La guerra de Ucrania, inminente causa de una hambruna generalizada y con un posible desenlace nuclear, se ajusta como anillo al dedo de los ecofascistas, las élites mundiales que están promoviendo un genocidio planetario con la finalidad de reducir drásticamente la población del orbe, advirtió el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel en el programa Desde Donde Sea. 

A su juicio, esa misma estrategia afloró en lo que algunos han llamado la “plandemia”, para referirse a la posibilidad de que el brote de covid-19, que asoló al mundo entero, haya sido un evento planificado, hipótesis que ha tomado fuerza justamente con la guerra ucraniana, al ser descubiertos laboratorios de guerra biológica financiados por Estados Unidos, algunos de los cuales, según documentos hallados por las fuerzas rusas, estuvieron trabajando con el coronavirus de murciélago, al menos desde 2018. 

Grosfoguel, profesor de la Universidad de Berkeley (California), uno de los pensadores descoloniales más importantes de Nuestra América, conversó nuevamente con el conductor del programa, el filósofo y comunicador político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela.  

A continuación, una versión parcial del diálogo:  

Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): En una primera conversación desde que se inició la guerra en Ucrania, Ramón Grosfoguel lanzó la hipótesis de un golpe de Estado internacional de Estados Unidos contra Rusia; en una segunda entrega, pasó de ese golpe de Estado a la emergencia de nuevo orden mundial de Rusia; también trató algo que nos sorprendió mucho al hilar muy fino entre la guerra de Ucrania y la pandemia, analizando qué hace el ecofascismo para el genocidio planetario; la cuarta entrevista fue una visión reflexiva, interpretativa, hermenéutica, epistemológica del fenómeno chino. Ahora estamos en una escalada bélica, diplomática, mediática. Ya se ha vuelto normal hablar de guerra nuclear. ¿Qué evaluación haces? 

Ramón Grosfoguel (RG): En alguno de los programas mencioné que la elite mundial, la del Foro de Davos, se está planteando un nuevo sistema porque saben que este tiene los días contados. Por eso están dispuestas a reducir significativamente la población del mundo. Tienen un enfoque supuestamente ecológico al que yo llamo ecofascismo o ecomalthusianismo porque son las teorías de Malthus del siglo XIX, recogidas ahora en una retórica ecológica. Él decía que los problemas del sistema capitalista no eran estructurales sino el producto de un exceso de seres humanos y, en consecuencia, la solución era reducir la población y establecer el control de la natalidad. Ahora se dice lo mismo, pero señalando que los problemas no nacen de un sistema civilizatorio de muerte, como es la modernidad capitalista, sino de que hay mucha gente en el planeta. No hay que transformar el sistema sino reducir el número de seres humanos. Hay voceros del Foro de Davos que ya declaran abiertamente que para que el planeta sea sustentable debe haber un máximo de 2000 millones de seres humanos, lo que significa que 5000 millones estamos de más. Para eso tienen que inducir hambrunas mundiales y guerras, inclusive, si fuera posible hasta una guerra nuclear localizada geográficamente. Se están planteando cómo sobrevivir siendo clase privilegiada ante la debacle del sistema. La guerra de Ucrania entra como anillo al dedo a esta política de genocidio global. En primer lugar, como consecuencia de la hiperinflación y de los costos de transporte que ha generado, viene una hambruna mundial y así lo han advertido incluso los altos funcionarios del sistema, como el secretario general de Naciones Unidas. Y no es para dentro de tres o cuatro años, sino para este mismo año o comienzos del próximo. 

MAPP: Y todo es culpa de Rusia. 

RG: Ni siquiera de Rusia, sino de Putin. Es una fórmula simplona para venderle a la gente la idea de que los sufrimientos que vienen no son producto de un sistema colapsado, sino de un loco dictador que se llama Vladímir Putin. Es una guerra contra el diablo y la causa de todo lo malo es ese diablo. La gente va a tener la comida enfrente pero no la va a poder comprar porque su dinero no valdrá nada. Algo como lo que vivió Venezuela durante las sanciones y el bloqueo. Además, habrá problemas de distribución de los alimentos. El trigo, un cereal esencial, no va a llegar a muchos países debido al colapso de las cadenas de distribución y sus altos costos. Uno de los continentes que están llamados a ser afectados seriamente es África porque para las élites de las élites, esas son poblaciones dispensables, que no tienen ninguna importancia para el mundo occidental debido al racismo y el colonialismo sufrido por esos pueblos. Esa lógica genocida viene con fuerza porque esta élite de las élites, 1 % del 1 % más rico, que tiene en sus manos la economía del mundo, e incluso la política, está tomando decisiones muy locas. Quieren generar un nuevo sistema histórico que alguna gente ha teorizado ya como tecnofeudalismo, como lo denomina Yanis Varufaukis, porque cualquier productor o comerciante que quiera estar en un mercado debe pagarle una renta al nuevo señor feudal. Ahora, en tiempos de lo que se había llamado capitalismo digital, todo el que produzca o comercie algo tiene que pagarle una renta a Jeff Bezos en Amazon, a Bill Gates o al de Google. Entonces, la agenda de ese nuevo sistema histórico contempla exterminar una gran parte de la población mundial y la guerra de Ucrania podría ser la excusa para un desastre que extermine a millones de seres humanos. Y uno se pregunta, ¿por qué Europa? Bueno, hay que revisar los documentos y las declaraciones, aprovechando que ellos ya no están ocultando nada, han llegado a un punto de descaro. 

MAPP: Y esto hay que vincularlo a la pandemia. Estamos tal vez saliendo de ella y se está hablando ahora de un conflicto nuclear. 

RG: Sí. Cuando empezó el covid-19 yo oía hablar de “plandemia” (una pandemia planificada) yo era escéptico. Aunque siempre sospechemos de estas élites, no había evidencias suficientes. Pero Rusia descubrió los laboratorios, incautó los documentos, fue al Consejo de Seguridad de la ONU en abril, algo que no ha salido en casi ningún periódico del mundo. Los papeles demuestran que el Pentágono está financiando esos laboratorios y que hasta el hijo de Joe Biden está de cabeza en las empresas que están detrás. Queda claro que han experimentado con el coronavirus de murciélago desde 2018, y han utilizado aves para contagiar los virus a países lejanos. 

MAPP: Tú ibas a explicar por qué un desastre nuclear podría ocurrir en Europa y resulta que la pandemia también tuvo uno de sus picos más alto en Europa. 

RG: Ahora creo más en la “plandemia” porque en el propio Congreso estadounidense se habla abiertamente de que uno de esos laboratorios estaba en Wuhan y solo queda la pregunta de si se escapó o lo dejaron escapar a propósito. 

MAPP: ¿Con lógicas ecofascistas? 

RG: Sí, exacto. Porque querían destruir la economía China. Tal vez no fue casualidad que los dos países más golpeados al principio fueran Irán y China. Y pronosticaron que en Venezuela habría una catástrofe, pero para sorpresa de ellos, tuvo una política ejemplar para atender este problema. La denuncia de Rusia debería bastar para una investigación seria porque se violaron numerosos convenios internacionales. Por ejemplo, eso de transportar virus mediante aves está penado por normas internacionales. Pero la ONU engavetó esa denuncia, lo que demuestra que las organizaciones internacionales están siendo controladas por los mismos poderes que han creado esta guerra en Ucrania, una guerra que tiene el mismo objetivo geopolítico de toda la vida de Estados Unidos que es destruir a Rusia para controla a Eurasia. El Estado ruso, tanto en la época zarista, como en la de la Unión Soviética, como en la actual Federación Rusa, es demasiado grande y poderoso, independientemente del modelo económico y político que haya allí. Quieren dividirlo, como hicieron con Yugoslavia, que era un Estado fuerte y le hacía sombra a Alemania. Lo fragmentaron para que ninguno de los pedazos sea capaz de contestar el poder de los Estados de la Unión Europea. Controlando Rusia también perjudican a China porque cortan la Ruta de la Seda. Yo decía en uno de los anteriores programas que el golpe de Estado es también contra sus aliados europeos porque los han obligado a romper con las empresas rusas, se han apropiado de los mercados y han convertido a Europa en un protectorado colonial. Es la puertorriqueñización de la Unión Europea. Son ahora una colonia económica, política y militar de Estados Unidos. Los espacios de soberanía que tenían están desapareciendo y la población europea empieza a protestar porque se dan cuenta de que hay gato encerrado. Les han estado diciendo que la culpa de todo la tiene Putin y la puñalada se las ha dado Biden por la espalda. Cada empresa rusa que ha sido obligada a irse es sustituida por una estadounidense, pero esos nuevos proveedores no vienen a ofrecer mercancías a precios de baratillo, como lo hacían los rusos, sino a precios de monopolio. Están haciendo colapsar la base industrial de Europa, que es Alemania, porque las empresas de ese país y de otras naciones de Europa no se sostienen sin la energía barata rusa. Una empresa como Volkswagen está cerrando en Alemania para irse a Estados Unidos.  

MAPP: ¿Y por qué los europeos se someten voluntariamente a terminar siendo el gran patio trasero de Estados Unidos? 

RG: Hay una cuestión histórica que deriva del rol de aliado foráneo que tuvo Estados Unidos en las dos guerras mundiales. Se le sigue viendo como el aliado que viene a salvarlos. La verdad es que siempre ha acudido a saquear a Europa. Con el Plan Marshall, sustituyen todas las empresas europeas con empresas estadounidenses y por eso es que Estados Unidos emerge de esa guerra como la primera economía del mundo. Europa, poco a poco se fue recuperando y llegó el momento de que las empresas alemanas compitieron de tú a tú y superaron a las corporaciones estadounidenses. China también las supera y Rusia tiene un poder impresionante por sus materias primas y Estados Unidos es un imperio en decadencia. ¿Cómo recuperar mercados si ya no puede hacerlo en el escenario mundial? Pues provocando una guerra como la de Ucrania para justificar las sanciones a Rusia; cercando a la Federación Rusa con armamento de la OTAN; metiendo unos nazis en el poder en Ucrania; provocando a Rusia hasta obligarlos a ir a la guerra; recolonizando Europa con sus empresas; y dejando a los chinos fuera del mercado por la ruptura de la Ruta de la Seda. Es una jugada maestra del imperio estadounidense, pero sobre todo de esa élite financiera que ve que se les cae el mundo. Tienen perdida la guerra comercial en Asia, África y en casi todo el mundo, pero ha recuperado los mercados europeos, al recolonizarlos.  

MAPP: Entonces, según tu visión, Estados Unidos diseña en detalle esta guerra proxy, y a Rusia no lo queda otra alternativa que irse por el camino militar, aunque tenga un alto costo económico, pero, además, intentan aprovechar la oportunidad para darle una estocada al mundo unipolar y dicen que a partir de esta guerra se acabará la unipolaridad. Alguna gente comeflor deplora la guerra, pero parece ser que con el mundo unipolar no se acaba recitando poesía ni dando conferencias internacionales. 

RG: El que piense que esa es una guerra entre Rusia y Ucrania, está perdido en materia de análisis de lo que pasa en este planeta. Estados Unidos y Europa han construido su narrativa, mediante los fake news y otros recursos para hacer creer que Rusia se ha metido allí a oprimir a los ucranianos, cuando esta es una guerra de exterminio que comenzó hace ocho años con el golpe de Estado orquestado por la CIA y el ascenso de los nazis ucranianos al poder. La guerra es entre Estados Unidos, con su brazo armado, la OTAN, para defender un proyecto unipolar, en contra Rusia y China, que desafían ese proyecto. Estados Unidos sabe que ya Europa no es tan dependiente de ellos, sino de Rusia y experimenta la necesidad de dar un puñetazo al tablero para alinear a Europa con Estados Unidos de nuevo, debilitar a Rusia y darle un golpe lateral a China, un aviso de que “ustedes son los próximos”. Mientras tanto, Rusia y China se están planteando un mundo multipolar donde se respete la soberanía de los pueblos, se elimine el chantaje de las sanciones y el dólar deje de ser la única moneda de referencia. Eso es lo que está en juego. Si pierde Rusia, el unilateralismo volverá a nacer. Si gana Rusia se abrirá la posibilidad de un espacio multipolar lo que le dará fuerza a gobiernos antiimperialistas del Tercer Mundo para que puedan llevar a cabo transformaciones radicales sin tener el temor de sanciones, chantajes y agresiones militares. Las dos opciones, tanto la del renacer unipolar como la del surgimiento de un mundo multipolar, son opciones dentro del sistema capitalista. El mundo multipolar no será un mundo más allá del capitalismo, pero sí más allá del capitalismo neoliberal y del unilateralismo de un imperio respecto al resto de los países. Y eso puede ser un espacio de respiro, sobre todo para los pueblos que se están planteando transformaciones más radicales anticapitalistas. Este otro bloque multipolar no tiene un proyecto universalista de colonización o recolonización del resto del planeta. No pretende decirles a todos los demás países qué tienen que pensar, qué leer, qué comer, cómo deben vestirse ni en qué dios deben creer. No pretende, como Estados Unidos, imponer la política económica y quien no la siga es invadido y su gobierno derrocado. China es una potencia capitalista, pero no quiere imponer el mandarín, el budismo o las lecturas de textos chinos. Cuando asisten financieramente a un país le dan los préstamos de una vez, sin cobrar intereses, y no les exigen privatizaciones ni despidos masivos. Digo esto para significar que no tenemos que estar obligatoriamente a favor del modelo chino, sino entender que implica un respiro en la asfixia neoliberal.  

(LaIguana.TV)