Mercenarios estadounidenses que participaron en las tramas para asesinar al presidente Nicolás Maduro e invadir a Venezuela se encuentran ahora incorporados a los grupos supremacistas blancos ucranianos, según investigaciones realizadas en el propio Estados Unidos. 

Al menos dos de esos asesinos a sueldo han intervenido en estos dos escenarios internacionales a pesar de que están acusados en Estados Unidos por delitos comunes, como el homicidio y el robo.  

“De nuevo entran en la palestra pública mercenarios que intentaron entrar aquí por solicitud del gobierno fantoche de Juan Guaidó. Se ha revelado que existe un vínculo directo entre esos personajes y los que ahora están en Ucrania”, dijo Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde Donde Sea. 

Informes de la prensa estadounidense revelaron este martes que además de armas y dinero, Washington y sus aliados están enviando una mercancía todavía más siniestra a Ucrania: mercenarios pertenecientes a grupos supremacistas blancos con participación comprobada en acciones sediciosas contra Venezuela, que se han sumado a organizaciones neonazis como el batallón Azov, el Sector Derecho y la Legión Nacional Georgiana.  

El análisis del día tocó este punto, así como la decisión de la Unión Europea, luego de dos meses de debates, de aprobar el sexto paquete de medidas coercitivas unilaterales contra Rusia, que consiste en vetar dos tercios de las importaciones de crudo siberiano en el bloque antes de que acabe el 2022.  

Para echar a andar esta nueva ronda de restricciones y muy a su pesar, Bruselas tuvo que ofrecer garantías adicionales a Hungría y permitir que ese país, República Checa y Eslovaquia continúen comprando petróleo a Moscú, bajo sus condiciones y a precios cada vez mayores, dadas las implicaciones que este embargo tiene sobre el mercado energético global.  

En paralelo, occidente avanza en la creación de una arquitectura jurídica que le permita hacerse con los activos rusos –públicos o privados– para financiar la economía ucraniana, culpar al Kremlin de la creciente inseguridad alimentaria en el mundo y continuar enviando armamento pesado al frente de batalla.  

Como es habitual, inició la presentación de la investigación mostrando la caricatura de Iván Lira, exclusiva para LaIguana.TV, El Iguanazo, en la que se estrechan una mano con traje civil y otra con uniforme militar (con los colores de Estados Unidos), pero una tercera mano, del lado del personaje uniformado, apunta con una pistola. El civil expresa: “Estados Unidos militarizó su diplomacia” y del otro bando le responden: “¡Cállate o disparo!”. 

“Esto nos hace pensar en Josep Borrell, el diplomático más alto de la Unión Europea, quien dijo que el conflicto de Ucrania no se iba a resolver con diplomacia, sino en el campo de batalla”, dijo Pérez Pirela.  

Asesinos dentro y fuera de EE.UU.

Un informe del portal independiente estadounidense The Gray Zone evidenció que un mercenario identificado como Craig Lang que en este momento está en el frente ucraniano, se autoalistó como «voluntario» para derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro y «matar comunistas» junto a su colega Alex Zwiefelhofere, en una fecha no especificada del año 2018.  

“Estuvieron aquí con las intenciones de asesinar al presidente Maduro y ahora está en Ucrania”, acotó el moderador. 

Según la acusación formal del Departamento de Justicia de Estados Unidos citada por el medio, «para financiar su expedición y asegurar armas y municiones, el par [de mercenarios] publicó un anuncio en el que afirmaba que estaban vendiendo armas. Cuando una pareja de Florida respondió, viajaron al estado del sol y los asesinaron en su propia casa, robándoles 3000 dólares».  

La reportera de teleSUR Madelein García fue de las primeras en alertar sobre estos mercenarios de EE.UU. en Ucrania, al mencionar que el hallazgo de este personaje se produjo en el marco de una investigación más amplia.  

García informó a través de su cuenta Twitter sobre las indagaciones periodísticas de Alex Rubinstein. Luego de lo ocurrido en Florida, los implicados arribaron a Cúcuta y «se unieron a una banda de insurgentes que buscaban atacar al ejército venezolano». Con este dato, que fue corroborado con información oficial estadounidense, queda fuera de cuestión que ambos participaron en el intento de invasión a Venezuela desde Colombia perpetrado el 23 de febrero de 2019.  

No está claro cómo lograron evadir la justicia y reaparecer en otro país, meses después de asesinar a dos personas. No obstante, la suerte de Zwiefelhofer se acabó cuando regresó a Estados Unidos tras el fracaso de la tentativa sediciosa en Venezuela, porque fue apresado de inmediato.  

Lang, por su parte, se las arregló para que el FBI no lo contactara por su responsabilidad en los crímenes de Florida y tampoco por las acusaciones por previos crímenes de guerra en el Donbás (que data de 2014) mientras estaba adscrito al grupo neonazi Sector Derecho, pese a que tenía un expediente abierto por ese motivo. 

Tampoco ha sido explicado por qué se le dejó abandonar territorio estadounidense y aún no ha sido capturado, a pesar de la orden de extradición que pende sobre su cabeza.  

De acuerdo con este reporte, pareciera que la justicia estadounidense está dispuesta a mirar a otro lado, al menos por un tiempo, y dejar que Craig Lange continúe como mercenario del Sector Derecho, uno de los grupos paramilitares neonazis que actúan en el Donbás con la anuencia de Kiev y a los que se sindica de crímenes de guerra y limpieza étnica contra la población rusoparlante.  

Sin embargo, la presencia de mercenarios con experiencia en Afganistán y participantes de acciones desestabilizadoras en terceros países, así como el envío creciente de lanzacohetes y otras armas de artillería pesada desde occidente, no ha frenado el avance de Rusia sobre el terreno, que según los entendidos, ya prepara su ofensiva final sobre el Donbás.  

Acaso por la falta de avances concretos en el campo de batalla, desde la OTAN no solo intentan prolongar el conflicto tanto como sea posible, como han advertido numerosos analistas, sino que han emprendido una guerra multiforme con la que se pretende infligir serios daños en la economía del país euroasiático.  

Así las cosas, desde Moscú se denuncia que los ataques son las expresiones de «una guerra total» que han emprendido las naciones occidentales para frenar el desarrollo y la influencia de Rusia.  

Según expresara el pasado viernes el canciller ruso, Serguéi Lavrov, en Moscú ya aceptaron que esa «cultura de la cancelación» que se ha instalado en occidente contra «todo lo ruso» persistirá por largo tiempo.  

Sin embargo, estas tentativas de aislamiento, agresiones y censura han tenido un efecto paradojal, pues el Kremlin ha usado el veto occidental para fortalecer alianzas estratégicas en Asia, particularmente con la mayoría de las antiguas repúblicas soviéticas.  

Al mismo tiempo, el gobierno de Vladímir Putin no ha cerrado la puerta a las negociaciones y aún espera que Kiev evalúe realistamente su situación y acepte reanudar las conversaciones, con el objetivo de poner fin a la disputa territorial por Crimea y cerrar el capítulo de las repúblicas del Donbás.  

¿La UE embargará completamente el petróleo ruso?

En torno al segundo punto de la agenda del programa, Pérez Pirela informó que este 30 de mayo, la Comisión Europea envió una propuesta a los países miembros del bloque para aplazar la prohibición de entregas de crudo siberiano a través del oleoducto Druzhba, operativo desde tiempos soviéticos y considerado el más grande del mundo.  

Según el reporte de Bloomberg, los jerarcas comunitarios impulsaron la prohibición de entregas de petróleo ruso por medios marítimos a cambio de permitir los envíos a través del largo conducto, que forma un complejo sistema que inicia en el centro de Rusia, atraviesa Ucrania y se extiende en dos ramales hacia Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia y Alemania.  

La maniobra tuvo relativo éxito, pues a pesar de la negativa de Budapest y las preocupaciones de Praga, Bratislava y Sofía, se otorgaron plazos de gracia a los gobiernos centroeuropeos para deshacerse de la energía procedente del territorio ruso, a cambio de embargar el 90% de las importaciones de este rubro a fines de 2022.  

Según el cristal mediático desde el que se mire, esta resolución podría calificarse como un éxito o un fracaso dentro de la política de aplicación extensiva de medidas coercitivas unilaterales contra Rusia.  

Así, la mayor parte de los Estados miembros de la Unión Europea celebraron el dictamen y lo presentaron como una derrota para el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, quien se ha negado a plegarse a los embargos energéticos.  

El político húngaro ofreció declaraciones que por una parte ponen en cuestión la muy publicitada unidad occidental en cuanto al manejo de las relaciones con Rusia y, por otra, dejan fuera de cuestión que los países europeos están jugando con fuego y pueden acabar ardiendo como pasto seco.  

Según manifestara a la prensa al salir de la primera sesión de la Cumbre Extraordinaria de la Unión Europea el pasado lunes, «toda Europa está bailando al borde de una crisis económica mundial debido a las sanciones» impuestas a Rusia.  

Este miércoles, Hungría recibió un permiso especial para recibir crudo a través de envíos marítimos, «si pasa algo en el oleoducto Druzhba», según dijera a medios locales un asesor del gobierno.  

Este anuncio se produce luego de que una asesora del Ministerio de Energía de Ucrania insinuara que al ramal de la tubería que transita por su país «podría pasarle algo».   

Bruselas también luce incapaz de obligar a Serbia (país no miembro del bloque) a prescindir de la energía rusa y, antes bien, las presiones han producido un acercamiento entre Belgrado y Moscú.  

“La de Europa es una hipocresía total: sancionan por un lado y dan permisos por el otro para no aplicar las sanciones, según la conveniencia -puntualizó el presentador-. Ponen a circular comentarios que crean zozobra y generan nuevos aumentos en los precios del petróleo, y pretenden darles órdenes a países que ellos mismos no han querido aceptar en su club europeo”. 

Por otra parte, medios occidentales como The New York Times, a los que no puede acusarse de mantener una línea editorial favorable al gobierno ruso, sino todo lo contrario, han reconocido que la publicitada unidad occidental con respecto a la cuestión rusa acusa importantes grietas.  

De acuerdo con el medio estadounidense, la unidad de Europa, Estados Unidos y el gobierno ucraniano comienza a agrietarse, porque los miembros de esta alianza persiguen objetivos instintos –e incluso contradictorios– entre sí.  

«La fractura de la unidad es más visible en Europa. Hungría ha apoyado los primeros cinco paquetes de sanciones contra Moscú, pero se resiste al embargo del petróleo ruso, del que depende. Y los europeos ni siquiera están intentando, al menos por ahora, cortar sus importaciones de gas ruso», puntualiza el medio.  

En el plano militar, el panorama tampoco es auspicioso para los acuerdos, pues mientras Polonia y los países bálticos apuestan por una derrota de Rusia «a las naciones más grandes y ricas de la Unión Europea» —Francia, Italia y Alemania— «les preocupa la prolongación del conflicto ucraniano y temen un posible daño en sus propias economías» y están conscientes de que no pueden aislar a Rusia para siempre. 

¿Quiénes pierden con el embargo petrolero a Rusia?

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen afirmó el pasado 30 de mayo que con el embargo al 90% del crudo siberiano, las arcas rusas dejarán de percibir cerca de 70.000 millones de euros este año, lo que representaría un duro golpe para la ya muy sancionada economía del gigante euroasiático.  

Sin embargo, la respuesta a los anuncios de Bruselas no parece ser precisamente beneficiosa aguas adentro y nuevamente se produjeron respuestas en el mercado, que aunque advertidas, no dejan de afectar sensiblemente a las economías del bloque.  

Así, el crudo Brent del mar del Norte, marcador internacional de precios, cotizó este martes por sobre los 124 dólares, mientras que el estadounidense West Texas Intermediate (WTI) rozó los 119 dólares en el mercado de futuros del mes de agosto.  

En el corto plazo, el embargo al petróleo ruso no hará más que empeorar la situación. A inicios de esta semana, Bank of America advirtió en un informe «que una fuerte contracción de las exportaciones rusas de petróleo podría (…) empujar al Brent más allá de los 150 dólares por barril».  

Asimismo –y en concordancia con lo que vaticinaron prácticamente todos los analistas–, la inflación en el espacio Schengen sigue en aumento y no se prevé que la tendencia se revierta en el corto plazo.  

Según la primera estimación de Eurostat, la oficina de estadísticas de la Unión Europea, la inflación alcanzó un incremento anualizado de 8,1% en el recién concluido mes de mayo.  

De acuerdo con el organismo, el alza en los precios de la energía –tendencia que comenzó antes del inicio de la guerra– es responsable de la mayor parte de la inflación, aunque los alimentos, los bienes industriales no energéticos y los servicios también registraron subidas significativas.  

Por otro lado, aunque pareciera que Rusia dejará de percibir un monto considerable en cuanto se concrete el embargo a su crudo dentro del espacio comunitario europeo, un examen más detallado muestra que los ciudadanos europeos pagarán las consecuencias de estas decisiones, mientras que Moscú podrá vender sus hidrocarburos en los mercados asiáticos.  

Asimismo, analistas advierten que en Washington y Bruselas están conscientes de que las posibilidades de afectar la economía rusa por esta vía son casi inexistentes, por lo que estas coerciones estarían intentando justificar la división del mundo en dos bloques para proteger la hegemonía estadounidense.  

De su parte, Moscú asegura que los suministros de hidrocarburos que antes se transaban en mercados europeos, serán adquiridos principalmente por China e India, aun cuando las medidas coercitivas unilaterales representan un desafío.  

En decir del viceprimer ministro ruso, Yuri Borísov, para transportar su petróleo hacia esos nuevos mercados, Moscú tendrá que construir nuevos oleoductos o una flota marítima especial, pero aun así manifestó que todavía hay opciones para cambiar los modos de operación de las cadenas de suministros.  

En esta misma línea, desde el Consejo de la Federación, Cámara Alta del Parlamento ruso, señalaron nuevamente el efecto pernicioso que este embargo petrolero traerá a las economías de la Unión Europea.  

Según expresó este lunes el vicepresidente  Konstantín Kosachov, del Consejo de la Federación de Rusia, «los líderes de la ue durante la Cumbre de Bruselas, al imponer un embargo petrolero contra Rusia, asestaron con éxito otro golpe a la competitividad de su economía y al bienestar de la población».  

Del mismo modo, Koshakov apuntó que «dos tercios del petróleo ruso viaja a la UE en petroleros, la rama norte del oleoducto Druzhba que va a Polonia y Alemania también se bloqueará, el 10 u 11% restante se dirigen por la rama sur a Hungría, Eslovaquia y la República Checa, que dependen de los suministros de Rusia por oleoducto».  

De momento, no está claro cómo harán los países afectados para reponer el petróleo siberiano que hasta ahora han recibido de tierras rusas.  

Comienzan a cerrarse los grifos del gas

Aunque Bruselas ha descartado prohibir completamente las importaciones de gas ruso debido a la alta dependencia energética de algunos países europeos y a la imposibilidad de reemplazarlo con otro proveedor, Rusia ha empezado a cerrar los grifos a las compañías que se niegan a cancelar los pagos en rublos.  

“Pensaron que era un jueguito de Rusia, pero ahora ven que iba en serio”, acotó Pérez Pirela. 

Este 30 de mayo, Gazprom suspendió los envíos gestionados por la compañía neerlandesa Gasterra por no honrar los compromisos adquiridos el pasado mes de abril y en la jornada del martes se sumó el cese de los suministros a la alemana Shell Energy Europe y a la danesa Orsted.  

Sin embargo, Italia y Alemania han autorizado a compañías para que transen con la gigante energética rusa en rublos. Según informes de agencias occidentales como Bloomberg, más de una treintena de compañías ha accedido a las exigencias del Kremlin.  

Con menos estruendo mediático, en el encuentro también se acordó que continuarán las coerciones contra Rusia, particularmente las relacionadas con la incautación de activos que idealmente deberían entregarse a Kiev, si bien se destacó que los abogados aún trabajan en el mecanismo.  

“Se trata de robo. Hay que llamar las cosas por su nombre”, aseveró el moderador de Desde Donde Sea. 

El financiamiento de la economía ucraniana parece ser otro de los puntos de inflexión en de los conciliábulos europeos, pues por un lado se ha hecho todo cuanto ha sido posible para extender las hostilidades y, por otra, sus propias economías no pueden correr con los costos de la guerra durante mucho más tiempo.  

En la misma línea, el gobierno de Volodímir Zelenski admitió en la jornada anterior que el país está sobreviviendo gracias a las ayudas internacionales, principalmente en forma de créditos y subsidios que ascienden en este momento a 6.500 millones de dólares.  

“Todavía Zelenski está vendiéndole a su pueblo la idea de que están recibiendo ayudas. No son ayudas, sino préstamos que van a tener que pagar muy caros”, advirtió. 

Siempre siguiendo lo expresado por los voceros oficiales, Ucrania está generando solo un tercio de los ingresos que requiere para sufragar sus gastos y el déficit público alcanza los 5.000 millones de dólares mensuales.  

En el Kremlin estaban al corriente de estos movimientos y este 30 de mayo, altos voceros del gobierno del presidente Vladímir Putin advirtieron que si estas iniciativas se concretan, su país pagará con la misma moneda y adoptará medidas para congelar capitales de países sancionadores.  

Aunque las autoridades ucranianas exigieron el bloqueo de todos los activos rusos desde el inicio de la guerra, Europa parece haberse animado a cruzar el puente que conduce a la repartición de lo ajeno, luego de que la Cámara Baja del Congreso estadounidense aprobara un proyecto de ley que permite que lo que ilegalmente se ha confiscado a un Estado o particular, pueda ser usado para financiar a otro Estado.  

El pasado 18 de mayo, la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Yanet Yellen, aseguró en una reunión de ministros de economía del G-7 que no era legal –ni en su país ni en muchas naciones europeas– usar activos rusos para resarcir a Ucrania.  

Sin embargo, si esta propuesta legislativa estadounidense logra cuajar –aún debe ser aprobada en el senado y firmada por el presidente–, Estados Unidos y sus socios europeos se habrán hecho con un instrumento que les permitirá despojar impunemente de su riqueza a Estados enteros y a ciudadanos a los que acusen, con razones o sin ellas, de actividades criminales.  

Viene la hambruna: ¿qué hacen Rusia y la OTAN?

Otro de los aspectos sometidos a discusión en la recién concluida Cumbre Extraordinaria de la Unión Europea celebrada Bruselas, es la creciente inseguridad en el mundo, una situación de la que se responsabiliza por entero a Rusia, país al que además se acusa de robar el grano de Ucrania.  

No obstante, investigaciones previas al inicio de las hostilidades en el país eslavo ya alertaban de la crisis alimentaria que se avecinaba, que en realidad es el resultado de una nefasta combinación de factores, entre los que se destacan sequías extremas y olas de calor generadas por el cambio climático.  

Bajo este punto de vista, la guerra subsidiaria entre la OTAN y Rusia que se libra en Ucrania contribuye al agravamiento de una crisis ya existente, particularmente en lo que corresponde a los efectos de las sanciones impuestas a Rusia sobre el mercado de fertilizantes, pero no su causa principal.  

En la misma línea, las acusaciones occidentales contra Moscú han derivado en que distintos funcionarios y conocedores del mercado de granos, se hayan pronunciado para desmentir los señalamientos e inclusive matizar el efecto de la guerra, según se reseña en un extenso informe elaborado por Sputnik.  

A las condiciones apuntadas por otros especialistas, relacionadas con los efectos climáticos, estos expertos añaden decisiones financieras y comerciales tomadas en el contexto pandémico por actores occidentales, India, China e Indonesia, cuyas consecuencias aún no desaparecen. 

En contraste con lo que sucediera en el caso del embargo petrolero y de las acciones que se implementarán para incautar capitales públicos o privados de origen ruso en suelo europeo, los mandamases de Bruselas discutieron sobre la crisis alimentaria pero no arribaron a ningún acuerdo concreto, si se excluye el haber culpado al presidente Vladímir Putin.  

Antes de que se hicieran públicos los resultados de estos intercambios entre los líderes europeos, el gobierno ruso aseguró que permitiría la salida de buques con grano desde los puertos ucranianos que controla, si Kiev desminaba las zonas de su mar continental, causa real de la disminución del tránsito de embarcaciones comerciales.  

Esta información no es un dato más, toda vez que uno de los pilares que se ha usado para responsabilizar a Rusia de la crisis de alimentos en el mundo, es que el grano no puede salir al mercado porque el ejército ruso bloqueó los puertos de Ucrania.  

El canciller ruso, Serguéi Lavrov, dijo este martes que el Kremlin está comprometido con amainar la inseguridad alimentaria en el mundo, pero recordó que las sanciones occidentales han afectado seriamente las cadenas logísticas.  

Así las cosas, para el Kremlin, la solución está, en buena medida, al otro lado del tablero.   

Más allá de los micrófonos, Rusia ha dado pasos concretos para rehabilitar el paso de embarcaciones en el puerto de Mariúpol.  

El pasado fin de semana, miembros de las fuerzas especiales de la flota del mar Negro de Rusia, informaron a teleSUR que ya habían concluido las labores de desminado, lo que coincidió con el arribo de la primera embarcación mercante al estratégico atracadero, ubicado en el mar de Azov.  

Del mismo modo, Lavrov informó este miércoles que el gobierno turco, afectado por la falta de circulación de buques mercantes en el mar negro, cooperará con las fuerzas rusas para desminar las aguas.  

Por su lado, autoridades de Polonia comunicaron a la víspera que Bruselas delegó en Varsovia la responsabilidad de ayudar «a exportar cereales de Ucrania» y destinó fondos para esos fines.  

Según el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, con este dinero se pretende «aumentar el rendimiento y mejorar la infraestructura que permitirá suministrar los cereales, exportar mercancías de Ucrania a oriente medio, África y otros países».  

En sus dichos, Ucrania exporta unos 50 millones de toneladas de cereales al año, «sin las que África del norte, Oriente Medio pueden tener problemas graves a la hora de abastecer su población con alimentos». 

“Una de las conclusiones de esto es que, como suele ocurrir, los países más pobres pagarán las consecuencias de los conflictos entre los más ricos, entre las grandes potencias”, resumió Pérez Pirela. 

Materiales audiovisuales presentados

Durante el programa se presentaron los siguientes materiales audiovisuales: 

-Video de Nexo Latino: Ritmo de operación rusa se agiliza en el este de Ucrania.  

-Video de Nexo Latino; ¿Fracasa la «guerra total» contra Rusia.  

-Video de Al Mayadeen: Unión Europea prohíbe parcialmente importación de petróleo ruso. 

-Video de CGNT: Rusia promete gas estable a serbia.  

-Video de Al Mayadeen: Las sanciones a Rusia y la inflación en Europa.  

-Video de teleSUR: Sanciones contra el petróleo no perjudicarán la economía rusa.  

-Video de teleSUR: Gazprom suspende distribución a Alemania y Dinamarca.  

-Video de teleSUR: Ucrania confirma que la mayoría de sus ingresos provienen de occidente.  

-Video de teleSUR: Rusia promete confiscar activos occidentales si les confiscan los suyos.  

-Video Al Mayadeen: Se acaban las reservas mundiales de trigo.  

-Video de Nexo Latino: Declaraciones de Serguéi Lavrov. 

(LaIguana.TV)