En opinión de Nelín Escalante, periodista y analista de temas de economía y negocios, la recuperación económica que se registra en el país es «muy endeble», porque los ingresos aún dependen en gran medida de la industria petrolera, cuya reactivación no ha alcanzado las estimaciones previstas.

En este marco, asegura que el gobierno del presidente Nicolás Maduro enfrenta importantes desafíos, derivados de lo que en su criterio constituyen decisiones tomadas tardíamente, el efecto de las medidas coercitivas unilaterales y una creciente demanda de los trabajadores del sector público para mejorar su poder adquisitivo, que podría aliviarse parcialmente con el pago de algunos compromisos en dólares, tales como los aguinaldos.

El especialista sostiene que el incremento en el tipo de cambio entre el bolívar y el dólar que se registró el pasado mes de agosto, es una expresión de «las fisuras de la economía», pues la inyección de 2.400 millones de bolívares destinada a honrar compromisos con los trabajadores de la administración pública –principalmente de la educación– hizo que la liquidez subiera 22 % y el mercado cambiario no fue capaz de resistirlo.

A su juicio, esta inyección masiva de dinero alteró la «disciplina fiscal que ha venido imponiendo el gobierno hace dos años aproximadamente» y que supone la restricción en la emisión de dinero inorgánico, a su juicio, causa de la inflación.

«Eso que se hizo, demostró que la economía todavía está muy débil, no es una economía sólida, puesto que nuestra principal palanca, nuestro principal motor sigue siendo el petrolero», arguyó, no sin señalar que aunque es verdad que la industria petrolera está sometida a un régimen de medidas coercitivas unilaterales, su debacle se debe a la inadecuada gerencia durante la extensa gestión del exministro Rafael Ramírez.

«Esa industria, que sigue siendo el motor de nuestro país todavía no levanta cabeza y se esperaba que este año pudiera llegar por lo menos a un millón sólido de barriles y eso no se ha logrado. Cierto es que se ha mejorado en algo la producción en las refinerías, pero todavía el país tiene mucha debilidad, porque esa palanca no está activada», enfatizó.

Divisas insuficientes, la causa real tras el alza del dólar

En concordancia con lo que han expresado voceros gubernamentales, como el diputado Jesús Faría, Escalante estima que la razón de fondo es que el país no dispone de suficientes divisas para hacer frente a la demanda en el mercado cambiario.

«Si la economía crece, demanda más importaciones y si demanda más importaciones, hay que pagar esas importaciones en divisas allá afuera. Eso no se paga con bolívares ni con petros (…) y la fuente de generación de divisas la tiene el motor del Estado», argumentó, refiriéndose en particular a la estatal Petróleos de Venezuela.

A su juicio, otros sectores que han devenido en exportadores como los roneros, productores de cacao o camaroneros, «son incipientes» y no representan «una gran fuente de generación de divisas», por lo que bajo estas condiciones se «genera presión sobre el tipo de cambio».

En favor de esta tesis indicó que tras el alza en el precio del dólar registrado el pasado agosto, el Banco Central de Venezuela esperó varias jornadas antes de intervenir, cuando ya era evidente que las cotizaciones en el mercado oficial y el paralelo se habían incrementado sustancialmente.

«Más de 400 millones en tres días, es la pregunta que uno se hace. ¿No tenía los dólares? ¿Estaba interesado el Banco Central o el propio gobierno en devaluar la moneda? Eso genera una duda, que es la capacidad que tiene el Banco Central de Venezuela para responder a una demanda mayor de divisas», cuestionó.

La recuperación económica es débil porque se basa en servicios

Para Nelín Escalante, es indiscutible que el país vive una fase de recuperación económica, pero señala que esta es «débil» porque está «basada sobre todo en los servicios» y «el comercio» antes que en la construcción o las industria pesadas y manufacturera.

A modo de ilustración acusó la aparente inexistencia del sector construcción y la ausencia de ensambladoras de vehículos, aún cuando en épocas pretéritas llegaron a funcionar unas siete.

«Cualquier país del mundo que se considere con una economía desarrollada tiene su propia marca automotriz o tiene por lo menos un sector automotor pujante. Nosotros hoy en día no lo tenemos, tenemos son carros importados y no hay ninguna planta ensamblando vehículos en Venezuela», adujo.

En su criterio, las carencias registradas en la manufactura de materias primas tiene su origen en la ineficiencia operativa que se registra en las empresas básicas de Guayana, responsables de la producción de hierro, acero y aluminio para el sector secundario de la economía.

«Es una economía que se recupera, pero basada en servicios, y eso es lo que la hace tan débil. No es en base a una transformación de materia prima y de producción», enfatizó.

La élite empresarial sigue siendo la misma

Desde el punto de vista de Escalante, en Venezuela no se ha construido una nueva élite empresarial, pues la mayoría viene «del mismo sector, de las mismas organizaciones» e incluso «muchos han hecho inclusive carrera gremial para llegar a esos cargos», por lo que la cercanía con el Gobierno Bolivariano obedece a una necesidad de supervivencia, tras haberse alineado en 2019 con el así llamado interinato.

«Ellos en aquel momento señalaron que la única institución legítima que ellos reconocían era la Asamblea Nacional, que tenía como presidente a Juan Guaidó –y además ya era un presidente autoproclamado–, pero que ellos no reconocían a Nicolás Maduro Moros», recordó.

Empero, en 2020, el entonces presidente de la patronal Fedecámaras, Ricardo Cussano, «comienza un acercamiento con el gobierno, cuando ve (…) que la estrategia con Juan Guaidó era un fracaso», porque de otro modo se hundirían.

«Ya se dieron cuenta de que es una estrategia fracasada, que tienen que convivir con el gobierno del presidente Maduro y eso es lo que han hecho ahora: aceptarlo, buscar un acercamiento. Y el gobierno, también por sus propias necesidades, ha aceptado ese acercamiento y hoy en día se ve cómo se toman decisiones que han venido solicitando los empresarios», explicó.

Tal alianza, puntualizó, ya ha dejado algunos saldos concretos, pues el gobierno ha venido atendiendo las demandas que ha formulado el empresariado, justificadas en el incremento de su productividad.

«¿Hasta cuándo durará esto? No lo sé. Ciertamente, a los empresarios no les gusta el gobierno, Están obligados a sentarse con ellos. No estoy claro si al gobierno le gustan estos empresarios», comentó.

Los emprendimientos deben ser sustentables

Al ser consultado por Hernández sobre el rol de los emprendimientos en la recuperación económica, Escalante señaló que si bien muchos surgieron como alternativa de consumo por causa de la escasez de productos básicos o el cierre de locales en el marco de la pandemia, la mayoría de estas iniciativas de pequeño tamaño ha terminado por zozobrar, porque no tienen cómo competir con marcas producidas a escala industrial.

«El emprendimiento hay que verlo de otra manera, de forma más sustentable (…), [pensar] en qué tipo de emprendimiento podemos hacer sustentables en el tiempo y no presentar al emprendimiento como la solución de todo», cuando en realidad puede ser solamente un alivio contingente a la necesidad de ingresos adicionales, señaló.

A su parecer, los únicos emprendimientos sustentables y con capacidad de expandirse «son los dirigidos a transformar materia prima, pero materia prima a fondo, industrial». «Si no pensamos de esa manera, eso no va a ser la solución», advirtió.

Como prueba de cuán difícil puede ser para una marca pequeña insertarse en el mercado, refirió que «en este acercamiento con los empresarios, el gobierno hizo un anuncio de un acuerdo con la Asociación Nacional de Supermercados y Afines (ANSA), que agrupa las grandes cadenas de supermercados en el país y no hemos visto avances sobre esto», a pesar de que «se hizo un registro, se habló de una posibilidad de entregar créditos a los emprendedores hasta por 17.000 dólares en la banca».

En la misma línea, el experto aseguró es imprescindible revisar muy bien la naturaleza del emprendimiento al que se le está otorgando financiamiento, particularmente en lo que respecta a su proyección en el largo plazo, porque de otro modo podrían repetirse errores semejantes a los que en su día se cometieron al destinar ingentes recursos para financiar cooperativas en el marco de la Misión Vuelvan Caras, muchas de las cuales tuvieron una vida exigua.

¿Giró a la derecha el gobierno de Maduro?

Nelín Escalante es bastante crítico con quienes señalan al gobierno del presidente Nicolás Maduro de adoptar medidas económicas de derecha, especialmente si se trata de personajes que formaron parte del gobierno del presidente Hugo Chávez (1999-2013), donde, asegura, se cometieron errores cuyas consecuencias se han extendido hasta el presente.

«Desde mi punto de vista, el gran error del presidente Maduro es no haber hecho los cambios desde el momento en que asume la presidencia de la República, después de ganar en el año 2013. (…). El control de cambio lo teníamos desde 2003 (…). Ahí hay muchos responsables que hoy salen a criticar. [Jorge] Giordani es uno, [Rodrigo] Cabezas es otro, pero ellos formaron parte de esos errores», puntualizó.

Así las cosas, asevera que «el error histórico» del actual mandatario «es no haber cambiado a tiempo su política económica» con decisiones como negarse a recortar el gasto público, aún cuando era evidente que los ingresos iban en caída; mantener el control de cambio hasta 2019 y optar por la banca digital muy tardíamente, tras una crisis prolongada con el efectivo.

«Esos cambios pudieron haber comenzado un poco antes. Ahora, con cambios completos en la economía, había que hacer un viraje que no se hizo. Hoy día sigue siendo muy endeble, [porque] además, el gobierno tiene todavía muchos enemigos», agregó.

En particular, se refirió a los efectos propagandísticos de publicaciones financieras como las de la firma Torino Economics –dirigida por el economista Francisco Rodríguez, ligado a la oposición y partidario de la dolarización–, que cuando estaba vigente el control de cambio, inventaron el término «dólar implícito» para justificar las alzas cambiarias, pese a que el gobierno tenía la capacidad para mantener estable el precio de la divisa estadounidense.

«Como hoy día la masa monetaria en bolívares es pequeña (…) –realmente el dólar debería costar cuatro bolívares, a lo sumo–, entonces ahora inventaron otro término: el dólar de equilibrio. Entonces el dólar de equilibrio era, hasta hace poco, de 10 y 14 bolívares, pero como subió el dólar, entonces el de Torino Economics, Francisco Rodríguez, dijo ayer que el dólar de equilibrio es de 18 y 22 bolívares», criticó.

Lo peor, añadió, que después de que se verifica su profecía autocumplida, «y ellos mismos salen a decir que la inflación subió», pese a que están plenamente conscientes de que «fijar el dólar a esos niveles es disparar la inflación».

«Para el gobierno es complejo, cuando tienes una serie de actores económicos que tienen, además, público, tienen tribuna cuando lanzan unas cifras al voleo», valoró.

Del otro lado de la acera, Escalante se permitió avanzar comentarios sobre las exigencias de mejoras salariales que están haciendo los trabajadores del sector público por medio de protestas de calle.

«Yo creo que el gobierno debe sentarse a buscar soluciones con ellos, no perseguirlos ni meterlos presos, porque además hay algo importante: esta gente hoy día no se está dejando guiar por políticos. (…). Hoy en día creo que han entendido que su lucha es distinta, porque los intereses de los políticos definitivamente no van con la clase trabajadora: venden las empresas que tenemos allá afuera o las quiebran, como en el caso de Monómeros», adujo.

A su juicio, los trabajadores han hecho un planteamiento y el gobierno está impelido a pronunciarse, particularmente porque desde marzo, cuando se decretó el último aumento de salario mínimo, el poder de compra se ha reducido en casi 50 %, lo que afecta a las personas más vulnerables y que no disponen de otras fuentes de ingresos, como los pensionados.

Empero, desde su punto de vista, el Ejecutivo no está del todo de manos atadas y puede ofrecer alivios parciales a estas demandas, como el cancelar beneficios contractuales puntuales en dólares, sin que ello abra el compás para la exigencia de pagos de salarios en divisas, pues es claro que no tendría cómo honrar ese compromiso.

«El pago de aguinaldos, ¿cómo lo va a hacer? Han planteado que se pague en divisas y yo creo que eso es posible, porque usted le entregó 400 millones en divisas a la banca para contener la devaluación, usted ha permitido que se abran cuentas en divisas. ¿Qué de malo tendría que pagos puntuales se realicen en divisas para no generar más bolívares en la calle y se nos cree toda esta distorsión?», refirió.

En favor de esta propuesta argumentó que, por un lado evita que se replique un escenario como el vivido en agosto, cuando el incremento abrupto de la masa monetaria se tradujo en una devaluación y, por otro, los dólares finalmente terminarían en manos de la banca, que los tendría disponibles para subastas.

«Me parece que es interesante, que no hay que cerrarse a ese tipo de planteamientos, porque son soluciones coyunturales que se deben buscar para contener lo que más le afecta a la gente, que es el alza de los precios», concluyó.

(LaIguana.TV)