La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó este viernes la contratación de una compañía externa para que investigue si su secretario general, Luis Almagro, quebrantó las reglas de la institución al involucrarse sentimentalmente con una subordinada.

Según informes de la prensa, la resolución presentada por Antigua y Barbuda en compañía de Uruguay recibió el voto favorable de 30 delegaciones y solo dos se solidarizaron con Almagro, al tiempo que un país estuvo ausente.

En su intervención, el interpelado aseguró que apoya la resolución y reconoció en público su relación con la funcionaria, alegando que era algo que «prácticamente todos» conocían.

«Ella fue mi ‘partner’ prácticamente por tres años, a nivel personal quizás los mejores de mi vida, aún cuando nuestra relación terminó hace meses», refirió.

Trascendió que la selección de la empresa que investigará a Almagro, se comunicó que esta responsabilidad recaerá en un grupo de trabajo integrado por los países miembros que lideran el Consejo Permanente y el secretario de Finanzas del organismo.

La resolución aprobada esta tarde contempla que la firma está obligada a entregar un informe tres meses después de que se haga efectiva su contratación y compromete a los países que integran el Consejo Permanente a «adoptar las medidas oportunas» a partir de los hallazgos reportados.

En particular, se investigará si mientras Almagro estaba involucrado sentimentalmente con la funcionaria infringió normas relativas a la supervisión de labores y el incremento de salarios o apeló a la intimidación.

De costado, también se indagará la denuncia formulada por un informante anónimo según la cual una exempleada de la residencia oficial de la OEA fue maltratada física y verbalmente por la exesposa del secretario general.

Siguiendo la versión del denunciante, tras el incidente, Almagro no la protegió y optó por despedirla, por lo que ahora los investigadores tendrán que establecer la causa del cese laboral y determinar si el alto funcionario estaba al tanto de los presuntos abusos.

Se conoció que la resolución para contratar una instancia externa para que realizara las pesquisas se derivó de una sugerencia del inspector general de la OEA, quien ya realizó indagaciones preliminares sobre este caso.

Fuentes internas dijeron a la agencia EFE que la expareja de Almagro se incorporó a la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA en 2013 con el cargo de «especialista», pero que en los últimos años, en realidad ejercía «de facto» como asesora directa del secretario general.

Documentos internos referidos por la agencia española indicarían que desde que iniciaron sus nexos directos con Almagro, la mujer recibió varios ascensos en el organismo a instancias de él y a contrapelo de lo que establece el reglamento.

La norma indica que quienes tengan una relación íntima con algún miembro del personal o un proveedor de servicios estarán impedidos «para supervisar o evaluar a esa persona» y no podrán «participar en ningún proceso en el que se tome o examine una decisión administrativa que afecte los intereses de esa persona».

Cuando estalló el escándalo, Almagro encabezaba la Asamblea General de la OEA en Lima y aseguró que nunca había contravenido las normas y que tampoco ejerció como «supervisor de ninguna persona» con la «que tuviera una relación».

De dictaminarse su responsabilidad en este caso, no está claro si se le permitirá concluir su segundo mandato, que finaliza en 2025, si se verá forzado a renunciar o si alguna instancia colegiada de la organización promovería su destitución.

(LaIguana.TV)