La elevación sostenida de los precios de los hidrocarburos –y de la energía en general– a consecuencia de las medidas coercitivas unilaterales impuestas por los países de la OTAN y algunos de sus socios sobre la economía rusa por la guerra en Ucrania, está golpeando duramente a muchas otras economías, particularmente las del Norte global, pero no solo. 
 
La interconexión e interdependencia de las economías del Sur global con las de sus pares norteños, hacen que los efectos de la política sancionatoria occidental sacudan a todo el globo y ponen a Washington y a Bruselas a deshojar margaritas para paliar las consecuencias de sus determinaciones. 
 
Entretanto, en el recién concluido encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno del G7, Emmanuel Macron exhorta –o adelanta, según se vea– a «reincorporar» a dos naciones sancionadas ilegalmente por Occidente –Venezuela e Irán– al mercado petrolero europeo.
 
La noche de este lunes arribaron a Caracas representantes de la administración Biden para reunirse con el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Aunque no se han precisado los temas de agenda, no parece azaroso que el encuentro coincida en tiempo con lo dicho por Macron, que como cabe esperar, no son el resultado de una posición individual sino del ejercicio de una vocería europea.  
 
En el mismo encuentro del G7, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, anunció el interés del bloque en fijar precios máximos de venta de los hidrocarburos rusos a India –devenida en principal comprador del crudo siberiano– y prohibir la importación del oro de Moscú, todo ello con el fin de frenar el ingreso de dinero en las arcas rusas. 
 
«A mí me parece esto imposible, porque una parte importante del precio del petróleo lo decide la OPEP, no Europa, por lo que estas declaraciones son cuando menos una falacia», señaló Pérez Pirela. 
 
Como antesala al encuentro del G7 –que supuestamente agrupa a las economías más industrializadas del mundo–, China, segunda economía global, organizaba la cumbre anual de los BRICS –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– en donde se propuso la ampliación del bloque –con las candidaturas de Irán y Argentina a la cabeza– y se tomaron decisiones relativas a la implementación de métodos de pago fuera del control occidental. 
 
Sobre estos asuntos disertó el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde Donde Sea, que se transmite de martes a jueves a través de las plataformas virtuales de LaIguana.TV a las 7:00 pm, hora de Venezuela. 
 
Antes de iniciar sus reflexiones, felicitó al periodista Clodovaldo Hernández, colaborador de LaIguana.TV, que fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo «Simón Bolívar» en su modalidad de periodismo de opinión y celebró que el artista gráfico Iván Lira –caricaturista de LaIguana.TV– recibiera Premio Aníbal Nazoa que otorga en Venezuela la Fundación Periodismo Necesario. 
 
El pragmatismo se impone: EEUU y Europa miran de nuevo a Venezuela por su petróleo
 
El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó la noche este lunes 27 de junio que está en Caracas una «importante delegación» del gobierno de los Estados Unidos, que en el momento del anuncio estaban reunidos con el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Jorge Rodríguez.
 
El especialista destacó que aunque Maduro no comunicó los temas bajo discusión, sí se refirió al comentario que realizara su homólogo francés, Emmanuel Macron, en la reunión del G7 que se celebra en Alemania, en la que exhortó a sus pares para la reincorporación de Venezuela e Irán al mercado petrolero.
 
Asimismo, comentó que el presidente venezolano recordó a Macron –y por extensión, a los países occidentales– que Venezuela sí está en el mercado petrolero, a pesar de los bloqueos y las sanciones, acotación que en su juicio es «muy importante» porque la expresión del presidente francés corresponde a una visión eurocéntrica de las relaciones internacionales. 
 
A ese respecto subrayó que la aclaratoria de Maduro resulta todo menos azarosa. En su reciente gira internacional –la primera en varios años– visitó seis países de tres continentes, Türkiye, Argelia, Irán, Kuwait, Qatar y Azerbaiyán. De estos, solo Türkiye no es un importante productor de crudo. 
 
Entre otros asuntos, relató que el jefe de Estado venezolano dijo en una entrevista con la cadena Al Mayadeen que se había reunido en Kuwait con el próximo secretario general de la OPEP, Haitham Al Ghais, quien asumirá la jefatura del organismo el venidero mes de agosto. 
 
En la misma línea se permitió recordar que a inicios de mayo recaló en Venezuela, Mohammad Barkindo, secretario general saliente de la organización, quien constató la recuperación de la industria petrolera local –severamente golpeada por una nefasta combinación entre las sanciones y manejos dolosos– y rechazó nuevamente toda tentativa destinada a bloquear el crudo venezolano. 
 
Estos dichos se constatan en hechos, puntualizó, pues de acuerdo con cifras oficiales de la OPEP, el petróleo venezolano ya se cotiza por encima de los 88 dólares por barril.  Más específicamente, el crudo Merey, referencia venezolana en la cesta petrolera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) registró un precio promedio de 88,02 dólares por barril el pasado mes de mayo, según consta en un informe oficial publicado por el organismo este lunes. 
 
Siempre siguiendo esta fuente, el alza supone un incremento de 5,6 % en relación con los 83,6 dólares reportados en abril y de 79,13 % con respecto a junio de 2021 y en relación con la producción, el documento precisa que Venezuela está extrayendo 735.000 barriles de crudo por día, luego de haber computado en promedio 636.000 barriles diarios en 2021.
 
De este modo, para redondear, señaló que pese a los intentos de Europa por achacar la crisis de los precios en el mercado de hidrocarburos a la ausencia de grandes productores previamente sancionados desde Washington y Bruselas, la razón real no es esa, sino las decisiones que han tomado los gobernantes. 
 
Así las cosas, el caso venezolano demuestra una vez más que los países productores de petróleo se benefician de las crisis de la energía derivadas de situaciones bélicas, de la imposición de sanciones o de una combinación de ambos asuntos, como sucede ahora en el marco de la guerra subsidiaria entre la OTAN y Rusia que se libra en Ucrania. 
 
La crisis del mercado de combustibles generada por la OTAN
 
El analista comentó que la condición de gran productor de hidrocarburos de Rusia ha jugado a favor de su economía pese a las coerciones, al tiempo que los ciudadanos de países europeos y de los Estados Unidos padecen las consecuencias de las funestas decisiones de sus gobernantes, más interesados en prolongar artificialmente el conflicto que en solventar problemas socioeconómicos. 
 
A su juicio, en contraste, la situación no puede ser peor para Estados Unidos, pues registra los niveles más altos de inflación en cuatro décadas y el combustible ha superado sus topes históricos, en buena medida por las sanciones contra Rusia pero también porque Washington ha echado mano de su reserva estratégica para aliviar el déficit energético en Europa.   
 
Para hacer frente a esta debacle, la administración Biden introdujo ante el Congreso una propuesta para suspender temporalmente el cobro de impuestos a los combustibles, que de implementarse, le acarrearía al país pérdidas por el orden de los 10.000 millones de dólares. 
 
En paralelo, la sociedad estadounidense ha tenido que sufrir la escasez de insumos esenciales como fórmula láctea y lidiar con el encarecimiento del costo de la vida, lo que resulta claramente poco auspicioso para los demócratas de cara a las elecciones de mitad de período, en la que se renovará un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes. 
 
Para añadir otro dato a sus disertaciones, informó que el Fondo Monetario Internacional rebajó este lunes la previsión de crecimiento económico para los Estados Unidos y advirtió que la nación norteamericana tiene gran probabilidad de entrar en recesión, a pesar de las medidas adoptadas por la Casa Blanca para recibir el bumerán sancionatorio. 
 
Por si ello no bastara mencionó que los efectos de la crisis estadounidense se sienten más allá de sus fronteras, particularmente en México –cuya economía depende casi en 80 % de las transas con su vecino del norte– , por lo que la administración de Andrés Manuel López Obrador –que se ha opuesto tenazmente a la política de sanciones–, ha tenido que adoptar medidas de emergencia para frenar el alza de los precios de los combustibles y su consecuencia más inmediata: el incremento del precio de los alimentos. 
 
Según los informes del gobierno mexicano, estadounidenses están acudiendo a México para abastecerse de gasolina, pese a que la nación azteca importa el 70 % de todo cuanto consume.  
 
En su disertación, Pérez Pirela alertó que las malas noticias no se circunscriben solo al continente americano, pues al otro lado del Atlántico, el panorama es todavía más sombrío, en tanto los intentos de bloquear las exportaciones rusas y la negativa sostenida a cancelar los hidrocarburos siberianos en rublos, están dejando al continente muy cerca del abismo energético, tal y como previeron hace meses numerosos analistas. 
 
De su lado, el Kremlin ha demostrado que no hablaba en balde cuando aseguró que la ola de sanciones aplastaría a los países europeos. A mediados de junio, la gigante energética Gazprom anunció que había reducido 40 % de sus volúmenes a Europa, la razón de la demora de la trasnacional alemana Siemmens –que cesó operaciones en Rusia por causa de las sanciones– en reparar un equipo de bombeo asociado al gasoducto Nord Stream. 
 
Esto agregó la nefasta decisión de Alemania –presionada por Washington y Bruselas– a suspender la certificación del gasoducto Nord Stream 2, que se suponía que debía brindar abastecimiento seguro de gas a Berlín y a otras naciones europeas, aún en una circunstancia como la que impide la operación del Nord Stream. 
 
De este modo, indicó, el efecto sobre los precios se hizo notar de inmediato, que escalaron 10 % dentro del bloque sobre una base que ya era lo suficientemente alta como para golpear duramente los bolsillos de los trabajadores y suponer desembolsos onerosos para las industrias. 
 
Pese a los intentos de la Comisión Europea en minimizar las consecuencias de la disminución de envíos de gas en la cotidianidad del bloque y la insistencia de Alemania en acusar a Rusia de usar el gas como arma geopolítica, la realidad viaja en dirección contraria a las declaraciones de los jerarcas europeos. 
 
Para fundamentar su argumento, refirió que la Agencia Internacional de Energía, una institución a la que no se puede catalogar de prorrusa, advirtió el pasado 23 de junio que por causa de las sanciones impuestas a los hidrocarburos rusos, Europa tendrá que despedirse de sus objetivos de abandonar la energía fósil en el corto plazo. 
 
Según el informe, muchas naciones europeas tendrán que reactivar añejas plantas de carbón –con sus muy conocidos efectos contaminantes– o apelar nuevamente a la energía nuclear para sortear su demanda interna. 
 
El comunicador destacó que aunque no están claros los plazos ni la cantidad de dinero que se requerirá para cumplir con estos propósitos, el invierno boreal está a la vuelta, los precios de los hidrocarburos y de la energía siguen al alza sin perspectiva de mejora y la demanda es históricamente más alta en ese período. 
 
Del mismo modo advirtió que en estas circunstancias resulta difícil proyectar la cantidad de ciudadanos que se sumarán a las filas de la pobreza energética por causa de las altas tarifas –o incluso, los que fallecerán por esa causa– ni tampoco qué hará Bruselas para atender la grave situación que contribuyó a generar. 
 
A su parecer, no se trata de una situación sobrevenida, pues a inicios de mayo de 2022, ya la situación de los precios del combustible podía calificarse como dramática en la mayor parte de los países del Norte Global, donde el precio promedio de la gasolina era superior a 1,60 dólares estadounidenses.
 
Aunque el caso europeo es bastante conocido y ha sido ampliamente abordado en los medios de comunicación, no hay ningún continente a salvo del alza de precios ocasionado por las sanciones contra Rusia, incluso en el Sur global. 
 
En este orden mencionó que en América, los más afectados son Paraguay, Ecuador, Estados Unidos, Brasil, Perú, Chile, los países centroamericanos y México. Salvo en Estados Unidos y México, en el resto de los países se han registrado protestas ciudadanas y de transportistas. 
 
En Asia, aunque gigantes económicos como India o China pueden capear el temporal, la pequeña Sri Lanka, una nación insular al sur de India sumida ahora en la peor crisis política y económica de su historia, anunció este lunes la suspensión de la venta de combustible durante dos semanas debido a falta de liquidez. 
 
En África, a pesar de los múltiples problemas derivados de siglos de expolio colonial entre los que se cuentan bajos niveles de industrialización y uso limitado de vehículos, una proporción no desdeñable de países dispone de gasolina barata, por lo que a pesar del evidente efecto sobre los precios de los alimentos que tiene la situación del mercado energético, el daño es solo relativo, vista la situación preexistente, dijo para concluir esta sección. 
 
«Es decir, poco a poco, cual tsunami, las olas del impacto energético se empiezan a expandir para todo el mundo», redondeó. 
 
BRICS, ¿camino para sortear sanciones occidentales?
 
Aportando otra arista a la descripción geopolítica de la situación del mercado energético, este lunes, Irán –otro país petrolero sancionado por Occidente– anunció formalmente su interés en sumarse al BRICS –acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, un grupo emergente con intereses variopintos, pero que apuesta por la conformación de un mundo multicéntrico y pluripolar, con fuerte participación del Sur global. 
 
Pérez Pirela detalló que la República Islámica de Irán solicitó este lunes su incorporación a los países BRICS, según declarara el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Saeed Khatibzadeh, quien indicó que se realizaron una serie de consultas al respecto.
 
Aunque el diplomático destacó que aunque el bloque de países BRICS está unido con base en ningún tratado o acuerdo internacional, se basa en un mecanismo «muy creativo» que abarca amplios aspectos, por lo que Teherán aspira que con su inclusión en el bloque, se traduzca en «valores añadidos» para las partes. 
 
Para mostrar la fuerza de este bloque –que de a pocos se está conformando como nuevo polo de poder y alternativa geopolítica– destacó que los países del BRICS incluyen al 43 % de la población mundial, representan la cuarta parte del PIB global, capturan el 20 % de la inversión y representan el 17 % de todo el comercio. 
 
Con referencia al anuncio iraní mencionó que Rusia parece haber jugado un rol importante en la eventual incorporación de la nación persa a las filas del BRICS, como se desprende de la reciente visita del canciller ruso Serguéi Lavrov a Teherán. De acuerdo con informes de medios iraníes, se debatió sobre el reinicio de las conversaciones para retomar el Pacto Nuclear de 2015 –lo que supondría una eliminación de las sanciones occidentales–, así como sobre cooperación energética y medidas para sortear las sanciones. 
 
«Se están moviendo las cosas a nivel geoestratégicos, estamos viviendo tiempos muy convulsionados a nivel geoestratégico», señaló. 
 
En el interés de mostrar las implicaciones de estos anuncios recordó que la semana previa, Beijing acogió la XIV Cumbre de los países BRICS –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, que se realizó de manera virtual por causa del rebrote de la COVID-19 que azotó al gigante asiático en los últimos meses y en ella participó como invitado el presidente iraní, Ebrahim Raisi. 
 
En su intervención, Raisi destacó la necesidad de fortalecer «entidades multilaterales independientes» del dominio estadounidense, al tiempo que manifestó el interés de Irán en aumentar la cooperación con el BRICS en materia energética, así como en el ámbito de la ciencia y la tecnología.  
 
El mandatario también señaló el rol del bloque en la cooperación Sur-Sur, el diseño de una nueva arquitectura financiera y de otras formas comerciales, que incluyen la Ruta de la Franja y la Seda de China y el Nuevo Banco de Desarrollo. 
 
En opinión del comunicador venezolano, aunque previamente Argentina anunció su interés en sumarse a las filas del BRICS, y que del encuentro también participaron Kazajistán, Arabia Saudí, Egipto, Indonesia, Nigeria, Senegal, Emiratos Árabes Unidos y Tailandia, la eventual adición de Irán resulta más estratégica de cara a la coyuntura, pues pone en negro sobre blanco el papel real del bloque frente a la hegemonía occidental. 
 
En ese orden recuperó lo expresado por el presidente Xi Jinping en el discurso que ofreciera en calidad de anfitrión de la recién concluida cumbre, en el que aprovechó la ocasión para posicionar nuevamente la postura de Beijing con respecto a las relaciones internacionales, cimentadas en el respeto y la cooperación mutua. 
 
Del mismo modo, el líder chino subrayó el papel que a su juicio está llamado a cumplir bloque en términos de la estabilización y la construcción de un mundo de paz, incluyendo los asuntos de seguridad. 
 
Occidente mueve varias piezas en tablero internacional
 
De este modo, para el también director de LaIguana.TV no sorprende demasiado que apenas concluida la Cumbre de los BRICS, se reunieron en Elmau (Alemania) los Jefes de Estado y de Gobierno del G7, alianza que incluye a Estados Unidos, Canada, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido, además de representantes de la Unión Europea. 
 
En el encuentro se programó la imposición de nuevas sanciones contra la economía rusa, pero también se anunció el envío de más dinero y armas para Ucrania, aún a sabiendas de que expertos han advertido de que no hay manera de que Kiev se imponga militarmente sobre Rusia sin la implicación directa de la OTAN, detalló. 
 
Además, el espacio sirvió también para anunciar un plan de recaudación de 700.000 millones de dólares, que supuestamente se emplearán en la construcción de infraestructuras países del Sur global y se presentaron abiertamente como una iniciativa destinada a frenar la iniciativa de la Franja y la Ruta de China. 
 
Este anuncio, acotó, se corresponde con el análisis del sociólogo e investigador portorriqueño Ramón Grosfoguel, que en sus recientes participaciones en Desde Donde Sea, en las que ha insistido que el objetivo real de la OTAN con la guerra en Ucrania es derribar a China, que en contraste con las actuaciones occidentales, ofrece préstamos, comercio e inversiones a los países del Sur global en condiciones inmejorables y sin injerir en sus asuntos internos. 
 
De regreso al tema precisó que según el presidente estadounidense, Joe Biden, la implementación del plan occidental «no es solo una preocupación humanitaria», sino «una preocupación económica y de seguridad para todos nosotros», incluyendo en el «nosotros» exclusivamente a los países del G7. 
 
Por ello, a su parecer, debe ser este el marco donde deben leerse tanto los exhortos de Macron a levantar las sanciones que pesan sobre Venezuela e Irán para garantizarse el abastecimiento de combustible, así como el interés occidental en retomar las conversaciones con Teherán relativas al Pacto Nuclear de 2015, que se evidenció con la reciente visita a la nación persa del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. 
 
No en balde, la cancillería iraní anunció este lunes algo más que su interés en engrosar las filas del BRICS en el futuro próximo: la reanudación de los diálogos con Occidente en Qatar, si bien condicionó los resultados al levantamiento incondicional de las sanciones occidentales, 
 
Este martes, Teherán comunicó la reanudación de los intercambios con la participación de representantes de Alemania, Reino Unido, Francia y Rusia, además de un delegado estadounidense, el asesor de seguridad Jake Sullivan.  
 
Para concluir señaló que Borrell precisó que en las reuniones no se pondría en discusión la situación del pacto nuclear sino la suspensión de las medidas coercitivas unilaterales e indicó que mientras esto se sucede, la OTAN celebra una cumbre en Madrid. En el encuentro se prevé el anuncio formal del mayor despliegue de tropas en suelo europeo desde tiempos de la Guerra Fría.
 
En su opinión, por una parte esto indica que Europa necesita el petróleo iraní y el petróleo venezolano, por lo que está dispuesta a «tragarse sus sanciones» para aliviar su precaria situación energética; por otra, que el terreno geopolítico se está moviendo y vendrán nuevas cosas en el futuro, acaso muy cercano.  

(LaIguana.TV)