Cuando está por iniciarse la VII Escuela de Pensamiento Descolonial de Caracas, uno de sus baluartes, el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel subrayó que la descolonización de todo, incluyendo nuestras mentes, nuestros espíritus y los partidos de izquierda de Latinoamérica, es esencial para lograr una segunda y verdadera independencia.

Grosfoguel conversó con el filósofo y comunicador político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela en el programa de este, Desde Donde Sea. Ya ha participado varias veces en lo que va de año, en forma remota, pero esta vez pudo hacerlo presencialmente.

En el preámbulo, Pérez Pirela mostró el más reciente libro de Grosfoguel, titulado De la sociología de la descolonización al nuevo antiimperialismo descolonial.

A continuación una versión del diálogo:

Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): El impacto del pensamiento descolonial se está perdiendo de vista en Venezuela y Latinoamérica, a diez años del discurso del Golpe de timón, del comandante Hugo Chávez, y a siete años de la Escuela de Pensamiento Descolonial de Caracas, es una buena oportunidad para preguntarte, ¿qué es el pensamiento descolonial?

Ramón Grosfoguel (RG): Muchas gracias por invitarme para estar en vivo en este nuevo espacio, que muestra un gran cambio. Con bloqueo, sanciones y todo, LaIguana.TV va pa’lante con audiencias impresionantes. No has sacrificado contenido para masificarte, lo que suelen hacer los medios últimamente. Felicitaciones al equipo.

MAPP: Muchas gracias, Ramón.

RG: Sobre el planteamiento de la descolonización, estuve el 12 de octubre con el presidente Maduro acá en Caracas. Yo invito a que escuchen el discurso del presidente ese día porque creo que tiene una visión muy clara de lo que significa la descolonización hoy, en el siglo XXI.

Porque la imagen que tenemos de ese proceso es muy decimonónica, en el sentido de las guerras de independencia, la ruptura jurídico-política con un imperio y ese tipo de cosas. Eso fue importante, nuestra primera independencia, pero en el siglo XXI, la idea es mucho más amplia.

Esa primera independencia fue incompleta, inconclusa. En la Segunda Declaración de La Habana, Fidel Castro habla de una segunda independencia para América Latina, un llamado a finalizar esas tareas inconclusas. Entender que nos independizamos en términos jurídico-políticos, pero no en términos económicos, políticos, de jerarquías raciales, respecto al patriarcado, en el sentido epistemológico, en materia de pedagogía y en muchos otros aspectos que podrían estar en una lista enorme.

Al otro día de la Independencia continuamos siendo una periferia en la división internacional del trabajo, continuaron las jerarquías de dominación patriarcales y raciales, continuó la superexplotación de nuestros pueblos por parte de alguna metrópoli imperial del norte global y seguimos teniendo economías monoexportadoras de algún producto asignado a nuestros países durante la época colonial. Es decir, todas las jerarquías de dominación siguieron hasta el día de hoy.

Entonces, el llamado a una segunda independencia hay que trabajarlo en términos filosóficos e intelectuales. Es una invitación a pensar qué significa la descolonización, y eso lo ha entendido el presidente Maduro de una manera magistral porque dice que descolonizar hoy se refiere a nuestras mentes, nuestros espíritus, la economía, la política, los contenidos educativos.

La idea de descolonizar equivale a hacer realidad el sueño bolivariano de la independencia en su sentido amplio y pleno, un ideal que fue traicionado por las élites criollas que gestaron la primera independencia y que optaron por vincularse en un primer momento al imperio británico y luego al estadounidense. El paso pendiente ahora es acometer una segunda independencia más profunda, radical y abarcadora.

MAPP: ¿Esta descolonización es transversal a toda la sociedad? Lo pregunto porque habrá quien diga que no la necesita porque es «progre» o de izquierda, y resulta que no pocas veces, la izquierda está incrustada en un pensamiento colonial, bajo la sombra de la estructuras coloniales.

RG: Exacto.  El tema de la descolonización de la izquierda es fundamental. Uno de los aspectos en los que las izquierdas de América Latina y del mundo adolecen de un problema es en cómo caracterizan a la modernidad. Es un tema central porque la modernidad es el proyecto civilizatorio que se expande en el mundo con el modelo colonial europeo, que destruye todas las otras civilizaciones que encontró, impone administraciones coloniales a través de un proceso muy violento, subordina a las poblaciones como mano de obra esclavizada, barata, superexplotada.

Pero el norte global se empeña en presentar eso como un proyecto emancipatorio. Cuando lo vemos desde el sur global, desde otra geopolítica del conocimiento, desde nuestro espacio, vemos que la modernidad es un problema profundo porque es un proyecto no de emancipación, sino de muerte, porque sus lógicas tienen que ver con la dominación racial, patriarcal, epistemológica y eurocéntrica.

La izquierda reproduce esas lógicas, probablemente con la mejor intención. Pero cuando se hace así, se pierde vista que el capitalismo realmente existente, el capitalismo histórico, ha sido organizado desde adentro con todas esas lógicas. Por eso es racista, patriarcal de la cristiandad, femicida, homofóbico, dualista cartesiano, ecologicida, de exterminio, de dominación violenta. Si tú reproduces esas lógicas en la lucha contra el capital, nunca vas a lograr destruir el capitalismo.

Debemos recordar que el capitalismo tiene, desde el primer día, el sello de la modernidad y sus lógicas de muerte. El capitalismo global surge de la expansión colonial europea. Allí se crea el mercado global capitalista. El colonialismo es constitutivo al capitalismo. Si el capitalismo se hubiese organizado según las lógicas civilizatorias china, india o maya habría sido diferente. Podríamos especular sobre eso, pero la verdad es que no ocurrió. Lo que sí pasó es lo que aún estamos viviendo: el modelo occidentalocéntrico de visión de mundo, de ser y estar en este mundo. Eso tiene consecuencias políticas. Ya no es suficiente con ser anticapitalista para destruir un sistema civilizatorio, un monstruo de quince o dieciséis cabezas, tenemos que ser antisistémicos.

MAPP: ¿Romper el sistema?

RG: Sí, romper el sistema en todas sus lógicas de dominación. En este libro –De la sociología de la descolonización al nuevo antiimperialismo descolonial– yo dedico un capítulo a la descolonización de la economía política. Allí planteo que el capitalismo es la economía de la civilización moderno-occidental. Por eso es que Hugo Chávez nos decía que el socialismo del siglo XXI tenía que construirse a partir de una reflexión crítica y autocrítica del socialismo del siglo XX.

Ese socialismo se proponía generar la transformación social a partir de un sistema económico explotador, pero lo hacía para poder cumplir las promesas de la modernidad, a la que se veía también como un proyecto emancipatorio. Se pensó que al resolver el problema económico, los otros se iban a solucionar, pero no fue así. Y lo peor es que al reproducir las lógicas del capitalismo, tampoco pudo resolver el problema económico.

MAPP: Y eso obliga a reinterpretar una parte importante del pensamiento moderno, incluyendo a Marx, como lo debatimos acá con Enrique Dussel.

RG: Dussel y su escuela de pensamiento, Juan José Bautista, Katia Colmenares y otros de sus discípulos han elaborado lo que conocemos como «el Marx desconocido». Hay muchos manuscritos inéditos que no se habían publicado ni siquiera en alemán. Y Marx, en los últimos veinte años de su vida, hizo giros descoloniales muy importantes, desconocidos por todo el marxismo del siglo XX.

MAPP: Eso se lleva en los cachos a unos cuantos partidos comunistas y socialistas que se fundamentaron en un Marx moderno.

RG: Se lleva a medio mundo, porque esos partidos reproducían lógicas de la modernidad. Este otro Marx habla del capitalismo como un sistema destructivo de la comunidad, explica cómo la sociedad moderna atomiza a las personas, produce seres humanos individualizados, destruye los lazos de solidaridad y reciprocidad que genera la comunidad, para así meter a todo el mundo en las lógicas mercantiles del sistema capitalista.

Marx es un crítico voraz de la modernidad. La crítica que hace al sistema capitalista es una crítica al sistema de la civilización moderna. Eso lo pone de manifiesto Dussel porque es el único pensador marxista que ha leído toda la obra, publicada e inédita, de Marx, que ahora la tenemos en castellano. Él nos ha dejado un legado, de cara al siglo XXI, de un Marx descolonial, que nos permite pensarlo desde nuestro sur global, no con un marxismo eurocéntrico y nordocéntrico importado que nos ha hecho cometer grandes errores porque no toma en cuenta nuestra realidad.

Los descoloniales colonialistas

MAPP: En estos tiempos de riesgo de guerra nuclear, hay una gran crisis del capitalismo, aunque muchos puedan decir que decir esto es un lugar común. Hay elementos fácticos que nos hacen entender que hay una crisis económica, política, energética, ética, estética, simbólica, epistémica y civilizatoria. Pero lejos de hacer más débil al capitalismo neoliberal, esta crisis lo hace más agresivo, furibundo y violento, no es que se va a ir apagando como una vela. Y allí toma más importancia el pensamiento descolonial.

RG: Estamos en un momento peligroso para la humanidad porque este sistema civilizatorio de muerte, este sistema imperialista mundial está en decadencia. Aquí hay que estar prevenidos contra lo que yo llamó los descoloniales colonialistas: son quienes hablan descolonizar, pero no hablan del imperialismo, que es donde se materializa el poder en ese sistema.

No todo antiimperialismo es descolonial, pero todo pensamiento descolonial debe ser antiimperialista. Si no vas contra el sistema imperialista mundial, ¿de qué te estas descolonizando? Si no entiendes que el imperialismo global está produciendo la muerte de millones de seres humanos y de la vida en general en el planeta, ¿de qué te quieres descolonizar? Entonces, todo queda reducido a una especie de moda académica.

MAPP: Ese es un gran tema porque estamos a punto de la reunión de la Escuela de Pensamiento Descolonial. ¿Qué peligro hay de que el pensamiento descolonial se convierta en la voz de una élite académica o, peor aún, la moda de esa élite? Esto es importante ahora, a diez años del Golpe de timón, porque nos habla de la relación entre el pensamiento descolonial y las bases populares.

RG: Para mí el pensamiento de Hugo Chávez es descolonial, pero hay un desconocimiento en América Latina de ese pensamiento.

MAPP: Y cada vez más lo están borrando de las redes sociales y los medios. Es algo adrede.

RG: Seguro, porque es un pensamiento que nos da las orientaciones de cómo enfrentar esta crisis civilizatoria. En el discurso del Golpe de Timón, Chávez hace énfasis en la descolonización de un problema que la izquierda latinoamericana importó de la europea, que es el debate entre la izquierda estatista y la izquierda anarquista. Se han perdido ríos de tinta en este debate del tipo el huevo o la gallina. Se impuso este debate por el afán eurocentrista porque esos debates europeos no deberían importarnos en absoluto.

Hay algunas variantes: hoy se habla de la izquierda de los comunes y la que se plantea ganar elecciones y administrar el Estado. Chávez en el discurso dice que hay que ocupar el Estado, no intervenir en él, pues solo ocupándolo podemos detener las políticas de dominación en todas sus formas. No se puede permitir que el Estado caiga en manos de la derecha porque si te quedas fuera, como lo plantean los anarquistas, que no quieren nada con el Estado, ese mismo Estado te va a aplastar.

Fíjate lo que ha pasado en Colombia. Si allá se organiza una comuna (entendida como el pueblo autogestionándose), la pregunta no es cuánto va a durar la comuna sino cuánto van a durar vivos los comuneros. Entonces, hay que meterse en el Estado para interrumpir la política de dominación, pero sin caer en el error de los izquierdistas estatistas que creen que la solución al problema de fondo va a nacer de esa posesión del poder estatal, lo que no va a ocurrir porque es un Estado burgués, capitalista, neoliberal, colonial.

Hay que hacer, por afuera, un andamiaje diferente, que es lo que Chávez llamaba «comuna o nada», como alternativa de largo plazo, en el horizonte, al Estado moderno. Allí se ve el otro lado de la moneda: se promueven formas de autoridad política, autogestionaria del pueblo, pero entendiendo que no te puedes saltar esta noche al Estado moderno porque si haces eso vas a poner en peligro todo, empezando por la defensa de la Revolución frente al imperialismo.

MAPP: Y la defensa de las mayores reservas de petróleo del mundo…

RG: Exacto, porque si nos dejamos llevar por cierta izquierda antiextractivista delirante o anarquista y antiestatista delirante, mañana tienes al imperialismo ocupando al país y explotándolo en términos hiperextractivistas.

MAPP: En mi libro Del Estado posible, trato de analizar el fenómeno de los primeros años de la Revolución, que fueron muy pragmáticos para Chávez porque él se encontró al llegar al poder con un Estado de la IV República y entonces decidió crear las misiones, una especie de «paraestado» (con la precaución que merece esta palabra) porque sabía que el Ministerio de Educación no iba a alfabetizar al pueblo y tuvo que traer alfabetizadores cubanos, sabía que las universidades iban a seguir reproduciendo las lógicas capitalistas, y creó la Universidad Bolivariana; y creó Telesur. Y, un elemento clave: puso a la Fuerza Armada al servicio de la educación, la salud, la alimentación, etcétera.

RG: Eso que tú acabas de describir es desconocido por casi toda la izquierda latinoamericana. Chávez tuvo claro desde el principio que iba a requerir un poder dual para poder ejecutar la gestión popular que se requería en un proceso revolucionario  y que era muy difícil hacer desde el Estado burgués. Luego eso se encarnó en la visión de la comuna, como un horizonte de la Revolución y posibilidad de la meta utópica del socialismo. Esa es una visión innovadora y descolonizadora. Nos mostró que no es esto o aquello, sino las dos cosas al mismo tiempo.

MAPP: Con todos los peligros que eso conlleva, porque algunas cosas han funcionado y otras no. Algunas veces el Estado se comió a la misión y otras veces, la misión se comió al Estado.

RG: Esas con cosas contingentes del proceso, pero la visión, el horizonte hacia el cual caminar es algo que está clarísimo. La idea es que ese poder comunal, esa democracia participativa, vaya poco a poco ocupando un poder decisional que llegue a reemplazar a ese Estado moderno que ha decidido por la gente, contra la gente, en sustitución de la gente. Es una nueva forma de Estado que pone en cuestión al Estado burgués, moderno, capitalista.

MAPP: Por eso es que nos quieran acallar.

RG: Claro, por eso lo que se dice de Venezuela afuera es que es una dictadura, que Chávez fue un dictador y que Maduro lo es. Y lamentablemente hay una izquierda latinoamericana que repite esas cosas. Por eso yo me la paso peleando con gente que se llama de izquierda en varios países de la región.

Hasta colegas descoloniales, esos a los que yo llamo descoloniales coloniales, repiten los argumentos del imperio, a pesar de ser gente muy leída e informada. Bueno, hasta emitieron comunicados mientras acá los paramilitares pagados por el imperio hacían guarimbas y luego se reunieron con Guaidó y dijeron que él era más legítimo que Maduro… un tipo que nunca fue electo.

En el caso del golpe de Estado contra Evo Morales, algunos intelectuales descoloniales llegaron a decir que lo ocurrido había sido una revolución popular. Hay una bancarrota de la izquierda. Lamentablemente, porque se ha tragado el proyecto moderno, la visión liberal del mundo y hablan del imperialismo como si fuera una cosa exterior, lejana. Tenemos que hacer un trabajo para reconstruir la izquierda antiimperialista latinoamericana.

«La ultraderecha siempre llega al poder luego de gobiernos tibios de izquierda»

MAPP: La puja contra el Estado moderno capitalista en Venezuela comenzó con el proceso constituyente y así se lograron importantes avances. En Chile, la fuerza popular llevó a un proceso constituyente, que costó vidas y graves lesiones a jóvenes chilenos. Esa Constituyente lleva al poder a Gabriel Boric, no al contrario, pero es Boric quien la hace abortar. Es algo imperdonable desde el punto de vista histórico. Allí, el Estado moderno con una lógica colonial, se tragó a Boric en apenas semanas.

RG: Claro que sí. Basta ver que está reprimiendo a los mapuches de la misma manera brutal, haciendo todos los días lo mismo que siempre hizo la derecha pinochetista. Y está reprimiendo marchas en el propio Santiago que procuraban conmemorar la ola de protestas que lo llevó a él al poder. Es una pseudoizquierda.

MAPP: Una pseudoizquierda que acabó nada menos que con una Constituyente y ahora, si es que se produce algún cambio constitucional, tendrá que ser pactado con los factores del Estado moderno pinochetista.

RG: Es patético, y lleva a preguntarse si deberíamos seguir usando categorías como «izquierda» para caracterizar un movimiento como el de Boric. Eso nos confunde más que otra cosa porque, en realidad, estamos hablando de un gobierno de derecha barnizado de izquierda. Las políticas no han cambiado. La política neoliberal sigue. El ministro de Economía es un neoliberal reconocido. La represión hacia el movimiento popular sigue. Esa gente llegó a contener la radicalidad de las exigencias populares. Y si tú lo que vienes es a traicionar al movimiento popular que te puso allí, eres más peligroso que la misma derecha.

MAPP: Muchos creímos en una especie de nueva oleada de las izquierdas y celebramos con cierta esperanza la llegada de un Boric al poder en contra de un nazi. La doctora Ximena González Broquen, una de las cabezas de la Escuela Descolonial de Caracas, nos advirtió en su momento que era una ilusión muy peligrosa. Y resultó que tenía razón. ¿Será que, como tú lo decías en un anterior programa, las lógicas de dominación imperial sobre Latinoamérica incluyen el nacimiento de una «izquierda» que va a perpetuar el Estado moderno, en este caso, el Estado pinochetista chileno? ¿Cómo queda el poder popular ante estas maniobras?

RG: Pareciera una nueva estrategia. Y surge algo a lo que tenemos que prestarle atención en los próximos años en América Latina, y es qué contenido debemos promover desde las izquierdas en este momento histórico.

Tenemos que asumir conciencia de este tipo de líderes de «izquierda» que son fotocopias de la derecha, como decía el famoso fascista francés [Jean Marie] Le Pen. Lo que ocurre es que cuando estas pseudoizquierdas llegan al poder, imitan las políticas autoritarias, xenófobas y represivas de toda la vida de la derecha y la extrema derecha. No llegan allí para interrumpir las políticas de dominación y construir algo que vaya a empoderar al pueblo, como lo planteó Hugo Chávez en el Golpe de Timón, sino que llegan a reproducir las mismas políticas de la derecha porque entran en una lógica electorera.

Se hacen la ilusión de que si imitan las políticas de la derecha, en las próximas elecciones tanto la izquierda como la derecha van a votar por ellos. Y eso no es lo que pasa. Por el contrario, si se revisa caso por caso, lo que suele pasar es que antes de que gane un gobierno de ultraderecha ha habido uno de pseudoizquierda que son fotocopias de la derecha. Llegan las elecciones y la gente dice: «para qué votar por la fotocopia, mejor voto por el original».

Lo que está pasando en España es un ejemplo de esto: el gobierno de PSOE-Podemos ha logrado que la extrema derecha crezca vertiginosamente en el Estado español. Acaba la OTAN de asumir un postulado de que los migrantes forman parte de la seguridad nacional de los países europeos. Es la guerra a muerte contra los migrantes, y quien lo impulsó fue Pedro Sánchez. Después, si Vox o el PP ganan las siguientes elecciones, se van a quejar, pero es que ellos están cavando su propia fosa al hacer política de extrema derecha.

MAPP: Y en Latinoamérica, por ahí se nos puede ir todo.

RG: Claro, luego de un gobierno tibio como el de Boric, no sería sorprendente una derrota ante la extrema derecha.

MAPP: En esto tiene mucho que ver el tema teórico porque no es normal esta confusión que se está dando: Ucrania y Zelenski, con Azov al lado, es sinónimo de democracia; en Italia gana la extrema derecha y dicen que es centroderecha; un Boric cuya principal preocupación son los derechos humanos en Venezuela…

El multiculturalismo liberal: caballo de Troya de las luchas antiimperialistas

Es una confusión, para mí intencional, de ideologías, términos, un dominó todo revuelto en el que Kissinger y Trump terminan siendo los paladines de la paz mundial. Esta confusión no es normal.

RG: Hay un video de la CIA en el que aparece una mujer de origen mexicano que habla de la interseccionalidad, un concepto que acuñaron las feministas negras para referirse a la multiplicidad de opresiones que existen en este sistema civilizatorio.

En este caso se trata de que la CIA utiliza causas de izquierda, como el feminismo, el ecologismo, las luchas LGTB, y las incorpora financiando fundaciones y ONG para ir contra los gobiernos progresistas y antiimperialistas.

Es una cosa perversa: el sistema imperialista que es la materialización de todas esas jerarquías de dominación, financian estas causas que han venido históricamente de la izquierda para ir contra gobiernos progresistas. Es una estrategia magistral diseñada desde Washington.

Los ves movilizados contra los gobiernos antiimperialistas, nunca contra los que están arrodillados frente al imperio. Así vemos un feminismo que debería ser antiimperialista, pero es proimperialista; un ecologismo proimoperialista, es un movimiento LGTB proimperialista.

MAPP: Es un feminismo que se preocupa por el velo de las mujeres en Irán pero no en Catar, es un ecologismo que se preocupa de secuestrar ideológicamente a los indígenas de la Amazonía para que ahí no se explote, porque ahí no le conviene a los Estados Unidos, un poquito más allá sí.

RG: Eres ecologista cuando se trata de Venezuela o Bolivia, pero no cuando es Colombia, Brasil o el ‘fracking’ gringo.

Esta confusión ideológica que tú estás nombrando tiene una matriz y tiene una producción muy sofisticada, que viene desde las propias agencias de inteligencia del imperio. Yo resido en los Estados Unidos y he visto cómo es que esto se produce, cómo se fabrica y se manufactura este tipo de proyecto político que es perverso.

Yo lo llamo perverso porque en realidad el imperialismo ni es feminista, ni es ecologista, ni es por los derechos humanos. En realidad, el sistema imperialista es lo opuesto a todos esos derechos, es la violación más rotunda de todos los derechos que uno pueda imaginar, pero de manera perversa financian la izquierda que ellos quieren construir para impulsar adelante sus agendas frente a los gobiernos antiimperialistas que quieren tumbar.

Eso se llama revolución de colores. Lo están haciendo en Irán, lo están haciendo aquí en Venezuela, lo han intentado hacer en Cuba. En Ucrania, con la revolución de colores pusieron un régimen nazi en 2014.

MAPP: O termina el capitalismo neoliberal indignado con «los oligarcas rusos». Pero, ¿el fin último no es ser oligarca? ¿Ustedes no nos vendieron a través de Hollywood que teníamos que ser todos oligarcas? No, ahora dicen «oligarcas» y se indignan.

RG: Claro, como que si no hubiera oligarquía en Estados Unidos… Es malo y son los rusos.

Este es el juego de confusión ideológica, cómo se apropian del lenguaje de la izquierda para cambiarle los contenidos. Como comunicador, creo que el trabajo que haces aquí, es un trabajo muy importante porque están capturando y secuestrando el lenguaje, metiéndole otros contenidos de manera muy perversa.

¿Qué tenemos que hacer desde la izquierda? No significa que vamos a negar que hay opresión patriarcal, de grupos LGTBI en las sociedades patriarcales capitalistas; no es que vamos a negar el racismo y todas estas opresiones o la violación de derechos.

Es que tenemos que enmarcar las luchas por los derechos de los pueblos: la lucha de las mujeres, la lucha LGTBI, la lucha de los pueblos indígenas y los pueblos afro en un proyecto antiimperialista, porque si no, lo que estamos haciendo es transformando estas luchas en una cosa identitaria, que termina siendo cooptada por el imperio a través de ONG y de concesiones reformistas dentro del propio sistema imperialista.

Esto es lo que se llama el multiculturalismo liberal, que es el sistema por excelencia de gestión de las diferencias que tiene el sistema imperialista global, donde yo reconozco tus diferencias, yo reconozco tu identidad de manera superficial.

El comunitarismo es diferente porque viene del Estado francés. El sistema angloamericano es multiculturalista liberal. Es decir, yo les reconozco parcialmente la identidad, les doy dinero para que brinquen y salten en su carnaval pero no cuestionen quién manda.

Es una cuestión de incorporar, de hacer un Estado que tenga esa apariencia de multiculturalismo liberal: incorporo un grupo de afros, de indios, de pueblos latinos, asiáticos; le doy un rostro multicultural al Estado imperialista supremacista blanco, lo encubro con un presidente negro, secretarios de Estado mujeres, pero no cambia nada para los grupos representados por esa élite. Sigue la situación peor que nunca pero hay la apariencia de un cambio.

Este sistema multicultural liberal incorpora las demandas de estos grupos oprimidos pero desde una perspectiva que no es antiimperialista sino que se adapta al sistema imperialista a cambio de migajas, de algunos recursos económicos y ciertos reconocimientos simbólicos, pero el sistema se queda igual.

Hoy en día no se puede ser ni feminista ni ecologista ni antirracista, ni siquiera descolonial o anticapitalista si no se es antiimperialista. El antiimperialismo tiene que estar en el centro de la cuestión y es una línea de demarcación frente a ciertos feminismos coloniales, imperiales; a ciertas demandas LGBTI imperiales, etcétera.

Lo que quiero decir es que, como izquierda no podemos abandonar esa lucha porque el imperio la está aprovechando y distorsionando para vaciarnos de las demandas legítimas de los grupos oprimidos en nuestras sociedades. Pero siempre tenemos que enmarcar esas demandas contra un sistema imperialista global que es el que produce todas esas desigualdades. ¿Cómo vas a luchar contra esas desigualdades, si no vas contra el sistema que las produce?

Ahí es donde llamo la atención que en el siglo XXI debemos ir hacia un nuevo antiimperialismo descolonial. Le llamo así porque advierto que tenemos que tener una visión de izquierda que incorpore la multiplicidad de las opresiones, pero en una lucha antiimperialista no de incorporar estas múltiples opresiones de manera colonial, donde el sistema se queda intacto.

Allí es donde llega la gran confusión. Eso es ‘made in USA’, ‘made in Washington’, porque las propias agencias de inteligencia estadounidenses están pensando estas múltiples opresiones como armas para sus propias agendas.

Los mismos que producen esas desigualdades, están financiando grupos que luchan contra las desigualdades para instrumentalizarlos contra los movimientos antiimperialistas. Es una cosa que nos deja perplejos. Lo veo en Sudáfrica, en Europa, en los Estados Unidos y en América Latina.

Esos grupos que llaman interseccionalistas –coloniales, proimperiales– se han convertido en un arma de destrucción masiva de movimientos sociales y de movimientos antiimperialistas: por donde quiera que se meten implosionan los grupos porque todo se convierte en las olimpíadas de las opresiones, en un asunto identitario y no de hacer coaliciones para, entre todos, destruir el sistema. El absurdo total.

Lo he visto en muchos lugares del mundo y son agendas imperiales: se meten allí precisamente para implosionar los movimientos. Eso ya llegó a Venezuela, lo estamos viendo en las calles de Venezuela y sabemos desde dónde está financiado.

MAPP: Usaid, etcétera…

RG: La CIA muchas veces no pasa el dinero directamente a los movimientos, sino que usa intermediarios. Si hicieran eso, sería muy evidente que es la CIA promoviendo una agenda, así que lo que hacen es que lo pasan –es una cosa histórica– a través de fundaciones alemanas de izquierda.

Es algo que viene de la década de 1950 con la Fundación Willy Brandt, que era de la socialdemocracia, supuestamente de izquierda, de Alemania. A través de allí le pasaron cientos de millones de dólares a muchas izquierdas en el mundo, empezando por Felipe González en España, cuando iban a promoverlo frente al Partido Comunista en la Transición, después de la caída de Franco. Lo hicieron también en Portugal con Mario Suárez. Hoy en día hay nuevas fundaciones alemanas haciendo lo mismo en América Latina. Está pasando en nuestras narices.

MAPP: Sí, sí, Adenauer, etcétera, con el tema cristiano.

RG: Ese es otro tema: cómo están financiando a estos movimientos protestantes desde el norte global y se han convertido en una punta de lanza contra los candidatos progresistas en nuestra región y cómo van a apoyando a los candidatos de más extrema derecha.

En el caso de Bolsonaro y Lula: estamos viendo en vivo y a todo color cómo Bolsonaro ganó esas elecciones con el ‘lawfare’ contra Lula y luego con todo el apoyo que esos movimientos protestantes financiados desde el imperio.

Desde la izquierda tenemos que tener una política hacia el tema cristiano. No podemos venir con esta política moderna, eurocéntrica de que somos seculares y vamos a echar a la basura las creencias religiosas cuando tienes un pueblo que es creyente.

Por eso estaba la Teología de la Liberación. ¿Por qué abandonamos la Teología de la Liberación, si era fuerte en América Latina hace 40 años? Eso se abandonó. ¿Y quién lo ocupó? Todos estos grupos evangelistas que vienen del norte global, que están financiados desde Washington.

MAPP: A través de Las Nuevas Tribus, contra las que luchó Hugo Chávez, llegaron a captar todas las comunidades indígenas del Amazonas venezolano y brasileño, que tienen debajo de sí minerales preciosos, el Amazonas, fuentes hídricas…

RG: Y ahora los usan de carne de cañón contra el Gobierno Bolivariano.

Hugo Chávez, pensador descolonial

MAPP: Ahora, todo lo que nos estás diciendo, este fraccionamiento intencional de los movimientos sociales, esta interseccionalidad como elemento disuasivo y de ruptura de los partidos de izquierda, nos está llevando irremediablemente al concepto de poder popular, no solo como esperanza y horizonte, sino como un ente social que puede realmente cambiar las estructuras de la modernidad. Vamos a definirlo teóricamente, a 10 años del Golpe de Timón. ¿Es posible realmente un Estado comunal o es solo una consigna?

RG: Creo que como proyecto de horizonte hacia el cual caminar, el poder popular es fundamental. Que a lo mejor el abolir el Estado moderno y reemplazarlo completamente por el Estado comunal tome más tiempo que lo que nos imaginamos, sí; pero no debemos perder de vista esa posibilidad de que un futuro Estado comunal reemplace al Estado moderno, aunque siempre siendo realistas de no saltarnos el Estado moderno en un momento en el que eso a lo que puede conllevar es a un retroceso revolucionario de transformación.

Allí hay que hilar fino y mirar el contexto histórico, las relaciones de fuerza y toda una serie de consideraciones. Bajo un sistema imperialista como el que existe ahora, es muy difícil saltarse ese Estado. Parte de la defensa y protección de la soberanía, de los recursos, del pueblo, es también ese Estado y si se intenta saltarlo, al otro día está el imperialismo hiperexplotando el país.

MAPP: Son las teorías del Estado mínimo, del Estado débil de Robert Closick, el anarquismo de derecha. Eso es cómodo cuando se está en una isla –con el respeto para todas las islas– donde no hay petróleo ni minerales preciosos ni fuentes hídricas. Pero, ¿vas a establecer los criterios de un Estado mínimo, vas a destruir el Estado sobre el cual está fundamentada la Fuerza Armada en un país petrolero? ¿Vas a quitar todos los parafuegos?

RG: A la CIA le encanta subsidiar y promover estas ideas anarquizantes y antiestatistas porque confunden y abren la posibilidad para una división de la izquierda que permita la entrada de la derecha y del imperialismo a un país como Venezuela.

Llamo la atención para que nos tomemos en serio el pensamiento de Hugo Chávez. Vamos a tomarnos en serio su pensamiento, vamos a sistematizar sus orientaciones. En ese Golpe de Timón, que es el testamento político de Chávez, hay una profundidad de pensamiento político, de pensamiento crítico descolonial en las orientaciones que dejó.

MAPP: ¿Por qué es descolonial?

RG: En primer lugar porque hace una crítica al Estado moderno poniendo como nuevo fundamento de autoridad política al poder comunal y propone la sustitución, en el largo plazo de uno por el otro. En segundo lugar porque rompe con el pensamiento eurocéntrico de anarquismo-estatismo y nos da una orientación de cara a nuestras propias realidades, superando ese dualismo que importamos de los debates europeos.

Hay una descolonización también de la izquierda latinoamericana que importó problemas de los europeos, que no son nuestros. ¿Qué hizo Hugo Chávez? No se pegó allí, lo que hizo fue plantear una manera creativa de superar ese debate al estilo «el huevo y la gallina», al decir que son las dos cosas al mismo tiempo.

Ahí hay un giro descolonial frente a la modernidad, en el sentido del concepto de autoridad política, de pensamiento crítico desde el sur global que pone en cuestión los paradigmas que importamos desde el norte global y que no tenemos por qué comprar.

Ahí Hugo Chávez dio un salto gigantesco, iba como adelante del momento histórico en muchos sentidos. Cuando miras y profundizas en su pensamiento, ves que estaba pensando más allá de los dilemas y problemas en los que estamos metidos hoy, y estaba proponiendo soluciones.

Venezuela tiene una ventaja en ese sentido, porque tiene a un pensador como Hugo Chávez, que hizo giros descoloniales en su pensamiento y que dejó orientaciones, legado, horizonte hacia dónde caminar.

Uno de los problemas de la izquierda latinoamericana es para donde vamos. Eso crea unos problemas serios, porque luego llegas al poder del Estado y como no crees en nada ni tienes horizonte, terminas en el pragmatismo más absurdo, que es reproducir el sistema.

Si piensas con detenimiento en la Unión Soviética –a la que podemos hacerle todas las críticas– ves que mantenía viva un pensamiento utópico, un pensamiento crítico de que otro mundo es posible. Una vez cae eso, viene el pensamiento único y Estados Unidos se queda como la única superpotencia, entonces llegó «el fin de la historia» y todas esas cosas.

Al caer todo ese mundo, la izquierda se quedó sin proyecto, sin horizonte, desbrujulada y vino una onda posmoderna en la que la izquierda se convirtió en un mecanismo de ganar gobiernos y no de transformación de las relaciones de dominación existentes.

«Vamos a ocupar aquí para que la derecha no ocupe y administrarlo lo mejor que podamos porque ganamos elecciones mejor que ellos». Resulta que no, que se dedicaron a administrar y lo que hacían era más de lo mismo, con lo que fortalecían a la derecha.

Se cayó el pensamiento utópico y hubo una falta de brújula hacia dónde caminar. Ahí viene Hugo Chávez en el Golpe de Timón y dice: es crear un nuevo poder popular, que es el poder comunal. Ese ese el horizonte. Dice que la comuna no es un ministerio sino algo transversal al proceso, por lo que tiene que haber comunas en todos lados.

«Hasta en Miraflores tiene que haber comunas, por los alrededores, por todos lados», decía, para llamar la atención de que no es un asunto panfletario o burocrático de ministerios, sino la esencia de la Revolución Bolivariana. Si vamos a hablar de socialismo del siglo XXI, tenemos que hablar de una nueva forma de poder popular que encarne el proceso de transformación del sistema existente.

Él decía: «el poder comunal frente a ese Estado moderno, que decida con y para el pueblo»; plantea un horizonte y un mecanismo que a la vez es una crítica al socialismo estatista del siglo XX que pensaba que la dictadura del proletariado en el Estado, de una manera burocrática y de arriba hacia abajo impondría una nueva sociedad. Vimos los resultados y los problemas de eso. Ahí está planteando una solución innovadora en términos de lo que fue el socialismo del siglo XX, un horizonte nuevo de cara al socialismo del siglo XXI.

MAPP: En su pensamiento, Hugo Chávez nos dice: «yo habito un Estado, yo llego por la vía democrática, yo mando obedeciendo, pero en vísperas de la comuna».

RG: Exactamente. Es la combinación de la democracia representativa con la democracia participativa y protagónica. Lo que él estaba planteando es poner a trabajar juntas esas dos formas de democracia, lo cual, en medio del desierto que es la crisis de la izquierda, que venga alguien a hablar de esta manera, realmente fue un impulso a la izquierda latinoamericana.

Lamentablemente, por la propia debilidad de la izquierda, muchos se han tragado las mentiras que se han difundido y le han perdido el sentido a la Revolución Bolivariana, al punto que se convirtieron en epígonos contra el Gobierno Bolivariano, en gente que se dedica más a criticar.

Por ejemplo, Boric: va a las Naciones Unidas a criticar a Venezuela por los derechos humanos y está reprimiendo mapuches y gente que está marchando pacíficamente en las calles, matando la Constituyente. Estamos hablando de algo perverso.

Latinoamérica nuevamente en la mira de EEUU

MAPP: Todo esto nos lleva a repensarnos desde nuestramérica. Voy a buscar un posteo de un amigo en común, Atilio Borón, que está tocando un tema en el que tú has insistido mucho en los últimos meses, incluso aquí en este programa.

Él está diciendo: «mosca con la nueva estrategia de seguridad nacional de la administración Biden, que a través de un documento que sacó hace unos ocho días –una semana– reconoce la excepcional importancia de Latinoamérica en su política exterior. Siempre la diplomacia –dice Atilio Borón de Estados Unidos– ninguneó a Latinoamérica y hay que tomar nota de este nada inocente cambio.

Toda esta reflexión teórica que has venido construyendo a lo largo del programa, nos lleva a pensarnos en términos de ‘realpolitik’ en nuestramérica, porque vemos lejos las cosas en Ucrania, la crisis energética como algo «de ellos», la guerra nuclear como algo después del Atlántico, pero no vemos que en este momento, el gran desafío de los poderes populares y las organizaciones de base en nuestramérica es que podemos ser el «patio trasero» frente a una crisis del Occidente global.

RG: En este programa ya había dicho, temprano este año, que Estados Unidos es un imperio en decadencia. Lo que ha pasado es un golpe de Estado de Estados Unidos para recuperar el mercado europeo porque ellos no pueden competir económicamente frente a China o Rusia, pues se pasaron 40, 50 años botando su dinero en guerras y en armamento mientras el resto del mundo invertía en nuevas tecnologías. Estados Unidos se quedó atrás.

¿Cómo pueden competir hoy en el mercado mundial? Dando golpes en la mesa, golpes de Estado, intervenciones militares y cosas por el estilo para que las empresas recuperen mercado. No lo pueden hacer vía competencia, así que lo tienen que hacer vía mecanismos sucios.

Por ejemplo, la provocación a Rusia para esta guerra en Ucrania no es otra cosa –no es una guerra de Rusia con Ucrania, esto es una gran mentira– que una guerra de los Estados Unidos con su brazo armado, la OTAN, contra Rusia, que solo está defendiéndose, pues no es un país imperialista que tiene interés en ser imperialista en Ucrania.

Esto es otra gran tergiversación que hay que criticar, porque Rusia nunca impidió que Ucrania entrara a la Unión Europea. ¿Cuándo un país imperialista con intereses económicos en un cierto país permite que ese país entre a las manos del mercado de su competencia imperial? Ellos –Rusia– siempre dijeron: «entren en la Unión Europea, no hay problema. Lo que no podemos permitir es que entren a la OTAN, porque eso ya es un tema de seguridad nacional para el Estado ruso».

Es una provocación, más con nazis en el poder y más diciendo que van a poner bombas nucleares en las manos de estos nazis. Ponte en los zapatos de los rusos, piensa en la memoria de los rusos, en la Segunda Guerra Mundial, que los nazis entraron por ahí con las milicias ucranianas. Eso lo he explicado en este programa ‘ad nauseam’ y en varias ocasiones.

Ahora que dan –Estados Unidos– este golpe de Estado, puertorriqueñizan a Europa –es decir, los recolonizan, lo transforman en otro Estado Libre Asociado como Puerto Rico, que ni es libre, ni es Estado ni es Asociado, es un protectorado colonial– y subordinan la economía y la política europea a los intereses de las empresas trasnacionales gringas, porque han sacado a todas las empresas rusas de ahí y han ocupado ellos el territorio.

En otros programas, yo decía: «¿hacia dónde van ahora?». Perdieron las guerras del Medio Oriente, perdieron África y los mercados de Asia frente a China, ¿hacia dónde van, una vez recuperan Europa? Vienen para América Latina. Viene una nueva escalada, una nueva ofensiva imperialista en nuestra región.

Llamo la atención sobre esto porque un imperio en decadencia no es un tigre de papel, como decía Mao, es un tigre herido de muerte que puede tener reacciones inesperadas y violentas. Viene una nueva escalada hacia América Latina porque tienen que recuperarla, si no, desaparecen como imperio porque no les queda nada más. América Latina es uno de los continentes más ricos en recursos en el planeta Tierra y Venezuela es un bastión que en algún momento tendrán que asumir como lugar a recuperar.

Esto lo he dicho en Venezuela varias veces, lo he dicho públicamente. Pongamos un escenario: ahora con la hiperinflación –que le ha hecho doler el bolsillo a los estadounidenses porque están pagando la calefacción, al comida, todo más caro–, imaginemos que llega un líder populista a los Estados Unidos tipo Trump o el mismo Biden.

El próximo presidente, pongamos que sea Trump o un tipo de su estilo –porque los republicanos van a recuperar el Congreso en dos semanas– y le diga al pueblo americano: «todo este sufrimiento que estamos teniendo por los altos costos de energía que estamos pagando, lo podemos resolver muy sencillamente. Lo que hay que hacer es recuperar los pozos petroleros que están en manos del Gobierno Bolivariano».

Imagínate la reacción que puede haber en los Estados Unidos a un proyecto así, donde la subjetividad imperialista de supremacía blanca es súper fuerte y además están desesperados, porque económicamente se les está cayendo la casa. Imagínate que llame a una guerra –va a tener el apoyo de la mayoría de los americanos– y haga una intervención en Venezuela y en diferentes lugares de América Latina para recuperar los pozos petroleros y todas las riquezas que necesitan para salir de la hiperinflación en la que están metidos luego de sacar del mercado el gas y el petróleo rusos.

Este es un escenario, que puede que se dé o puede que no se dé. Es lo que han hecho toda la vida. Lo que estoy diciendo es que no caigamos en la ingenuidad de caer en lo que le pasó a Gadafi, que pensó que si le daba dos o tres pozos petroleros a las trasnacionales europeas y americanos, lo iban a dejar quieto. Resulta que no, ellos lo quieren todo. Y querían su cabeza también. Les dio todo eso y luego fueron por su cabeza, lo mataron.

Con esto no estoy diciendo que no se negocie. Si hay que negociar, se negocia, pero no pensando que si se le dan dos o tres pozos petroleros a las corporaciones petroleras americanas en este momento de desesperación que tienen, que los van a dejar quietos. Hay que mantener la guardia en alto, las milicias populares, la preparación defensiva del pueblo y el ejército, en el caso de una locura del tigre herido de muerte. Ese es el llamado que hago a Venezuela: cuidado, porque el imperialismo está en decadencia y no le queda más que recuperar América Latina.

Un país como Chile, que es una especie de colonia neoliberal de los gringos desde hace ya nosecuántos años, las exportaciones e importaciones son mayoritariamente con China. Es decir, China ha desplazado a Estados Unidos en una de sus neocolonias por excelencia en la región.

Desde el punto de vista del capital globalista occidental –porque eso es lo que está detrás de los Estados Unidos–, lo que llamamos el Pentágono, Wall Street y todos esos poderes, van a recuperar América Latina a como dé lugar porque es lo único que les queda frente a China. Llamo la atención porque creo que vienen momentos difíciles, aquí en Venezuela y en Nuestramérica.

Creo que eso que está anunciando Atilio [Borón], lo anuncié hace meses. Decía que esa gente –Estados Unidos– viene para acá. No es que sea Nostradamus. Yo no soy Nostradamus, sencillamente, si tú haces un análisis de la geopolítica mundial te das cuenta que Estados Unidos va a afincarse en la región que históricamente han asumido, con la Doctrina Monroe, como su patio trasero.

Lo que les va a mantener y dar el estatus imperial será la dominación sobre América Latina. No pueden dejar ninguna ambigüedad ni permitir que se les vaya de las manos o que los chinos los desplacen de los mercados latinoamericanos.

MAPP: Eso solo lo pueden hacer a través de la fuerza. Tú mismo explicaste las propuestas chinas, que son imbatibles: yo te doy dinero por adelantado, no te exijo que cambies políticas de Estado. Ellos no.

RG: Lo de ellos es a punta de fusil. Los gringos no pueden competir contra China, que tiene una capacidad de competencia económica internacional porque ha desarrollado nuevas tecnologías y tiene capacidad de presentar a los países ofertas imbatibles. Los gringos, no. Ellos vienen con los fusiles. Lo único que les queda es que son la policía del mundo, el país militarmente más poderoso. La única manera que tienen de recuperar los mercados en América Latina es por la fuerza, a través de un proceso represivo, autoritario, intervencionista.

Lo que veía es que dada la correlación de fuerzas en el mundo, es que naturalmente venían para acá. Ese documento que está mencionando Atilio [Borón], confirma lo que venía anticipando. Además anticipé que lo que estaba ocurriendo en Ucrania no era otra cosa que un golpe de Estado internacional para recuperar los mercados europeos.

La humanidad amenazada: las guerras ecomalthusianas

RG: Las víctimas principales de la guerra en Ucrania, de esa provocación americana contra Rusia, son los europeos, que andan con las ‘fakes news’ en la cabeza: «Putin el malo», «Putin, Putin, Putin», señalando a Putin, y no se dan cuenta que la puñalada por la espalda se las ha metido Biden y el gobierno americano, que son los que ahora les están vendiendo a precio de monopolio todo lo que antes Rusia les vendía barato. Son los que están pagando los platos rotos y lo triste de la situación es verlos señalando a Putin, creyendo que el problema viene de allá y no de otro lado.

Por el acto terrorista de los Estados Unidos contra los dos gasoductos, una semana y media atrás, acusaron a Rusia. Una cosa ridícula. El mar Báltico está hipervigilado por la OTAN, allí los rusos no pueden hacer nada sin que se den cuenta. Además, el mismo día abrieron el Baltic Pipe, por el que entra a Polonia y Alemania todo el gas que viene de Noruega y de los Estados Unidos. Ni siquiera esperaron al otro día para disimular, sino el mismo día que abrieron el Baltic Pipe, volaron los otros.

Está ‘on record’ el liderazgo americano desde hace más de 15 años contra la dependencia de Europa del gas y el petróleo de Rusia y torpedeando la construcción del Nord Stream. Ahí están Condoleezza Rice, [Mike] Pompeo, [Antony] Blinken y hasta el mismo Biden diciendo el pasado febrero que si hay una intervención rusa, que ellos van a intervenir para destruir o torpedear el Nord Stream.

Hay una periodista que le dijo que cómo iba a hacer eso, si estaba en manos de los alemanes y los rusos y el tipo dijo: «Lo vamos a hacer». Ahí tienes toda la evidencia de dónde viene esto.

El mismo Blinken, al otro día de los atentados dijo: «No se sabe quién fue, pero qué gran oportunidad que esto haya ocurrido». Son unos descarados. Nos están diciendo en las narices: «qué gran oportunidad, porque ahora, por fin Europa va a tener que comprar el gas y el petróleo de los Estados Unidos y no de los rusos cuatro veces más caro».

Se ha confirmado que esa era la estrategia gringa. Lo dije aquí, en un programa, hace ocho meses, que eso era lo que venía. Mira ahora cómo las empresas gringas han sustituido a las rusas en los mercados europeos. Es una noticia que ya no es noticia porque todo el mundo lo sabe. En aquel momento, cuando lo dije, mucha gente se sorprendió.

Los gringos ponen las cosas por escrito. Yo citaba aquel documento de 2019 que se llama Extending Russia de la RAND Corporation, un ‘think tank’ de la CIA y del Pentágono, en el que está el libreto de la película que estamos viendo, está por escrito. Si tú lees este documento ves que está todo esto. No es que yo sea Nostradamus, sino que ellos dicen las cosas con una claridad impresionante y lo que tenemos que hacer es ver este documento, ver las discusiones en el Congreso y ahí dicen todo como es. Ni siquiera disimulan.

¿A quién le benefició esto del Nord Stream? Los rusos no tienen que volar sus gasoductos, lo que quieren es vender gas. Ese es su negocio y además invirtieron cientos de millones de dólares.

MAPP: Trump los sancionó y Gazprom terminó pagando prácticamente todo el Nord Stream 2.

RG: La otra cosa que sabemos es que está la válvula de Moscú. Lo único que tiene que hacer Rusia si quiere parar el flujo es cerrar la llave, no volar sus ductos. Creen que la gente es estúpida. Esto es lo que circula y trabajan para que la gente se lo crea.

Cuando miras con detenimiento a quién le interesa… Pocos días antes hubo ejercicios militares de Estados Unidos en la zona donde volaron el Nord Stream 2. No había rusos por ahí sino americanos con tropas haciendo ejercicios militares allí, en esa isla cerca de donde lo volaron.

Estamos en un momento muy delicado, porque en cualquier punto esto se puede salir de las manos y terminar en un desastre nuclear.

MAPP: También una clase dirigente europea tan decadente, tan ignorante…

RG: Tan ignorante, tan arrogante. Están provocando una guerra nuclear. Esta gente habla de eso como que si fueran dos granadas que van a explotar en una esquina de Europa. No son dos granadas. Una guerra nuclear es la destrucción de la vida en el planeta tal y como la conocemos. Eso se sale de las manos.

Zelenski está diciendo que haya un ataque nuclear «preventivo» contra Rusia. Eso lo están diciendo también líderes en los Estados Unidos. Como que si se tira un bombazo nuclear y los rusos se quedan quietos. No, no: es que hay un montón de cabezas nucleares apuntando para el otro norte, fuegos artificiales a escala planetaria volándolo todo.

MAPP: ¿Eso puede pasar?

RG: Eso puede pasar, no podemos perder de vista que esa posibilidad está ahí. Y están hablando de eso con una naturalidad espeluznante. A Kennedy y a Jrushchov les temblaban las piernas cuando la Crisis de los Misiles porque sabían las consecuencias y lograron llegar a un acuerdo para frenar la escalada; estos que están ahora hablan como si nada. Son unos mequetrefes que hablan como si se tratara de fuegos artificiales.

Tenemos que introducir algo de lo que hablé en uno de los programas anteriores sobre el ecofascismo, porque hay unas políticas ecomalthusianas de las élites estas globalistas que hablan de la necesidad de exterminar a gran parte de la humanidad. Si bien en el siglo XIX las teoría malthusianas que decían que la pobreza y el desempleo tienen que ver con que hay muchos seres humanos –y no con un sistema de explotación–, por lo que hay que controlar el crecimiento de la población; ahora hay ecomalthusianos que hablan de las mismas teorías malthusianas pero bajo argumentos ecologistas.

Dicen que estamos destruyendo la vida en el planeta no porque hay una civilización de muerte y un sistema que está destruyendo la vida, por lo que hay que cambiar sus estructuras; no, sino porque hay muchos seres humanos. Alguien como Bill Gates habla de que hay 7.000 millones de seres humanos y que hay que bajar a 2.000 millones. Es decir, hay 5.000 millones de seres humanos de más. Son matones que hablan de exterminio de la mayor parte de la humanidad para hacer viable y sostenible la economía.

Viene la hambruna que están anunciando, producto de la crisis capitalista, la guerra en Ucrania y la interrupción de los mecanismos de suministro de alimentos, donde van a morir millones de personas. Esto no lo digo yo, lo dice el jefe de las Naciones Unidas, António Guterres, tanto por la hiperinflación como por la interrupción de las cadenas de suministro y continentes como África se verán fuertemente afectados. En muchos lugares del mundo habrá millones de personas con hambre. No es de aquí a 10 años sino de aquí a unos meses y no están haciendo nada, están dejando que pase.

Hay que tener en mente que aquí hay una élite mundial que frente al colapso de este sistema está buscando cómo quedarse arriba con sus privilegios y riquezas, en un contexto de colapso civilizatorio y sistémico. Están usando nuevas tecnologías, están usando lo que llaman el transhumanismo –robotizar la vida– y hacer dispensables a millones de seres humanos.

Por eso es que están, creo yo, jugando con fuego, porque esa élite no solo quiere una hambruna mundial que elimine a 5.000 millones de seres humanos sino que incluso sería todavía mejor que hubiera una guerra regional donde se extermine a millones de seres humanos y venga otro Plan Marshall.

Son escenarios distópicos muy preocupantes. Veo un peligro enorme. Aparecen Trump, Kissinger, la Merkel, gente de la derecha histórica, cuestionando lo que hacen quienes ahora están en el poder. Un genocida como Kissinger –sabemos lo que hizo en Camboya, en Vietnam, en Chile– aparece ahora como un moderado al lado de estos locos, que están jugando con fuego y con la posibilidad de una guerra nuclear.

MAPP: Terminamos donde comenzamos: la modernidad y el capitalismo como lógicas de muerte. No se trata ya de una teoría. No olvidemos y no perdamos de vista –lo comentamos en el programa pasado– que estamos saliendo de la pandemia, un escenario ya apocalíptico que parece que es nada al lado de lo que viene.

RG: Yo, que siempre hablé de pandemia, ahora hablo de «plandemia». ¿Por qué hablo así? Por toda la evidencia que ha salido. Hasta en Ucrania aparecieron 30 laboratorios. Los rusos vieron los 30 laboratorios de armas bacteriológicas y biológicas de los Estados Unidos, donde una de las cosas que tenían era la experimentación con coronavirus de murciélagos. Estaban experimentando con eso desde 2018.

En el Congreso de los Estados Unidos ya no se discute que si los chinos comen murciélagos y que por eso ocurrió todo esto. Los chinos han comido murciélagos desde hace miles de años y algo así nunca había ocurrido. Ahora lo único que se discute es  si el virus se escapó o lo escaparon el laboratorio que los estadounidenses tenían en Wuhan. Esa es la discusión. Lo otro era un cuento americano.

Ya no tienen la menor duda que eso salió de allí. Es decir, había una intencionalidad de destruir la economía china a través de esto porque se vaticina que en 2026 o 2027, China desplazará a Estados Unidos como la primera economía del mundo.

Una posibilidad que se está manejando es que lanzaron eso –el virus– allí, pero el tiro les salió por la culata porque los chinos lograron mantener la cosa y en los Estados Unidos fue un desastre porque no hay sanidad pública. Ahí se demostró también que el sistema neoliberal como modelo de gestión del capitalismo es un desastre, porque los países que siguieron ese modelo fueron los más afectados y siguen siéndolo.

Los rusos llevaron los documentos que encontraron en Ucrania al Consejo de Seguridad de la ONU,–debería haber sido noticia de primera plana en el mundo entero y ni se mencionó– y hasta el día de hoy, el Consejo de Seguridad no ha hecho nada, no ha hecho ninguna investigación, ningún estudio con documentos que los rusos les pusieron en la mano.

MAPP: Un mensaje final y háblanos de la Escuela Descolonial, por favor.

RG: La Escuela Descolonial de Caracas en su séptima edición la vamos a comenzar este lunes en el Celarg –Centro de Estudios Rómulo Gallegos–, en Caracas y la tendremos hasta el viernes.

Durante la mañana habrá sesiones de discusión, de debate y de presentación de seminarios por parte de distintos profesores. Van a estar, entre otros, Katya Colmenares y Karina Ochoa. Por las tardes vamos a ir a las comunas, llevaremos esta discusión a barrios populares organizados en comunas.

MAPP: Para terminar, ¿puedes hablarnos de este libro –De la sociología de la descolonización al nuevo antiimperialismo descolonial– y presentarnos un resumen? Entiendo que va a estar disponible en Venezuela para la Feria del Libro.

RG: Sí, en la Feria del Libro estarán disponibles copias de este libro publicado por la editorial Akal. Será discutido en mesas durante la Feria. Lo que intento hacer en este libro es plantear una nueva visión de cara al antiimperialismo del siglo XXI. Hago también un análisis de asuntos que hemos estado discutiendo tanto aquí como en la Escuela Descolonial.

Invito a la audiencia a que busque el libro, que ya está a la venta en España y México. Saldrá ahora en noviembre en Argentina y va a estar disponible en muchas librerías de América Latina.

MAPP: Te quiero dar las gracias una vez más por haber estado aquí, en Desde Donde Sea. Sobre todo haber estado aquí en nuestra sede y conocer lo que estamos haciendo. Quiero reiterarte que esta es tu patria –me permito hablar por los venezolanos y las venezolanas– y tu casa.

Te comprometo, junto con la Escuela Descolonial, para que nos sigas ayudando cada vez más a convertir a esta plataforma de comunicación política en un espacio de educación, porque el poder popular, que fue el gran tema transversal de esta conversación, pasa también por la formación. 

RG: Absolutamente.

MAPP: Gracias, Ramón.

RG: Gracias a ti, gracias por la invitación.

Resumen de actualidad geopolítica en Desde Donde Sea

A modo de cierre tras la extensa conversación con Grosfoguel, Pérez Pirela ofreció un resumen de algunas de las noticias más importantes de la semana, entre las que destacan la creciente crisis económica mundial, la renuncia de la primera ministra británica, Liz Truss; la conflictividad creciente en Europa y la nueva política migratoria de Estados Unidos para los venezolanos.

En primer término refirió que la nefasta combinación entre las medidas coercitivas impuestas a Rusia, la desaceleración económica de China y las decisiones adoptadas por la Reserva Federal de los Estados Unidos, están echando abajo las economías de todo el mundo.

Así, explicó, la inflación ha alcanzado topes históricos en Estados Unidos y Europa, al tiempo que sus ciudadanos han padecido los efectos del incremento de los precios de mercancías esenciales, mientras sus gobiernos aprueban ingentes cantidades de dinero para financiar la guerra en Ucrania.

El analista destacó que la contracción se advierte global. En opinión del presidente colombiano, Gustavo Petro, la Casa Blanca es responsable en buena medida de esta recesión económica que ya toca las puertas de América Latina y que amenaza con agudizarse en los meses subsiguientes.

Posando la mirada al otro lado del Atlántico puntualizó que el cumplimiento de la agenda otanista en detrimento de las demandas sociales, ha puesto en aprietos a la mayor parte de los liderazgos de Europa y ya hizo colapsar a varias coaliciones gobernantes.

En este orden comentó lo que puede considerarse como la noticia del día, pues este jueves, la premier de Reino Unido, Liz Truss, anunció su dimisión tras apenas mes y medio de ejercicio. Su nombre se añadió a la lista de líderes caídos en desgracia por su incapacidad para lidiar con las consecuencias de las sanciones a Rusia, el Breixit y las crecientes tensiones en el seno de su propio partido.

El también director de LaIguana.TV puntualizó que con su renuncia, Truss se convirtió en la mandataria británica con menos tiempo en el cargo, en parte por las situaciones externas que heredó, pero también por anunciar medidas de austeridad en un entorno de deterioro económico acelerado, como ella misma lo admitió en su discurso de renuncia.

En particular, la premier fue blanco de críticas por presentar un plan económico sustentado en recortes a impuestos no financiados, que en términos fiscales implicaba una deuda de 150.000 millones de libras esterlinas para el gobierno, que además estaría obligado a subvencionar los costos de la energía de consumidores y empresas, detalló.

Advirtió, asimismo, que pese al evidente carácter neoliberal de estas propuestas, Londres no está en posición de abandonar un plan de subsidios, aún parcial, pues los precios de la energía figuran como la principal causa de la inflación en el país, que según datos oficiales publicados este miércoles alcanzó el 10,1 % en septiembre.

En todo caso, el complejo panorama fiscal y las poco auspiciosas predicciones económicas hicieron que Truss perdiera la confianza no solo de los inversores sino de miembros de su gabinete, al tiempo que su popularidad se desplomó a los extremos más bajos de la historia conocida de su país, a lo que sumó que en la última semana dejaron sus cargos el ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng y la ministra del Interior, Suella Braverman.

Si bien Braverman justificó su salida por haber compartido información del gabinete a través de su teléfono personal, a su parecer, el movimiento parece responder a movimientos en el seno del Partido Conservador.

Apenas a la víspera, Truss compareció en la Cámara de los Comunes para presentar su informe de gobierno y aseguró que no renunciaría, incluso a pesar de que en el seno de su propia formación política no faltó quien le exigiera públicamente que se hiciera a un lado, por lo que su dimisión tomó por sorpresa a propios y extraños, señaló, para redondear este tema.

De otra parte indicó que aunque las protestas populares se han estado sucediendo desde hace meses en prácticamente todos los países de la Unión Europea, en las últimas semanas la frecuencia, extensión y participación se han extendido notoriamente en razón de la dieta energética impuesta a la población en vísperas del invierno.

En particular precisó que en Francia la situación ha tomado los tintes de una huelga general antigubernamental, minimizada o directamente silenciada por la prensa hegemónica, aunque las principales ciudades, incluyendo París, han sido protagonistas de las mayores movilizaciones sociales en varias décadas.

También se han ocultado bajo la alfombra la feroz represión desatada por el gobierno de Emmanuel Macron y las amenazas y chantajes proferidos contra sindicatos, organizaciones populares y otros actores que se han hecho eco de las demandas socioeconómicas de los trabajadores, subrayó.

Para abundar en esta información comentó que sindicatos, estudiantes y otros sectores se sumaron este martes a la convocatoria de huelga general, que pretende ya no solo conseguir aumentos salariales sino rechazar la política social de El Eliseo frente a la debacle económica.

Siguiendo los informes divulgados por las partes, refirió que de acuerdo con los convocantes, unas 300.000 personas se habrían sumado a la iniciativa, al tiempo la Policía aseguró que salieron a las calles 107.000 personas y la Central General de Trabajadores sostuvo que solo en París, 70.000 almas respondieron a la convocatoria por un aumento de salarios y contra las requisas de los huelguistas en las refinerías.

Comentó, asimismo, por la prensa occidental puso énfasis en las declaraciones del Ministerio del Interior, que anunció el arresto de 15 manifestantes –11 de ellos en la capital– y dejó de lado la violencia con la que fueron reprimidos los huelguistas.

A modo de conclusión sobre este asunto mencionó que a tono con lo que sucede en buena parte de Europa, cifras oficiales indican que el pasado fin de semana, unos 250.000 franceses protestaron en las distintos puntos de la nación gala por la merma en las condiciones de vida, la escasez de combustible y la falta de respuesta del gobierno ante las crecientes necesidades de la población.

Para cerrar el repaso del panorama geopolítico relató que en América Latina, el acuerdo entre los gobiernos de Estados Unidos y México que permite la deportación de migrantes venezolanos que ingresen irregularmente a través de la frontera terrestre, devolvió a los grandes titulares el drama de la migración económica a través de la selva del Darién, considerado uno de los pasos migratorios más peligrosos del mundo.

Pérez Pirela precisó que la administración Biden anunció que otorgará 24.000 visas humanitarias anuales para venezolanos que cuenten con un patrocinante en territorio estadounidense, que no hayan ingresado irregularmente a México o a Panamá y que no hayan sido expulsados de Estados Unidos en los últimos cinco años.

A su parecer, la resolución dejó al descubierto el uso instrumental de una migración derivada de las políticas de la Casa Blanca hacia Venezuela y el criterio aporofóbico de Washington, como apuntara el periodista Clodovaldo Hernández en una reflexión publicada este domingo en LaIguana.TV bajo el título: «Si usted es pobre, por acá ni se asome»: Los gringos se sinceraron con la diáspora (+Clodovaldo), del que procedió a leer algunos artículos.

«Un tuitero muy asertivo semánticamente, dice que toda la nueva normativa de Estados Unidos para los connacionales aspirantes a vivir allá se puede resumir en la frase: ‘No se aceptan venezolanos pobres’.

Como suele ocurrir, la realidad suena más real cuando es expresada con extrema crudeza, como lo hizo este audaz traductor de la palabrería burocrática gringa. Esa es la verdad desnuda. Lo demás es eufemismo, disimulo, circunloquio o –como decimos en este trópico– pura paja.

Lo que ha ocurrido es que tanto las autoridades estadounidenses como muchos inmigrantes venezolanos que ya tienen cierto tiempo allá (y algunos se sienten ‘americanos’, en la acepción gringa del gentilicio) empezaron a ver con horror que el Arca de Noé se les estaba llenando de especímenes indeseables. Uy.

Y entonces tomaron medidas para reservarse el derecho de admisión, basándose en el principio de soberanía, el mismo que Estados Unidos les niega a los demás países, incluyendo sus amigotes europeos (pero ese es otro tema).

Y la medida fundamental, como bien lo resumió la persona indicada arriba, es que si no tienes plata –o un amigo con plata– no te vistas que no vas. O puedes ir, pero te van a rebotar en la entrada como a cualquier otro hispano sospechoso.

Se acabó el idilio de la Migra con las madres que, según reseñas de los medios, pasaban a nado el río Bravo con un bebé en brazos y del lado de allá las agentes femeninas las esperaban con pañales y teteros calientes. O las historias de los señores que, al coronar la faena, besaban llorosos la tierra de la libertad.

Ahora, se inventaron una muy propia de esa sociedad de corporaciones y grandes negocios: para ser bien recibido allá debes tener un patrocinante, alguien que pague una especie de fianza anticipada, no vaya a ser que tú pongas la torta en casa ajena.

No puede estar más claro que con ese sistema solo podrán ir a disfrutar su ‘modo americano de vida’ los que tengan dinero suficiente para conseguir su sponsor. Florecerá el negocio (ya debe estar floreciendo) de pagarle a alguien que tenga la ciudadanía para que se declare patrocinante. Y seguramente los niños de pecho de la oposición golpista venezolana van a llevarse la mejor tajada. Ellos son así».

Tras citar a Hernández, enfatizó que no se trata de una opinión aislada, sino de una denuncia que alcanza a todo el continente desde hace largo ayer, aunque tendenciosamente ahora solo parezca vestir ropajes venezolanos, como se ha pretendido decir.

Por ello comentó que a contrapelo de la propaganda, en un informe publicado este lunes por EFE a propósito de la visita de Laura Richardson, jefa de Comando Sur de los Estados Unidos al Darién, la agencia española apuntaba que «muchos de los venezolanos proceden de segundos o terceros países como Colombia, Ecuador, Perú, Chile o Brasil, en los que ya habían intentado establecerse».

Dada la complejidad del problema, Pérez Pirela admitió que merece un tratamiento mucho más pormenorizado, pero para cerrar, de momento, la discusión, compartió las reflexiones que aportara este miércoles el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sobre las causas reales del desplazamiento de suramericanos –podríamos decir, de habitantes del Sur Global– hacia los Estados Unidos.

(LaIguana.TV)