El presidente de Argentina, Alberto Fernández, suspendió su agenda de este miércoles para viajar a la provincia de Jujuy (noroeste) para visitar a la dirigente social Milagro Sala, quien se encuentra internada en terapia intermedia con un cuadro de trombosis venosa profunda.

Fernández argumentó los motivos de su visita en los términos siguientes: «Mi preocupación por la situación de Milagro Sala no es nueva y la he planteado una y mil veces desde que empezó este ciclo de persecución», y recordó que, incluso antes de llegar a la Presidencia, en diciembre de 2016, ya la había visitado.

En ese sentido, se refirió a sus respectivas visitas a Evo Morales y Lula Da Silva, en momentos en los cuales ambos dirigentes fueron perseguidos judicialmente, explicó el mandatario argentino.

El presidente denunció lo que llamó «una práctica que se difundió durante todo el Gobierno anterior [Mauricio Macri, 2015-2019], una práctica de persecución, de invento de causas».

Fernández dijo que el sistema legal argentino se funda en el principio de inocencia y que «todos podemos disfrutar de libertad hasta una sentencia definitiva», pero «nada de esto ha pasado en el caso de Milagro».

De acuerdo al mandatario argentino, «en un Estado de derecho la Justicia debe funcionar de un modo diferente a como yo siento que funciona en Jujuy. Les pido a los jueces que dejen de lado teorías y doctrinas que se difundieron en años anteriores a nuestro gobierno y que definitivamente contradicen la esencia del Estado de derecho».

En conclusión, reclamó a la Corte Suprema que se pronuncie sobre la causa contra Milagro Sala que está en su poder.

Sala fue acusada de varios delitos, todos considerados de persecución política, todos a instancias del entonces gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y avalados, incluso ante la ONU por el entonces presidente Mauricio Macri.

(teleSUR)