La industria petrolera venezolana vuelve a estar en el ojo del huracán geopolítico por causa de las consecuencias de la guerra en Ucrania y Estados Unidos ha tenido que echar –aunque muy discretamente– marcha atrás a algunas medidas coercitivas unilaterales y se acerca nuevamente a Caracas en aras de conseguir nuevamente una fuente segura de hidrocarburos.

La razón tras estos movimientos es la avalancha de sanciones impuestas a Rusia, que ha obligado a Occidente a buscar desesperadamente otros proveedores para suplir el crudo siberiano, que sigue comprando por vía interpuesta a precios muy elevados.

Venezuela, miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), posee 24 % de todo el crudo que hay en el planeta y el bloque posee el 86 %, por lo que resulta decisivo en las políticas de precios y de producción petrolera de todo el mundo.

En este marco, el periodista Clodovaldo Hernández entrevistó a Miguel Jaimes, experto en geopolítica, quien ofreció valoraciones sobre la situación del mercado de los hidrocarburos, el estado de la industria petrolera venezolana, sus potencialidades y el devenir de las energías fósiles.   

La OPEP está en guerra con EEUU y Europa desde su nacimiento

Para el especialista, desde su nacimiento en 1960, la OPEP «ha estado en guerra y enfrentada a los Estados Unidos y a lo que se conoce hoy como esta diluida integración europea» y prácticamente todos los ataques, golpes de Estado, magnicidios y sanciones que ha ejecutado el Occidente global desde el final de la Guerra Fría, han estado dirigidos hacia países de la OPEP. 

«La OPEP está en guerra, amenazada, es la dueña del 86 % del petróleo que hay en el mundo y de eso, Venezuela es la dueña del 24 % del crudo ingenierilmente demostrado en el planeta», insistió.

Sin embargo, insistió en que pese a que la organización ha tenido horas muy bajas, también ha logrado consolidar el poderoso bloque OPEP+, que incluye tanto a sus países miembros como a otros grandes productores, incluyendo la Federación Rusa, México, Azerbaiyán y Catar.

«Este sistema de guerra ha permitido frenar las apetencias europeas y norteamericanas de inundar el mercado. Hay corporaciones que sienten que el mundo debe manejarse con un crudo desbordado pero en sus precios pisoteados. La OPEP tiene que establecer un equilibrio, cuidar sus reservas, su estrategias, tiene una enorme vida y Venezuela en eso juega un papel interesante», opinó.

Desde su punto de vista, el rol del país quedó nuevamente en evidencia con las visitas que realizara recientemente el presidente Nicolás Maduro a países de la OPEP+ en su más reciente gira internacional y que incluyó una reunión con el próximo secretario general de la OPEP, el kuwaití Haitham Al Ghais. 

«Allí se establecen acuerdos, metas, precios, tecnología, intercambio. Es un organismo que tiene que estar vivo y que forma parte de ese sello, de esa huella de esa trascendencia», señaló, al tiempo que recordó el rol fundamental que jugó el expresidente Hugo Chávez en el reflorecimiento de la OPEP, cuando esta se encontraba completamente anulada dentro del concierto internacional y logró que recuperara «su poder», «su participación» y los precios del crudo a través de una estrategia de bandas.

«No hay otra [organización] en el mundo parecida a la OPEP, lo que existen son los marcadores West Texas y el Brent del Mar del Norte, que pertenecen a dos empresas privadas norteamericanas. El único organismo sólido del planeta que discute las políticas petroleras y que pude dar incluso muchísimo más, es la OPEP», completó.

Venezuela sí es capaz de reinsertarse entre los grandes productores de petróleo

Jaimes considera que la industria petrolera venezolana dispone de los recursos materiales y humanos para reinsertarse en el grupo de países que son considerados como grandes productores de crudo.

A su parecer, una de las ventajas más importantes de las que dispone el país es su amplia experiencia como país productor de petróleo –ya suma 149 años–, en las que se ha acumulado todo un saber que permite remontar cuestas importantes, como ya ha sucedido en otros momentos de la historia. 

«En los años de 1922 a 1928, Venezuela, de producción incipiente de capacidad en el tema petrolero, llegó a algo así como 130 millones al año prorrateados. Eso significa unos 600.000 barriles diarios. ¿Qué se tenía en ese momento, si vamos un siglo atrás?», indicó.

Por vuelta, en el presente, el país dispone de seis refinerías –incluyendo el Complejo Refinador Paraguaná, el segundo más grande del mundo– y «capacidad ingenieril y técnica» decididamente superior a la disponible un siglo atrás.

Del mismo modo, aunque el especialista admite que «han existido unas dos zafras de la industria petrolera venezolana» –una en los tiempos del sabotaje petrolero y otra más reciente, en la que muchos profesionales se marcharon al extranjero por la crisis económica–, la industria «aún tiene un músculo en sus procesos y en su personal con capacidad para dar respuesta. Prueba de ello fue haber alcanzado la meta reciente, en diciembre, de haber llegado a un millón de barriles diarios».

Aludió también a las perspectivas de participación de trasnacionales como Eni (Italia), Chevrón (Estados Unidos) y Repsol (España) en el negocio petrolero venezolano por los efectos que tienen estas inversiones en el mercado global y a la nada desdeñable cantidad de profesionales que egresan de las universidades venezolanas en carreras relacionadas con la ingeniería del petróleo.

La apuesta venezolana: diversificar la producción de crudos

Al ser inquirido sobre el tipo de explotación a la que debería apostar Venezuela en estos tiempos, Jaimes señaló que se está apostando por un enfoque mixto, que contempla tanto la activación de nuevos pozos de crudo fino –sobre todo en el estado Zulia– como en la explotación de la Faja Petrolífera del Orinoco, «porque, tarde o temprano, el mundo va a tener que acudir a los no convencionales».

«La extracción del último siglo de los crudos dulces ha sido impresionante. En el año 1955, el planeta se mantenía con 10 millones de barriles, ahora estamos sobre los 100 millones de barriles y eso no se reproduce de una manera tan fácil», justificó.

En la misma línea recordó que trasnacionales «con mucho músculo petrolero» de «una treintena de países» han invertido en la extracción del crudo extrapesado de la Faja. «Si eso no fuese un negocio, ellas no estuvieran allí y no hubiesen traído grandes inversiones para el país», agregó.

En geopolítica hay intereses y mercados, no «buenos ni malos»

En relación con el acercamiento de Estados Unidos hacia Venezuela, Jaimes aseguró que «en la geopolítica hay intereses, no hay ni buenos ni malos; hay mercados y hay negocios. Y también hay equilibrios».

A su juicio, el petróleo «siempre ha servido para la guerra, para el conflicto y se mueve alrededor de este» y en este momento es particularmente importante para las trasnacionales petroleras elevar el precio del crudo todo cuanto sea posible, para así recuperar las pérdidas acumuladas tras el desplome de 2014.

«Tenemos una sociedad inscrita en la guerra. La Guerra Fría no se ha acabado y saben que el precio del crudo se impacta con cualquier declaración o acción de enfrentamiento, tenemos esa situación. En medio de ese modelo está Venezuela. Y la que tiene el cupo actualmente para extraer crudo, es Venezuela», señaló.

El próximo siglo, el planeta seguirá «inclinado» al petróleo

El experto en geopolítica petrolera asegura que si bien están disponibles fuentes de energía alternativas a los hidrocarburos como la eólica o la solar y efectivamente hay avances científico-técnicos en la materia, «lo que no hay es una producción en serie, en masa», por lo que no representa «una alternativa real» para la mayoría de las personas.

Así las cosas, no pone en duda que «el planeta va a seguir, por los próximos 100 años o más allá de un siglo, inclinado al tema del petróleo», puesto que los ciudadanos comunes no tienen cómo acceder a estas fuentes alternativas, con las que ni siquiera podría reemplazarse los cerca de 1.500 millones de vehículos con motor de combustión que conforman el parque automotor mundial. «¿Quién tiene la capacidad de hacer esto y dónde está el poder adquisitivo de todos los ciudadanos para esto? Entonces, no hay una alternativa como tal», cuestionó.

«Sí hay avances científicos, técnicos. Se puede construir un edificio, una casa y le puedes poner energía eólica, solar y solamente algunos podrían adquirirlas, pero ese no es un bien social para cualquier persona, lamentablemente», completó.

Irán, Venezuela y la OPEP: cooperación del más alto nivel

Al ser inquirido sobre la cooperación que Irán ha ofrecido a Venezuela para reactivar su industria petrolera, aún en los momentos más críticos, Miguel Jaimes apuntó datos no menores en relación con la posición de esa nación en el mercado mundial del crudo:

«Es el segundo productor dentro de la OPEP y el cuarto productor a nivel mundial, tiene niveles de casi cuatro millones de barriles al día y tiene una nueva extensión de poliductos hacia el Asia, que está conformada por 48 naciones, concretamente hacia la India, hacia China».

En su criterio, pese a las severas medidas coercitivas unilaterales a las que ha sido sometido «ha sabido defenderse» y dispone de una «capacidad ingenieril, técnica, profesional, muy importante», que ha compartido con Venezuela, su socio, visto que «somos la reserva más grande del planeta».

«Eso es parte de lo que podemos llamar la petro-diplomacia: no esperaríamos menos de Irán, como tampoco esperaríamos menos de cualquiera de nuestros socios que están en la OPEP: ayuda directa, asesorías, capacitación, formación, diluyentes, materia prima», completó.

En relación con el mantenimiento a gran escala de las refinerías venezolanas emprendido conjuntamente con técnicos iraníes, el especialista recordó que esas instalaciones son bastante antiguas –la mayoría se construyó entre las décadas de 1940 y 1950– por lo que es natural que deban ser sometidas a revisiones periódicas, que se complicaron por causa de la política de sanciones estadounidenses.

Sin embargo, es de la opinión de que «con esta nueva tecnología iraní se pueden abrir muchas oportunidades» para que Venezuela disminuya su dependencia de terceros países, si bien alerta que siempre habrá equipos y aditivos que se fabriquen fuera del territorio venezolano, pero podría participar en su elaboración a través de la OPEP.

«Hacia allá tenemos que ir, tenemos que ir hacia la conformación de un centro ingenieril de la OPEP, donde algunos equipos se hagan y se patenten con el sello OPEP», propone.

Sobre la misma línea argumentativa, el especialista indicó que Venezuela debe empezar a producir «un petróleo mucho más limpio, mucho más verde, mucho más ecológico» y consolidar su industria de producción de derivados, un modelo que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador ya posicionó como objetivo estratégico.

Inclusive, Jaimes advierte que para algunos compradores, la refinación del petróleo ya no es rentable y prefieren «recibir el crudo ya transformado en sus diferentes derivados».

«Venezuela debe ir hacia allá. Debería ir hacia allá con un Consejo Nacional de la Energía –nosotros lo hemos llamado así–, donde el país realmente entienda y lea la demanda mundial» y se aleje del modelo comercial impuesto por las trasnacionales hace un siglo atrás, en el que se extrae y se trasiega petróleo a otras economías, pero se importan sus derivados, aunque reconoce que estas modificaciones requieren «mucha inversión».

Venezuela, el país petrolero que honra su ignorancia sobre el petróleo

Para concluir, Miguel Jaimes reflexionó en torno a la ignorancia que existe en el país en torno al tema petrolero, que se extiende incluso a las propias instituciones del Estado.

A este respecto refirió que no hay ni siquiera «una biblioteca sobre el petróleo» que recoja la producción local –que no es para nada inexistente, como incluso aseguran algunos «expertos»– y mucho menos existen otras instituciones como el Consejo Nacional del Petróleo, un Consejo de Ingeniería destinado a realizar pruebas y a diseñar equipos para la industria local, ni fiscalías o tribunales especializados en delitos cometidos en el ámbito petrolero.

En la academia, la situación dista de ser mejor, puesto que, en su decir, «ha habido una negación» con respecto a la importancia del tema, que se ha traducido en la eliminación de cátedras universitarias y postgrados, así como persecución y expulsión de las universidades autónomas de los especialistas que han dictado asignaturas relacionadas. 

Empero, Jaimes refirió que actualmente está activo el Diplomado Internacional en Geopolítica del Petróleo y Energías, adscrito a la Cátedra Gumersindo Torres de la Universidad del Zulia en el que participan 18 profesores procedentes de 12 países y que se ofrece bajo la modalidad a distancia.

No obstante, admite que este ocultamiento deliberado de información por parte de los estamentos del saber-poder, no se limita exclusivamente a las aulas universitarias y tampoco solo al tema del petróleo, pues se ha desarrollado toda una cultura de silencios en torno a temas centrales como el agua, la alimentación y la tierra, lo que ha modelado la relación que los venezolanos tenemos con tan acuciantes asuntos.

(LaIguana.TV)