El éxito de la visita del presidente Nicolás Maduro a la cumbre climática mundial COP27 de Egipto pone de manifiesto la consolidación de su imagen y, al mismo tiempo, el desplome de la figura del autoproclamado Juan Guaidó, según el análisis presentado por Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde Donde Sea.

“Maduro sube, Guaidó se hunde”, fue su conclusión lapidaria, tras señalar que “gústese o no, Nicolás Maduro está más afianzado en su posición que nunca, mientras que Juan Guaidó, a quien Washington y otro puñado de naciones insiste en atribuirle el estatus de ‘presidente interino’, ha venido desapareciendo de la agenda mediática alineada con Estados Unidos”.  

Si bien en rigor el pretendido gobierno del exdiputado nunca tuvo el control del Estado y su operación fáctica se limitó al manejo doloso de activos venezolanos en el extranjero, la importante operación propagandística desplegada en su favor mostraba una realidad que nunca fue y que, finalmente, acabó por colapsar. 

Varias razones explican este cambio de rumbo, que podemos sintetizar como sigue:  

1) La incapacidad de Guaidó y sus agentes para concretar la estrategia de «cambio de régimen», a pesar de haber ensayado prácticamente todo, incluyendo la promoción activa de sanciones contra su país, un magnicidio frustrado y al menos dos intentos de invasión paramilitar desde la Colombia de Duque.  

2) Si bien en su apogeo, por allá en 2019, el llamado «interinato» gozó del respaldo de unos 50 países y bloques como la Unión Europea, desde enero de 2021 esos apoyos fueron menguando significativamente y en el presente solo continúan sacándose la foto Estados Unidos, Canadá, Paraguay y el Brasil de Jair Bolsonaro, ya de salida en el gobierno.  

3) Aunque se insistió reiteradamente en que Guaidó era el «líder» de una única oposición, esto jamás fue cierto y su posición se debilitó todavía más por su insistencia en permanecer en el inexistente cargo y debido a los numerosos escándalos de corrupción de su supuesta administración. 

“Nunca gozó nunca de amplio respaldo popular, pues su formación política, Voluntad Popular, siempre ha obtenido resultados electorales precarios, así que carecía de legitimidad interna y no fue capaz de construirla, a pesar de que tuvo condiciones para hacerlo”, aseguró el moderador.  

El punto de inflexión 

Según el análisis, el momento en que se produjo el cambio en la postura de varios países respecto al autoproclamado fue enero de 2021, cuando se instaló el nuevo Parlamento en Venezuela, que debía sustituir al que fue electo en 2015. Entonces Bruselas no admitió los comicios celebrados en diciembre de 2020 ni a Maduro como presidente, pero rebajó a Guaidó al estatus de «líder opositor». 

Asimismo, los gobiernos de Argentina, Perú y, sobre todo, Colombia, restablecieron sus contactos con Venezuela en el más alto nivel y cerraron el capítulo del Grupo de Lima, organización liderada en las sombras por la Casa Blanca cuyo único objetivo era derrocar a Maduro.  

En esta formación resaltó el papel jugado por el expresidente colombiano Iván Duque, quien encarno el rol de punta de lanza de Estados Unidos contra Venezuela, al tiempo que figuraba como el principal aliado estratégico de Guaidó en el continente.  

Esto cambió radicalmente tras la llegada al gobierno de Gustavo Petro, que lejos de cooperar en el mantenimiento de un pretendido presidente en Venezuela, puso de lado las diferencias y restituyó las relaciones con el gobierno realmente existente: el de Nicolás Maduro.

Guaidó no tomó bien esta conducta y ha usado sus plataformas en las redes sociales para señalar al mandatario neogranadino, pero la respuesta desde la Casa de Nariño ha sido el silencio.  

O casi, pues en un arranque de sinceridad, el beligerante embajador colombiano en Caracas, Armando Benedetti, lo ha calificado de «nadie», «pendejo» y «huevón», epítetos ciertamente groseros, aunque estrictamente apegados a la situación política local.  

“Me gusta este embajador, parece un costeño contundente al momento de hablar, no le quiten la atención”, recomendó Pérez Pirela. 

Las palabras del embajador fueron reseñadas por LaIguana.TV: Guaidó siempre me pareció un pendejo: Embajador colombiano Armando Benedetti. 

La noticia indica que Armando Benedetti, embajador de Colombia en Venezuela, tachó al exdiputado Juan Guaidó como «un pendejo» y «un huevón», en una entrevista concedida este 8 de noviembre a la periodista Luz Mely Reyes, de un portal privado opositor venezolano. 

«Veo que Guaidó me atacó… Este huevón, ¿qué me va a atacar? ¿Qué es lo que le pasa?», expresó sin filtros el jefe de la misión neogranadina en Caracas. 

Pérez Pirela comentó que no hay análisis que adjuntar ante lo cristalino de las expresiones del embajador. “¿Quién hubiera podido pronosticar que a Guaidó lo llamaría así nada menos que un representante diplomático del Palacio de Nariño en tierras venezolanas?… Es la política y sus sorpresas”, puntualizó con una sonrisa. 

Indicó que las expresiones de Benedetti causaron un gran revuelo y al día siguiente, el diplomático se disculpó con Guaidó y con la oposición por la manera en que se refirió a ellos. «No debí haber dicho eso», manifestó. También reconoció que había recibido «un regaño suave» por parte de Petro.  

“Pero, ¿saben qué? –acotó Pérez Pirela-, ¡huevón se quedó!”. 

“Disculpas aparte, Benedetti fue una pieza clave en la devolución de Monómeros al Estado venezolano, que desde 2019 estaba en manos del interinato, fue robada por ellos. Además, el embajador se ha autopromocionado como un agente de mediación en la trama de intereses que unen a Washington y Caracas con Bogotá”, añadió el presentador.  

El factor Ucrania 

Un cuarto aspecto que ha influido para que Maduro ascienda y Guaidó se derrumbe es la situación generada por la guerra en Ucrania. 

“La imposición de sanciones a los hidrocarburos rusos tras el inicio de la guerra en Ucrania, decantó a la mayoría de las naciones, incluyendo a Estados Unidos, a buscar fuentes alternativas de petróleo y gas para hacer frente a la crisis que, más pronto que tarde, sacudiría a sus propios países –señaló el conductor de Desde donde sea-. En este caso, el crudo y el gas venezolano se convirtieron en mercancía apetecible para el mercado europeo, que a la postre fue el principal perjudicado con las restricciones que tenían como objetivo mermar las arcas de la Federación de Rusia”.  

Presentó un fragmento de la entrevista que le hizo el periodista Clodovaldo Hernández, en su programa Cara a Cara, producción de LaIguana.TV, al experto petrolero Miguel Jaimes, en la que este destacó que, en estas circunstancias, los intereses geopolíticos de largo plazo se imponen por encima de contingencias. 

“Este punto de vista explica claramente por qué, aunque Washington tiene al menos cinco años tratando abiertamente de derrocar a Maduro, su agenda de largo plazo la obliga a cambiar el enfoque, desplazar a Guaidó y priorizar el abastecimiento de energía fósil en el norte global”, remató Pérez Pirela.  

(LaIguana.TV)