El Gobierno de EEUU entregó formalmente este miércoles a la Policía Nacional de Colombia (PNC) un total de siete helicópteros tipo ‘Black Hawk‘ (Halcón Negro) destinados a reforzar el resguardo del Amazonas, así como los delitos medioambientales relacionados con actividades ilegales y el negocio del narcotráfico.

La entrega formal de las aeronaves se efectuó en la base antinarcóticos de la Policía colombiana en San José del Guaviare, al sur del país, donde asistieron el presidente, Gustavo Petro; el embajador de EEUU en Bogotá, Francisco Palmieri; el director de la PNC, Henry Sanabria, entre otras autoridades.

«Yo les voy a cambiar el nombre, vamos a llamarlas ‘Guacamayas’ y las vamos a pintar (…) es una especie de reivindicación humana del hábitat de las guacamayas hermosas, que están extinguiéndose», explicó Petro.

El mandatario colombiano comentó que la entrega de estos helicópteros obedece a una petición que él le hizo al gobierno estadounidense para aumentar la protección de la selva amazónica. A juicio de Petro, si se pierde ese pulmón vegetal, que «es una esponja enorme de absorción de CO2 del mundo», se acabará el agua y se extinguirá la vida.

«Se trata de salvar la selva amazónica (…) porque vamos camino al suicidio, nos estamos suicidando», expresó el mandatario, quien agregó que la protección del medio ambiente no es «un tema romántico» sino un asunto prioritario de la humanidad, que permitirá garantizar el ciclo de la biodiversidad.

En ese sentido, Petro estimó necesario que haya un cambio a favor de «la bioeconomía de la selva», en el que las empresas que ahora destruyen el Amazonas para establecer sus negocios y grandes haciendas ganaderas, y que las familias que viven de cultivos en esa región, cambien su actividad de «omnicidio» por la reforestación de toda esa región.

Un fondo para la Selva Amazónica

Durante el evento, Petro comentó que tiene planteado crear un «Fondo para la Selva Amazónica», que esté abierto al mundo, pero que sea financiado principalmente con recursos de los impuestos, para devolver la vida al Amazonas, porque «con la selva se puede lograr desarrollo económico».

Sobre esto, explicó que con la política de «bioeconomía», las familias accederían a concesiones de terrenos para reforestar y conservar la selva, sobre todo en los territorios que ya han sido deforestados, pues la idea es recuperar las zonas devastadas por la tala y la minería ilegal.

Además, detalló, con el dinero recolectado por el Fondo, el Estado pagaría una renta mensual a los campesinos y familias que habitan en el Amazonas para que «vivan de proteger la selva».

De esa manera, agregó, además de recuperar el Amazonas, se erradicarían otros males que están vinculados con la actividad extractivista y del narcotráfico en esa región, en la que cobran protagonismo las organizaciones criminales que promueven cultivos ilegales, la minería ilegal, la contaminación de los ríos, la tala y la quema de bosques.

¿Qué labores prestarán los helicópteros?

El director de la PNC precisó que las aeronaves se dedicarán a tareas de protección del medio ambiente, así como también para el traslado humanitario de comunidades en zonas de riesgo o de difícil acceso.

Las aeronaves también intervendrán en misiones de búsqueda, rescate, extinción de incendios, atención de desastres naturales, transporte de equipos médicos e insumos para la salud, alimentos, entre otras tareas, como la vigilancia de la selva para resguardar la amazonía colombiana de las actividades ilícitas.

Por su parte, el embajador Palmieri aseveró que Colombia es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo y aseguró que EE.UU. tiene la disposición de colaborar con el Gobierno, junto al sector privado, para hacer frente a la deforestación, la minería ilegal y otros delitos ambientales que ejecuta el crimen organizado.

Previamente, el jefe del programa de aviación de la sección de Asuntos Antinarcóticos de la embajada de EE.UU. en Colombia, Jonathan Low, indicó que las siete aeronaves son parte de un total de 12 helicópteros que entregará Washington a Bogotá. Los primeros tres ‘Black Hawk’ llegaron a territorio colombiano el 19 de septiembre pasado.

Con ello, dijo, pretenden reforzarse las labores de protección de la biodiversidad, minimizar el impacto causado por los delitos ambientales y actividades criminales como la deforestación, la minería ilegal e incendios.

«La estrategia bilateral antinarcóticos efectuada entre Colombia y el gobierno de EE.UU. se centra en la necesidad de un enfoque holístico y se basa en tres pilares: la protección del medio ambiente, la seguridad y el desarrollo rural integral y la reducción integral de la oferta», señaló Low.

Según el funcionario estadounidense, cada aeronave fue renovada completamente con estructuras reforzadas, nuevos motores, palas y otros componentes, adaptados para misiones de protección ambiental y seguridad rural.

Por su parte, el coronel John Rojas, jefe del Área de Aviación Policial (Aravi), dijo que desde la Dirección General de la Policía Nacional colombiana están dispuestos a «enfocar todos los esfuerzos en la lucha contra las rentas criminales que generan un impacto negativo contra el medio ambiente, así como brindar tranquilidad, acompañamiento y protección a los derechos y libertades de la población civil».

(RT)