Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, admitió hace semanas que el modelo de crecimiento económico en Europa se cimentaba en gas barato procedente de Rusia y en el comercio con China

Esas declaraciones fueron objeto de análisis del filósofo venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde Donde Sea. 

En declaraciones públicas, Borrell subrayó la necesidad de recortar la dependencia energética con Rusia, pero no ofreció ninguna alternativa viable a la creciente dependencia de Bruselas de los hidrocarburos estadounidenses, mencionó el experto. 

«Grandes amenazas, grandes ideas de estos funcionarios de la Unión Europea pero ninguna propuesta para los ciudadanos que tienen que pagar la factura de electricidad», apreció. 

De su parte, una vez comunicado el acuerdo de reducción de la oferta de crudo por parte de la OPEP+, el viceprimer ministro ruso, Alexánder Novak, sostuvo que Moscú está dispuesto a ofrecer gas barato a Europa –que se enfrenta a una creciente desindustrialización– por medio del Nord Stream 2

A su juicio con este mensaje, además de marcar que el ataque contra la infraestructura rusa no fue del todo exitoso, también es una cuerda de salvamento que el Kremlin lanza hacia Europa, particularmente a Alemania, cuya economía está retrocediendo, llevándose consigo al resto del bloque. 

A lo antes expresado agregó que, en el marco de su intervención en la Semana Energética de Rusia, Putin aludió a la importancia estratégica que cobraban los ductos empleados para transporte de gas en todo el mundo, tras los «ataques terroristas» contra el Nord Stream. 

Amén de puntualizar que saltaba a la vista quiénes se habían beneficiado, Putin ratificó su disposición de enviar gas barato a Europa, aunque adelantó que era poco probable que su oferta se recibiera favorablemente al otro lado del tablero. 

«Una especie de síndrome suicida el que en este momento está teniendo Europa», comentó. 

(LaIguana.TV)