Los países miembros del G7 llegaron a un acuerdo este jueves para imponerle un tope al precio del petróleo ruso, con lo cual continúa la lógica de seguir aplicando sanciones y restricciones en contra de Moscú por el conflicto en Ucrania.

Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido —en conjunto con Australia, que no forma parte de la coalición— acordaron establecer un precio fijo cuando finalicen el tope de precios para el petróleo ruso a finales de noviembre, en lugar de adoptar una tasa flotante, de acuerdo con fuentes consultadas por la agencia Reuters.

Las naciones que conforman el G7 explicaron que, además de castigar a Moscú, esta medida ayudará a no estrangular a la industria energética internacional y a parar la escalada de los precios de los combustibles.

La decisión está en línea con la política exterior adoptada por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) desde hace ocho meses, luego de que Rusia ordenó una operación militar especial en suelo ucraniano para desnazificar al régimen de Kiev, así como para proteger sus intereses y su seguridad nacional.

«La coalición [del G7] ha acordado que el límite de precios será un precio fijo que se revisará periódicamente, en lugar de un descuento respecto a un índice […]. Esto aumentará la estabilidad del mercado y simplificará el cumplimiento para minimizar la carga de los participantes en el mercado», comentó la fuente consultada bajo condición de anonimato.

De acuerdo con Reuters, el precio inicial todavía no se ha fijado, pero estará listo en «las próximas semanas».

Otra persona familiarizada con las negociaciones dijo que a los Estados miembros del G7 tenían una preocupación: que el presidente ruso Vladímir Putin «juegue» con el mecanismo con una reducción de la oferta. «Putin podría beneficiarse de un sistema de precios flotantes porque el precio del petróleo de su país también subiría si el Brent se dispara debido a un recorte del petróleo de Rusia, uno de los mayores productores de petróleo del mundo», indica el artículo.

El 12 de octubre, Putin advirtió que Moscú no suministrará recursos energéticos a los países que fijen un tope al precio del petróleo.

«Rusia no actuará en contra del sentido común, a costa suya, para pagar el bienestar de otros. No suministraremos recursos energéticos a aquellos países que limiten sus precios», dijo el mandatario ruso.

Los líderes occidentales han dicho en varias ocasiones que imponer límites de precios al petróleo y al gas rusos es un camino oportuno para golpear los ingresos económicos de Rusia, uno de los mayores productores y exportadores de combustibles del mundo. Además, con el conflicto en Ucrania, los precios de los energéticos se han disparado en casi todo el mundo, sobre todo en Europa

Horas antes de este acuerdo del G7, el Ministerio de Finanzas del Reino Unido anunció que prohibirá, a partir del 5 de diciembre, la facilitación de cualquier servicio para transportar petróleo ruso a un precio superior al que fijen el G7 y Australia.

«La nueva legislación aprobada hoy [3 de noviembre] prohibirá que los países utilicen los servicios del Reino Unido para transportar petróleo ruso a menos que se compre al o por debajo del precio fijado por la Coalición del G7 y Australia», señaló el Gobierno británico en un comunicado.

(sputniknews)