El filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela, en su programa Desde Donde Sea, afirmó que el interés de la Casa de Nariño en torno a lograr el levantamiento de las sanciones gringas contra Venezuela parece obedecer a un plan estratégico y no a meros pronunciamientos mediáticos, pues este 14 de septiembre, el presidente Gustavo Petro comunicó que le pidió al presidente Nicolás Maduro que considerara el reingreso de Venezuela a la Organización de Estados Americanos (OEA) y adelantó que solicitará lo mismo al presidente nicaragüense, Daniel Ortega. 

Sobre esta información refirió que en el acto de posesión de varios embajadores, entre ellos, el embajador de Colombia ante la OEA, Luis Ernesto Vargas, Petro destacó que había solicitado al presidente venezolano, Nicolás Maduro, que «reingresara al Sistema Interamericano de Derechos Humanos», un convenio formado por los Estados miembros del ente hemisférico. 

En precisión, indicó que Petro planteó la posibilidad de «pedirle a Nicaragua que reingrese también», aunque aclaró que «son decisiones de ellos, obvio, no son nuestras. No las podemos imponer». 

En su opinión, sin que esto signifique una correspondencia de prioridades y enfoques entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Gustavo Petro, sí deja en evidencia que Bogotá está marcando distancia de las sumisiones que caracterizaron administraciones anteriores, en favor de una política exterior más soberana y más apegada a sus intereses nacionales. 

No obstante, acotó, cabe esperar que en Washington no serán bien recibidas las propuestas, porque le permitirán a Venezuela tomar oxígeno y evadir sanciones, menos todavía si ello sucede con la ayuda de Colombia. 

Por esto no resulta sorprendente que este jueves el subsecretario de Estado para América Latina, Bill Nichols amenazara con una nueva ronda de medidas coercitivas unilaterales, si el Gobierno Bolivariano no accedía a retomar las conversaciones con el sector de la oposición respaldado por la Casa Blanca. 

«Nicolás Maduro comete un error grave si piensa que nuestra paciencia es infinita y que las tácticas dilatorias le van a servir», dijo, citando las palabras de Nichols. 

Para Pérez Pirela, la invocación al diálogo puede interpretarse como una excusa por parte de la administración Biden, toda vez que la así llamada Plataforma Unitaria no tiene nada que ofrecer a las autoridades venezolanas, que, de a pocos, han logrado consolidar estrategias de supervivencia frente a las coerciones, punto real de los intercambios. 

on respecto a las propuestas de Petro, el gobierno venezolano aseguró que está dispuesto a discutir los términos y condiciones en los que se produciría su retorno al bloque andino, si bien admitió que podría representar una ventana de oportunidad para sortear las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos, redondeó. 

Según dijera la vicepresidenta Delcy Rodríguez, «el presidente Nicolás Maduro ha hablado de la vuelta de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones en nuevas condiciones, en nuevos términos, considerando no solamente las vulnerabilidades de nuestro país como nación bloqueada, sino también su potencialidad. Y aquí el papel de la CAF es fundamental». 

(LaIguana.TV)