La vida en el pueblo de La Colonia Tovar, ubicado en el estado Aragua, no es solo turismo, va más allá de las típicas fresas con crema, la comida tradicional alemana y posadas. En la semana, la cotidianidad de sus habitantes es muy diferente y así lo explicó una de sus residentes, Yuly Schmuck.

La joven narró en Twitter que el trabajo con el turismo únicamente se desarrolla los fines de semana, en temporadas de vacaciones y feriados, mientras que los días sin este tipo de actividad, el movimiento comercial se restringe a abastos, bodegas, (no hay supermercados), tiendas de ropa, ventas de repuestos, talleres mecánicos, peluquerías y colegios, entre otros.

Asimismo, se activa el sector agrícola con el comercio de frutas y hortalizas que salen de la región al interior del país.

Detalló que de lunes a jueves, después de la 7 de la noche ningún negocio está abierto. «Después de esa hora es como un pueblo fantasma, no consigues ni un perrito en la calle. Si hay que hacer compras, debemos hacerlas en el día», relató.

Precisó que la Colonia Tovar cuenta con tres estaciones de servicios: en la vía hacia Caracas, La Victoria y la tercera, en el centro.

En cuanto a establecimientos de salud no hay hospitales, ni clínicas. Sin embargo, está operativo un ambulatorio y algunos médicos atienden en consultorios privados, por lo que las emergencias que no pueden ser asistidas en el pueblo, son referidas a La Victoria o Maracay.

Al mencionar el tema de la seguridad, Yuly Schmuck aseguró que se encuentran una subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), un destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana y de la Guardia del Pueblo. Además operan conjuntamente un comando de la policía estatal y de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

«En la Colonia [Tovar] no hay edificios. Una Ordenanza Municipal prohíbe construcciones de más de 4 pisos, tampoco puede haber franquicias como KFC, McDonald’s», puntualizó. De igual manera, no existen cines, discotecas o bares.

Con respecto a las fachadas de las casas, también hay regulaciones: solo se admite que estén pintadas de blanco con rayas negras, o beige con rayas marrón, al tiempo que los techos solamente pueden ser rojos o verdes.

No hay taxis y autobuses que trabajen dentro del municipio, solo hacia La Victoria o El Junquito.

La mayoría de los residentes posee algún vehículo para movilizarse, pero si algún conductor encuentra caminando a uno de sus lugareños lo sube con él, porque casi todos se conocen.

«A muchos les parece aburrida la vida aquí, pero lo cierto es que tenemos mucha paz y tranquilidad y eso no es negociable. Por eso seguimos siendo un pueblo y queremos seguir así, porque todas estas reglas han hecho que la Colonia Tovar mantenga sus costumbres y tradiciones», reflexionó Yuli.

(LaIguana.TV)