Ucrania prepara un ataque de falsa bandera, organizado por los servicios especiales británicos, para impedir que Moscú vuelva a exportar amoníaco a través de la tubería Togliatti-Odesa, comunicó una fuente diplomática militar. Así, Kiev busca frustrar la iniciativa de la ONU que pide reanudar la exportación de fertilizantes rusos.

«Según la información contrastada a través de varios canales, el régimen en Kiev prepara un sonado ataque de falsa bandera para frustrar la iniciativa de la ONU que busca reanudar el transporte del amoníaco por la tubería Togliatti [Rusia]-Odesa [Ucrania]», afirmó a Sputnik la fuente.

Según la información obtenida, el plan consiste en detonar las bóvedas de depósitos de amoníaco en la planta OPZ, cerca de la ciudad ucraniana de Odesa, así como la infraestructura de una nave de transbordo de amoníaco, y presentarlo como un ataque de misiles rusos.

El objetivo principal, como en el sabotaje del Nord Stream, es privar a Rusia de la posibilidad de suministrar amoníaco a otras naciones y principalmente a los países en desarrollo, precisó la fuente.

«El ataque de falsa bandera ha sido planificado por el régimen de Kiev y es ejecutado bajo el control de representantes de los servicios secretos del Reino Unido en Odesa. También está implicado el personal de la empresa militar privada canadiense GardaWorld, contratada por la administración de los puertos marítimos de Ucrania para la custodia de infraestructura portuaria en la provincia de Odesa», agregó la fuente.

La destrucción de depósitos de amoníaco en Odesa, advirtió, provocará una mayor subida de precios en el mercado internacional. «Esto permitirá a proveedores británicos y estadounidenses que suministran amoníaco a la Unión Europea y a las naciones en desarrollo incrementar el volumen y los márgenes de producción y exportación en unas condiciones de altos precios del gas natural», consideró.

Construida a finales de la década de 1970, la tubería Togliatti-Odesa trasegaba hasta 2,5 millones de toneladas al año, pero está inoperativa desde que Rusia comenzó su operación militar especial de Ucrania el pasado 24 de febrero.

El vicecanciller ruso Serguéi Vershinin recordó en noviembre pasado, en una entrevista con Sputnik, que los acuerdos suscritos el 22 de julio en Estambul, en el marco de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, prevén entre otras cosas facilitar el libre acceso de fertilizantes rusos, incluidas las materias primas necesarias para su producción como amoníaco, a los mercados mundiales.

La tubería Togliatti-Odesa, según este diplomático, está en buena condición y, técnicamente, podría ser relanzada como proyecto estrictamente comercial, sin condiciones previas. Su capacidad anual permitiría producir unos 12 millones de toneladas de fertilizantes y garantizar el suministro de alimentos a unas 100 millones de personas.

(sputniknews.lat)