El conflicto entre Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que tiene a Ucrania como escenario, está entrando en una fase de escalada que podría desembocar en una guerra con armas nucleares, advirtió el comunicador político y filósofo venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela, en su programa Desde Donde Sea

“El mundo está a las puertas de la profundización del conflicto que tiene lugar en Ucrania, el cual puede transformarse en otra guerra o en la siguiente etapa de la misma, pero bajo otros criterios, que pueden llevar a una confrontación entre potencias nucleares”, expresó.  

El analista presentó algunos de los hechos más recientes, como el llamado a filas de 300 mil rusos; un cambio de tono en los discursos del presidente Vladímir Putin; y la inminente realización de referendos en varias de las regiones ucranianas que han estado enfrentadas al régimen de Kiev. Si estas regiones deciden anexionarse a la Federación Rusa, las acciones militares ucranianas contra sus territorios pasarían a ser ataques directos a Rusia y respondidos en consecuencia. 

“Así las cosas, vale la pena preguntarse: ¿se desató la guerra total en Ucrania? ¿Quién gana la guerra en este momento entre la OTAN (Ucrania) y Rusia? ¿Qué implica la movilización parcial que ahora decreta Putin? ¿Seguirán Estados Unidos y la Unión Europea armando hasta los dientes a Ucrania? ¿Se llegará a la guerra nuclear?”, se preguntó Pérez Pirela en la introducción del trabajo de investigación periodística. 

Como es su costumbre, reforzó el editorial con el Iguanazo, la caricatura de Iván Lira en la que la mano de Estados Unidos sostiene un tanque de guerra y una mano afrodescendiente, una paloma de la paz. 

La movilización parcial 

El miércoles 21 de septiembre, Putin anunció la movilización parcial de efectivos militares hacia el frente de guerra en Ucrania, una medida que ha sido calificada en Occidente como prueba irrefutable del «desespero» del Kremlin por ganar una guerra que ya pierde.  

Sin que los eslóganes occidentales puedan calificarse como ciertos, en las últimas semanas, la guerra subsidiaria entre Rusia y la OTAN ha salido del estancamiento tras la reconquista por parte de las Fuerzas Armadas ucranianas de zonas en el sureste del país que estaban en manos rusas desde principios del pasado marzo.  

No obstante, estos movimientos merecen ser analizados con más detalle, pues se inscriben en una tensión creciente entre la Alianza Atlántica y Moscú que hacen suponer que es cuestión de tiempo antes de que se desate la guerra abierta entre los dos bloques.  

La declaratoria de movilización parcial al frente de guerra en Ucrania anunciada este miércoles por el presidente Vladímir Putin, permite concluir sin esfuerzo que el conflicto ha escalado a una nueva fase, cuyos alcances e implicaciones todavía no están demasiado claros.  

El titular de LaIguana.TV lo reseñó así: Putin decretó movilización parcial en Rusia: ¿Qué implica la medida? 

En un mensaje a la nación, el mandatario ruso explicó que serán reclutados obligatoriamente quienes pertenezcan a la reserva, hayan servido en las Fuerzas Armadas o cuenten con competencias técnicas relevantes para la acción militar, así como con experiencia de combate

Además, indicó que antes de ser enviados al frente e independientemente de su bagaje anterior, los soldados recibirán una capacitación especial orientada por el aprendizaje que ha dejado el conflicto.  

“Esto implica tiempo, no es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana”, acotó el presentador. 

Putin justificó este nuevo despliegue –que puede interpretarse como una intensificación de las acciones bélicas– sobre la base de la ampliación de la línea de confrontación, hecho que atribuyó al envío de armas y mercenarios a Kiev por parte del «Occidente colectivo», así como el torpedeo a las negociaciones de paz que se desarrollaban en Estambul.  

También aseguró que quienes sean convocados disfrutarán en igualdad de condiciones de los beneficios económicos, institucionales y sociales de quienes prestan servicio por contrato en las Fuerzas Armadas rusas.   

En el programa se presentó una la alocución de Putin en varios fragmentos. En el primero, el mandatario dice que la línea de contacto supera los mil kilómetros, enfrentando a toda la maquinaria militar del occidente colectivo. Para garantizar la seguridad del pueblo, apoyo la propuesta del Ministerio de Defensa de realizar una movilización parcial, que contempla solo los ciudadanos de la reserva. 

“Estamos en una escalada de la guerra y ya comienza a no ser tan popular en Rusia, debido a ese llamado a filas, aunque esto no tiene nada que ver con la propaganda estadounidense y europea, que sostiene que los rusos huyen desesperados hacia otros países para no ser incorporados al ejército”, comentó Pérez Pirela. 

Otra declaración reseñada fue la del ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, quien detalló que el nuevo decreto de movilización parcial implicará el llamado a las filas de 300.000 personas, que en sus dichos equivale al 1 % de la población perteneciente a la reserva.  

En la misma línea descartó que el mecanismo de reclutamiento incluyera a estudiantes universitarios o a los ciudadanos que están cumpliendo el servicio militar.  

Según el funcionario, desde que iniciaron las hostilidades, Rusia ha perdido 5.937 soldados mientras que unos 100.000 combatientes ucranianos –combinación entre su ejército regular y mercenarios– habrían caído en el campo de batalla, cerca de la mitad de toda su fuerza militar.  

El moderador alertó que todas estas cifras, igual que las suministradas por el otro bando, deben ser tomadas con precaución porque la divulgación de datos falsos o tergiversados es parte intrínseca de cualquier guerra.  

Shoigú dijo además que el comando central de las operaciones ucranianas en Kiev está dirigido por funcionarios occidentales, aunque no precisó de qué nacionalidades y rangos serían estas personas.  

Los referendos inminentes 

Este anuncio Vladímir Putin debe ser puesto en contexto por diversas razones. En primer lugar, debe recordarse que el martes 20, las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporizhia anunciaron que organizarán referendos de anexión a la Federación de Rusia, los cuales se celebrarán entre el 23 y el 27 de septiembre. 

“Esto es ya, es cayendo y corriendo, como decimos en Venezuela. Y aquí es donde se juega todo. Si esas repúblicas resuelven sumarse a la Federación Rusa, ya el frente de batalla no estará en Ucrania, sino Rusia, y la OTAN tendrá que atacar territorio ruso”, explicó el conductor del espacio. 

Tras esta noticia, la Duma (Cámara Baja del Parlamento) respaldó la iniciativa electoral en el sureste ucraniano y el propio Putin manifestó que los órganos del poder estatal ruso harían lo necesario para que, de ser positivo el resultado en las urnas, esos territorios se incorporen como sujetos de pleno derecho a la Federación.  

En otro fragmento del discurso de Putin, dijo una solución pacífica no convenía a occidente y por eso torpedeó los acuerdos y envió más armas y mercenarios al frente. 

En cuanto a los posibles resultados de las consultas, Pérez Pirela dijo que, si bien es muy posible que la guerra haya mellado el respaldo a Rusia de los ciudadanos de esas regiones, lo más probable es que, tal como ya ocurrió en 2014 en la región de Crimea, la participación sea alta y el resultado sea favorable a la anexión.  

“El dato no es simplemente electoral, sino que define un nuevo planteamiento político dentro y fuera del país eslavo: Ucrania, de nación agredida, pasaría a considerarse un país ocupante del territorio de Rusia y cualquier acción militar realizada con respaldo occidental escalaría al estatus de agresión directa –subrayó-. Solo así se entiende el viraje discursivo de Putin en su mensaje de este 21 de septiembre, en el que la protección de los habitantes de etnia rusa en el Donbás de los ataques ucranianos figura como un objetivo subordinado a la defensa de la integridad territorial de Rusia frente a la creciente amenaza de la OTAN”.  

Para argumentar este punto de vista, el presidente ruso recordó que la OTAN y sus aliados han admitido sin rubor que contribuyeron a la caída de la Unión Soviética en 1991 y denunció que existen planes para balcanizar el país en pequeñas repúblicas enemistadas entre sí.  

Siempre siguiendo lo expresado por Putin, allí radicaría el interés de lo que denomina «el Occidente global» para azuzar las tensiones ruso-ucranianas y utilizar a Ucrania como punta de lanza para desmembrar a Rusia, especialmente desde el golpe de Estado de 2014, bautizado en los medios como Euromaidán.  

En un tercer tramo del discurso de Putin, este dijo que llevan mucho tiempo desarrollando esos planes en diferentes regiones. 

Pérez Pirela puntualizó que “el nuevo orden discursivo expuesto por Rusia este miércoles presenta, por tanto, dos cambios destacables: la ‘operación militar especial’ ya no es tanto una acción de desmilitarización y desnazificación en el Donbás, como una de protección existencial de su propio Estado. Esto cambia absolutamente todo”. 

Riesgo de confrontación nuclear 

Bajo ese nuevo enfoque, Rusia alega que puede utilizar todo recurso es válido, incluyendo el armamento nuclear.  

A este respecto, Putin denunció que el territorio ruso ha sido atacado desde posiciones ucranianas con armas proporcionadas por Occidente, lo que en su decir obedece a presiones de la OTAN sobre el gobierno ucraniano, al tiempo que la Alianza ha desplegado todos sus equipos en las fronteras rusas para hacer monitoreo del conflicto en caliente.  

Conviene apuntar que, aunque en numerosas ocasiones tanto el Kremlin como la Casa Blanca han descartado la posibilidad de una guerra atómica, en data reciente se han acusado mutuamente de emplear este asunto como mecanismo de presión y hasta de chantaje.

A este último término recurrió Putin para referirse al uso de ojivas en el marco de la guerra en Ucrania. El gobernante afirmó que su país posee armas de destrucción masiva superiores a las de la OTAN, enfatizó que no bromeaba sobre el tema y avanzó que estaría dispuesto a dispararlas para defenderse. 

“Dijo que esto no es una bravuconada, y si tiene que utilizar las armas nucleares, lo hará. Me parece que Putin no está jugando”, aseveró Pérez Pirela. 

Huelga decir también que hace varias jornadas, voceros rusos han advertido que, si Occidente envía armas al frente de batalla capaces de atacar directamente el territorio de Rusia, Moscú interpretaría los actos como un ataque directo de Estados Unidos.  

Una nota al respecto de LaIguana.TV se titula: La advertencia de Moscú a EEUU: Serán arrastrados a un conflicto con Rusia si Ucrania obtiene misiles.

El texto señala que el pasado 14 de septiembre, el embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, aseguró que Estados Unidos será arrastrado a un conflicto militar con Moscú si Ucrania recibe misiles de largo alcance y estos impactan en territorio ruso. 

El diplomático dijo a la agencia Sputnik que su gobierno estaba preocupado por las demandas sostenidas de Ucrania para recibir «misiles tácticos ATACMS, diseñados para dar en objetivos a una distancia de hasta 300 kilómetros» de los países de la OTAN.  

«Si Kiev obtiene esas armas, grandes ciudades rusas, así como instalaciones industriales e infraestructura de transporte, estarán dentro de las áreas de posible destrucción y ese escenario significaría un involucramiento directo de Estados Unidos en una confrontación militar con Rusia», advirtió. 

Vistas en la distancia, estas declaraciones dan cuenta de un progresivo cambio en la concepción del conflicto por parte de Moscú, no limitadas al alcance de los micrófonos, aunque inicialmente pudiera interpretárselas así.  

“Estados Unidos no va a detener esta guerra porque está vendiendo armas, gas y debilitando a Europa. Es un negocio redondo”, resaltó el moderador, antes de presentar las declaraciones del canciller ruso, Serguéi Lavrov, quien al intervenir el jueves 22 ante el Consejo de Seguridad de la ONU, subrayó que el enfrentamiento de Rusia no es solo contra «el régimen de Kiev» sino contra la maquinaria bélica occidental. 

Desde la perspectiva de Moscú, «Occidente» es una parte activa en el conflicto y tiene el interés de avivarlo todo cuanto sea posible, pues su objetivo no es defender a Ucrania sino derribar a Rusia. 

“Está escalando el conflicto, de eso no hay ninguna duda”, resumió Pérez Pirela esta parte del análisis. 

(LaIguana.TV)