Hernández de 77 años de edad, sorpresivamente quedó en segundo lugar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 29 de mayo y se medirá con el aspirante del Pacto Histórico Gustavo Petro.

De profesión ingeniero civil, pero devenido político, fue alcalde de Bucaramanga desde 2016 hasta su renuncia en 2019, tras ser suspendido en dos ocasiones por parte de la Procuraduría General de la Nación.

Esa instancia abrió una investigación y lo suspendió de su puesto por tres meses, tras la agresión al concejal de esa ciudad, Jhon Claro, el 28 de noviembre de 2018.

Enfrentó otra suspensión provisional por otros tres meses para ser investigado por presunta participación en política siendo alcalde, una actividad prohibida por colombianas para quienes ejercen cargos públicos, y en septiembre de 2019 renunció, pero 2021 inscribió su candidatura como como aspirante a la presidencia.

Hernández quien ganó audiencia y seguidores en la red social TikToK asegura que «la corrupción se ha normalizado tanto que ahora parece que hiciera parte de nuestra cultura».

Sin embargo, enfrenta acusaciones y una investigación de la Fiscalía General por intervenir presuntamente desde su cargo en la adjudicación de un contrato para el tratamiento de tecnología alternativa en el manejo de basuras.

De hecho, el 21 de julio está citado a juicio por este caso en el cual, de haberse firmado dicho contrato habría beneficiado a su hijo Luis Carlos Hernández, quien recibiría una comisión millonaria.

El candidato niega las acusaciones y sostiene que solo buscan enlodar su imagen e impedir su llegada a la presidencia.

El empresario quien afirma que financia su campaña con recursos propios, esta semana fue denunciado por un colectivo de abogados del departamento de Valle del Cauca ante los organismos de investigación, de control y electoral la posible conducta penal de Hernández.

«En repetidas ocasiones dio a conocer, que desde el proceso de recolección de firmas y en las distintas etapas de su candidatura usó recursos propios, cuando por estar imputado en un proceso por posible corrupción contra la administración pública, la ley se lo prohíbe», señalaron.

Hernández ha generado una amplia polémica por ignorar la existencia de algunos departamentos colombianos y también al proclamar en 2016 su admiración por Adolfo Hitler, aunque en este último caso asegura que fue un malentendido.

Asimismo, es criticado por su conducta violenta hacia sus subordinados, lenguaje vulgar y soez para manifestar cualquier opinión en el contexto electoral, tratos inapropiados hacia las mujeres, policías y militares, taxistas y otros.

Se burla de los pobres y ve en ellos la oportunidad de enriquecerse, incluso prometió 20 mil hogares para familias desposeídas que nunca materializó y habla de ventas de «terrenitos» a precios alarmantes lo que él mismo considera «un atraco».

Asegura que, de llegar a la Casa de Nariño, convertirá el río Magdalena en un atractivo turístico lineal, como el Rhin en Alemania, con dragado para cruceros, y así generará polos de atracción a lo largo de su recorrido navegable.

Dentro de su plan de gobierno enfatiza que continuará la implementación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 y explorará un diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para que abandone la lucha armada.

Promete fortalecer la justicia, la seguridad urbana y generar empleo, pero apoya la fracturación hidráulica (fracking) y la fumigación aérea de glifosato contra los cultivos ilegales (un proceso controvertido por su impacto en la salud de los campesinos).

Aunque lleva como compañera de fórmula a los comicios del domingo a la académica e investigadora Marelen Castillo, es tildado de machista por sus expresiones como la emitida a en la radio musical Bésame: “Es bueno que ella haga los comentarios y apoye desde la casa. La mujer metida en el Gobierno, a la gente no le gusta.»

Hernández dijo que dentro de sus acciones de gobierno, en caso de ser elegido, dictaría varias medidas entre las que se encuentra un decreto de Conmoción Interior que firmaría su primer día de mandato, lo que ha suscitado temores de que pueda cerrar el Congreso o suspender a los funcionarios locales.

Rodolfo Hernández Suárez, nació en Piedecuesta, municipio del departamento de Santander, el 26 de marzo de 1945, afirmó que no haría alianzas, pero en la práctica cuenta con el apoyo de los sectores de derecha y en particular del Uribismo.

El exalcalde de Bucaramanga se negó en esta etapa a participar en los debates públicos, cara a cara con su rival Gustavo Petro, pese a un fallo que ordenó celebrar este tipo de actividad en el contexto electoral.

(Prensa Latina)