Álex Lanz, el hijo mayor del Carlos Lanz sostuvo desde un principio la tesis de que su padre salió de la casa en compañía de una persona de su confianza. Así lo dijo en agosto de 2020, en una entrevista exclusiva para LaIguana.TV, cuando aún no había transcurrido un mes de la desaparición del conocido cuadro revolucionario.

“Papá jamás sale solo, si va a salir avisa. Cuando dice ‘ya vengo’, uno sabe que está montado en alguna locura de esas soñadoras tan suyas. La única posibilidad que nos cabe es que haya sido convocado por alguien, obviamente conocido”, dice Alex Lanz, hijo del profesor Carlos Lanz, quien desapareció de su hogar en Maracay, el 8 de agosto de 2020.

Alex Lanz señaló entonces que por respeto a las investigaciones, los familiares no podía moverse con elucubraciones, pero admitió que no era descabellado pensar que la desaparición tuviera que ver con acciones de tipo militar con carácter político. “Él ha trabajado en el estudio de las operaciones psicológicas, las acciones militares irregulares, el culto al odio por las redes sociales, el asesinato de reputaciones que desarrollan los enemigos de Venezuela, y desaparece justo dos días después de la sentencia a 20 años de prisión de los mercenarios estadounidenses y paramilitares de la Operación Gedeón… Da mucho qué pensar”, dijo.

-¿Hay alguna novedad de la que pueda hablarse?

-Cualquier persona puede tener su teoría sobre lo que pasó. Nosotros preferimos esperar los resultados de las investigaciones, que han estado en curso desde el primer momento, y ahora más, con el pronunciamiento del fiscal Tarek William Saab. Sí tenemos nuestras ideas sobre lo que pudo haber pasado, sobre todo por el modo de vida de mi papá, sus costumbres, sus hábitos. Como cualquier otra familia, sabemos qué hace y qué no hace uno de sus integrantes cotidianamente. Y esta desaparición no tiene nada en común respecto a la cotidianidad de papá.

-Hace unos días vimos un recuento que hiciste del caso. Allí decías que el modo en que tu padre salió de la casa ese día no concuerda con su manera de comportarse habitualmente, que es la típica de los revolucionarios de los viejos tiempos…

-Hice ese recuento para aclarar corrillos malintencionados muy normales en las redes sociales. Es una manera de buscarle racionalidad a lo que pasó. Los guerrilleros de la vieja guardia siempre están pendientes de su seguridad. Yo a veces le he dicho: “pero bueno, tú como que eres paranoico, siempre crees que te están siguiendo”. Tomando en cuenta eso, objetivamente hablando es una extraña desaparición. Tampoco tienen pies ni cabeza esas teorías de que, como es un viejito de 76 años, de un día para otro le dio Alzheimer, se fue para la calle y no volvió. Ojalá yo tuviese la capacidad intelectual de producir conocimientos como los produce él a su edad. No creo que un comelibros que hasta el día anterior estaba escribiendo ensayos y folletos, de pronto va a tener Alzheimer y se va a perder de la casa. Por supuesto que cualquier persona de cierta edad está propensa a ese tipo de enfermedades, es parte de nuestra naturaleza, pero no de manera tan repentina. Otra de las teorías a las que quiso responder es a que pudo haber sufrido una complicación por su condición de diabético, pero en tal caso hubiese sido localizado por alguien.

-El profesor Lanz ha sido uno de los estudiosos más prolíficos de los temas relacionados con la guerra de cuarta generación y las operaciones psicológicas de los enemigos de la Revolución y del pueblo venezolano, razón por la cual mucha gente, incluso sin ningún otro argumento, opina que puede haber un móvil político. ¿Qué te parece?

-Los organismos de investigación son los encargados de dilucidar lo que pasó, pero uno no puede olvidar la situación política en Venezuela. En los últimos tiempos hemos visto desde un loco autojuramentándose en una calle hasta operaciones armadas como Gedeón. Anoche estaba viendo un programa que papá hizo con Walter Martínez, creo que en junio de 2019. Lo recomiendo. Allí él decía, basado en sus estudios e investigaciones que se han hecho, algunas cotejadas con oficiales de la Fuerza Armada, existía la posibilidad de que ocurriera algo muy semejante a lo que se presentó luego, este año, con los mercenarios locos estos de la Operación Gedeón. Entonces, no es descabellado pensar que la desaparición de papá tenga que ver con acciones de tipo militar con carácter político. Él ha trabajado con todo eso: las operaciones psicológicas, las acciones militares irregulares, el culto al odio por las redes sociales, el asesinato de reputaciones que practican los enemigos de Venezuela, y entonces desaparece  el 8 de agosto, dos días después de la sentencia a 20 años de prisión de los mercenarios estadounidenses y paramilitares. Es demasiada casualidad. Obviamente da para pensar mucho. Pero, insisto, son los organismos del Estado los que tienen que dar con la persona, con mi papá, y establecer las razones, el porqué de lo ocurrido.

-¿Tuvieron ustedes algún indicio de que el profesor Lanz haya recibido en los últimos días alguna amenaza que pudiera ser la causa de lo que ocurrió?

-Si hubiese recibido alguna amenaza, a mí me lo hubiese dicho disimuladamente, pues siempre está cuidando la seguridad de mi hermana menor, que es la que convive con él. Evidentemente, las amenazas siempre existen, las no escritas, las que no dejan pruebas. Él es un posible blanco en términos de operaciones militares, por su figura, por lo simbólico y también por lo fácil, pues no tiene escoltas ni esa seguridad que algunos pudieran creer que tiene. Las amenazas han existido sobre él desde que tenía 17 años, él ha convivido siempre con la amenaza, pero en este caso específico, siendo honestos, no supimos que haya sido amenazado.

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)