Una diputada de la ultraderecha brasileña, miembro del partido del presidente Jair Bolsonaro, desenfundó un arma de fuego y persiguió a un hombre negro por las calles de São Paulo el sábado, en otro incidente de violencia armada protagonizada por seguidores de Bolsonaro antes de las elecciones que se celebran este domingo.

La víctima de la persecución, el periodista Luan Araújo, partidario del candidato rival de Bolsonaro, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, había discutido con la diputada sobre el probable resultado electoral.

Según se puede comprobar en los numerosos videos grabados en el lugar del incidente, una concurrida calle en el distrito opulento de Jardims, Carla Zambelli, diputada del Partido Liberal de Bolsonaro, intercambió fuertes insultos con Araújo durante una discusión mantenida delante de un restaurante. Cuando Araújo ya se alejaba del lugar, ella perdió el equilibrio y cayó al suelo.

La caída de la diputada desencadenó una persecución de Araújo en la que Zambelli y sus dos cómplices blancos, uno de ellos un guardaespaldas, apuntaban al periodista negro con sus pistolas. Cuando Araújo buscó refugio en un bar, Zambelli exigió a punta de pistola que el periodista grabase un video para pedirle disculpas por insultarla, según testimonio de Araújo y otros testigos.

En el mismo bar, Zambelli apuntó su arma a la cara de un joven abogado que casualmente se encontraba en el bar. «Llevaba una camiseta de apoyo de Lula, me apuntó con el arma; tuve miedo y salí del bar con las manos en alto», dijo este abogado al diario Folha de São Paulo. «Cuando entré en un bar, ellos quisieron que me tirase al suelo como si fueran policías», dijo Araújo.

Después de la persecución, la diputada grabó un video en el que acusa a Araújo y los amigos con los que iba de haberla agredido y escupido. «Utilizaron a un negro para agredirme», dice en su video, que ella misma grabó después. «Me rodearon y me agredieron cuando salí de un restaurante», tuiteó Zambelli. Añadió en declaraciones a la prensa después. «Eran unas seis personas e iban armados».

Pero los videos no apoyan esa versión. La abogada de Araújo explicó a los medios que hubo «un desencuentro verbal a partir del cual Carla Zambelli perdió la cabeza y se exaltó; ella no fue agredida, tropezó». Esta versión está comprobada por uno de los videos ya en circulación en el que se oye a Araújo decirle a la diputada: «Lula gana mañana, ustedes volverán a las cloacas de donde vinieron».

En un video se oye a Zambelli decirle a Araújo «Me estás escupiendo», mientras que éste le habla cerca de la cara: «¡Mañana va a ser Lula!», repite Araújo. No hay ningún indicio de que Araújo o sus amigos llevaran armas. El periodista venía de una fiesta de celebración del embarazo, una baby shower.

Pese a estos testimonios y los videos que desmienten la acusación de Zambelli, destacados políticos aliados del presidente reprodujeron en sus cuentas de redes sociales la versión de la diputada.

“Carla fue agredida físicamente, empujada al suelo, escupida y insultada por un grupo de petistas (votantes del Partido de los Trabajadores, PT). Así tratan los petistas las mujeres. Si ella no tuviera un arma habría sido asesinada», tuiteó Flavio Bolsonaro, el hijo del presidente, investigado por sus relaciones con grupos paramilitares en Río de Janeiro.

Una posible explicación de lo ocurrido en São Paulo es que Zambelli –que ha sido sancionada por el Tribunal Supremo Electoral por su participación en la red de falsas noticias bolsonaristas, conocida como el gabinete de odio- intentó aprovechar el desencuentro verbal con Araújo para desestabilizar las elecciones.

«Intentan provocar la militancia de Lula para crear un hecho violento y así dar la impresión de que cada militante de Lula es violento, lo cual puede usarse para justificar acciones violentas bolsonaristas», dijo Luiz Eduardo Soares, en una entrevista anterior al incidente en São Paulo.

La persecución armada de Araújo por la diputada e integrante del gabinete de odio se produce una semana después de que el exdiputado bolsonarista Roberto Jefferson disparara dos granadas contra la policía federal que acudía a su domicilio en Río de Janeiro para detenerlo. Jefferson fue condenado a prisión preventiva y arresto domiciliario, por su papel en la difusión de noticias falsas.

(lavanguardia.com)