay que considerar que no forzosamente se extenderán hacia otras zonas del país, particularmente donde la incidencia del voto clientelar es alta y donde las estructuras de compra de votos desplegarán todos sus recursos para evitar el triunfo de la coalición progresista.

En los sectores populares de la capital, puntualizó, le va bien a los dos candidatos, lo que significa que es un espacio de disputa en el que el Pacto Histórico tendrá que trabajar arduamente una ventaja, mientras que Medellín, segunda ciudad del país y cuna del uribismo, se respaldó ampliamente a «Fico» Gutiérrez y se espera que en el balotaje, la mayor parte de esos votos se sumen a Rodolfo Hernández.

Más allá de esas matemáticas que parecen a simple vista bastante sólidas, la periodista colombiana puso algunas tildes con respecto al efecto de la campaña en el comportamiento de los votantes.

Por ello, convidó a deslastrarse de las frases hechas como que Hernández carece de proyecto político –sí lo tiene y lo presentó muy simplificadamente a su audiencia en un hilo de Twitter, en el que de paso trató de desmarcarse del uribismo– o que es el «Trump colombiano».

Estas etiquetas, desde su punto de vista, son acaso parcialmente ciertas y hacen que la mayoría pierda de vista otros asuntos importantes como el hecho de que no es un ‘outsider’ de la política, pero es un recién llegado a la política nacional, frente a un Gustavo Petro que tiene dos décadas en el ojo del huracán.

Por tal motivo, sostiene, su mensaje de candidato rupturista cala y el propio Petro, cuyo mensaje central es la promesa de cambio, casi luce viejo y desgastado frente a Hernández de 77 años.

Del mismo modo, en su criterio también huelga prestar atención a las razones por las cuales Rodolfo Hernández ha declinado sistemáticamente a participar en debates y al ser Gustavo Petro su contrincante, es casi seguro que no cambiará de opinión.

Así, es cierto que detrás de la negativa está el hecho de que Hernández no tiene cómo debatir realmente con el candidato del Pacto Histórico, que es una persona estructurada y tiene un programa de gobierno muy trabajado. Sabe que está disputando voto a voto con el progresista y no se expondrá a un escenario claramente desfavorable.

No obstante, este estilo comunicacional está en la antípoda de la propuesta de Hernández, que rápidamente ha despachado a quienes le han recriminado o preguntado por qué no expone en detalle sus propuestas, con frases cortas y efectivas relacionadas con la ausencia de tiempo para presentar rigurosamente lo que planea hacer.

Este enfoque claramente está dirigido a un segmento de los sectores populares menos ideologizados –que también forman parte del target de Petro– y en menor medida hacia la élite conservadora, que no necesita otra razón para apoyarlo que impedir que el progresismo se imponga en las urnas.

En síntesis, Patricia Villegas destacó que a sus 77 años, Rodolfo Hernández es un adversario importante y no es prudente caricaturizarlo con sus dislates, que solo importan a las personas ideologizadas y no a sus votantes, a los que lo que les importa que les diga que quitará la plata a los corruptos para financiar planes de gobierno.

A este sector tampoco parece importarle que el exalcalde de Bucaramanga tenga procesos judiciales abiertos por corrupción cuando ha prometido luchar contra este flagelo, y muchos aprecian que sea un hombre adinerado que aparentemente mira hacia los pobres, en un país en el que la mayoría no es capaz de generar ingresos que le permitan satisfacer con holgura sus necesidades.

(LaIguana.TV)