El filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela, en su programa Desde Donde Sea, destacó que más allá del boicot y de las diversas posturas en torno a Catar, no se puede obviar que es una nación en cuya legislación aún figuran como castigos la flagelación y la lapidación, donde las mujeres son ciudadanas de segunda clase y donde se han documentado de manera suficiente numerosas violaciones a los derechos humanos y laborales perpetradas contra los trabajadores migrantes.

Advirtió, asimismo, que tampoco se puede dejar pasar que la FIFA, un organismo supraestatal sujeto a escasas regulaciones, ostenta un inmenso poder económico derivado de la organización de mundiales y otras competencias futbolísticas, al tiempo que recordó que su interés en el respeto a los derechos humanos puede ser fácilmente puesto en cuestión, solo con recordar que Argentina alojó el Mundial en 1978, cuando el país suramericano sufría los embates de una de las peores dictaduras del continente.

Así las cosas, puntualizó, no falta quien opine, con sobrada razón, que acusar a la FIFA de otorgar una sede mundialista sin seguir los criterios políticos de Occidente, es desacertado e inconsecuente, visto el silencio que se ha guardado en otras oportunidades.

Recalcó además que Catar tiene una gran base militar aérea de EEUU y es considerado un «mayor no tan aliado» de ellos. «Todo es una hipocresía monumental», agregó.

(LaIguana.TV)