En su programa Desde Donde Sea, Miguel Ángel Pérez Pirela advirtió del nuevo intento de golpe de Estado que se adelanta contra el gobierno progresista de Luis Arce en Bolivia.  

El especialista destacó que a diferencia de lo que ha ocurrido con el triunfo de Lula y la reunión entre Nicolás Maduro y Gustavo Petro, la amenaza de golpe de Estado contra el gobierno boliviano apenas ha recibido atención mediática, aunque las acciones sediciosas tienen un par de semanas en curso.  

«Nadie habla de esto», cuestionó el también comunicador, destacando la labor informativa que se realiza desde LaIguana.TV para hacer del dominio público estos temas silenciados por la prensa hegemónica.  

La palanca que puso en marcha el engranaje de la nueva apuesta insurreccional en la provincia de Santa Cruz, fue el anuncio de la postergación del Censo Nacional de Población y Vivienda inicialmente previsto para noviembre de 2022 hasta el año 2024, alegando razones técnicas, detalló.  

Bajo el punto de vista de quienes defienden las protestas, La Paz estaría dilatando la realización del censo para disminuir los recursos que se otorgan a la provincia a través del situado constitucional, que establece que las entidades más pobladas reciben más fondos del Ejecutivo central, así como los curules en el Parlamento.  

«Santa Cruz, cuna de la oposición a los gobiernos progresistas en Bolivia, vive una huelga para que se adelante el Censo. ¿Qué está pasando en Bolivia? ¿Por qué nadie nos cuenta? Ya van dos semanas», enfatizó.  

Pérez Pirela puntualizó que la honestidad del reclamo se puso rápidamente en cuestión porque el paro lo encabezan el gobernador Luis Fernando Camacho, el así llamado «Comité Cívico por Santa Cruz» y la jerarquía católica, es decir, «la extrema derecha está fraguando un golpe», pues como se recordará, todos fueron protagonistas del derrocamiento de Evo Morales y luego se convirtieron en aliados cercanos del gobierno de facto de Jeanine Áñez, «que está presa por dictadora».  

En el interés de mostrar el tratamiento que ha hecho la administración de Arce de esta nueva amenaza, relató que el pasado 28 de octubre se convocó a gobernadores y alcaldes a una jornada de evaluación técnica del censo, con el interés de frenar la huelga y amainar los efectos económicos de la paralización en Santa Cruz.  

A contrapelo de la realidad, los escasos informes de la prensa hegemónica culpabilizaron a los simpatizantes del MAS que rechazan el paro por las trancas de vías, los responsabilizaron por subsecuente escasez de combustible y los acusaron de perjudicar económicamente al departamento, indicó el analista antes de compartir con la audiencia una reseña que hiciera de los hechos la agencia EFE.   

Explicó que la iniciativa de La Paz no cuajó, porque el Camacho y su grupo se negaron a la negociación, aunque el gobierno ya había accedido a adelantar la fecha del conteo poblacional e incluso a realizarla en la fecha que los cruceños proponían, si lograban demostrar que era viable y no comprometía la calidad de los datos.  

Tras el fracaso, el presidente boliviano denunció que estas acciones tenían intenciones abiertamente insurreccionales y aseguró que el movimiento popular organizado frenaría la nueva escalada golpista, completó.   

No sin alarma comentó que, desde entonces, la situación solo ha empeorado e incluso se habrían sumado sectores de las Fuerzas Armadas, lo que obligó al mandatario a remover a toda la cúpula militar por presuntamente estar implicada en un plan golpista, información que detalló a partir de la nota publicada por LaIguana.TV bajo el título: Luis Arce cambió el alto mando militar ante la amenaza de nuevo golpe.  

«Está fea la cosa en Bolivia. Nadie habla de Bolivia, nosotros sí», insistió.  

En el texto se refiere que el pasado 1º de noviembre, Arce aseguró que su país «se encuentra nuevamente amenazada por aquellos que, incapaces de aportar a la democracia, apuestan por la confrontación y violencia», al tiempo que reiteró su denuncia relativa a un golpe de Estado en marcha. 

Se menciona que el Ejecutivo exhortó nuevamente al diálogo con los sectores de Santa Cruz que impulsan la huelga, a pesar de que los líderes ya admiten sin tapujos que sus acciones están políticamente motivadas, pues han dicho que el paro pretende evitar que «el comunismo» se apodere de Bolivia, mientras se autopromocionan como luchadores por la libertad y la democracia.  

«¿Recuerdan el golpe que hicieron en 2019?», fustigó el especialista.  

El hecho es que la nueva ronda de conversaciones se fijó para este miércoles en la ciudad de Cochabamba. Sin embargo, los autodenominados «líderes cívicos cruceños» no acudieron a la cita, porque, en su opinión, está claro que «quieren un golpe de Estado».   

Con referencia a la versión oficial comentó que los dirigentes achacaron su ausencia a los enfrentamientos entre manifestantes violentos y la Policía entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, que derivaron en la detención de nueve personas, así como daños a patrullas y a sedes policiales.   

A esto sumó que de acuerdo con informes de la cadena teleSUR, en paralelo se desplegó una campaña de desinformación y odio contra las personas foráneas al departamento de Santa Cruz, a las que están sindicando de haber sido enviadas por el gobierno nacional para atacarlos.  

Sobre lo que ha hecho el denominado Comité  Cívico para llevar adelante su agenda insurreccional, precisó que se ha establecido una suerte de toque de queda, con el que se autoriza a la población a salir de sus casas para comprar alimentos en ciertos horarios, mientras se aúpa el cierre de vías para crear el caos y las grandes empresas continúan operando, lo ha motivado a campesinos y pequeños comerciantes a protagonizar sus propios cierres de vías, pues consideran que debe obligarse a todos a parar en lugar de permitir la actividad económica de las grandes compañías.  

«Se está dando un golpe de Estado en Bolivia de anteojito, de manual, tal cual como se ha hecho aquí en la República Bolivariana de Venezuela en varias ocasiones», reiteró.  

(LaIguana.TV)