Decenas de buques petroleros están atascados actualmente en aguas territoriales turcas a la espera para entrar en los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, después de que varios países impusieran un tope de precios al crudo ruso.

Sin embargo, la mayoría de los navíos bloqueados transportan petróleo procedente de Kazajistán, que no está sujeto al límite de los precios, reportó Bloomberg. El medio sugirió que Ankara prefiere extremar precauciones, ya que esos petroleros zarpan de puertos rusos.

En concreto, Turquía ahora exige a las embarcaciones presentar cartas de protección e indemnización de sus proveedores, conocidas como P&I Clubs, que confirman que la cobertura del seguro seguirá vigente para incidentes como vertidos de petróleo y choques.

¿Turquía se beneficia de la situación?

En este contexto, el experto en energía Ígor Yushkov afirmó a Vzglyad que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha decidido tomar precauciones para que no haya reclamaciones a su país por parte de Occidente, tras la imposición del tope de precios. «Cabe suponer que Turquía ha cambiado las normas en previsión de nuevas sanciones, que prohibirían la provisión de seguros si el precio del petróleo se sitúa por debajo del límite», expresó.

También indicó que el crudo atascado en aguas turcas no estaría expuesto a las sanciones. «Los primeros informes sobre el atasco aparecieron el 6 de diciembre. En consecuencia, en el mar Negro están parados los buques cargados antes del 5 de diciembre, no están sujetos a sanciones», explicó.

Yushkov expresó que Ankara se beneficia de la creación del atasco, ya que «la dilación ralentiza el ritmo, lo que provocará un descenso de las exportaciones rusas de petróleo». «Entonces, Ankara puede ofrecer que se envíen nuestras materias primas a Turquía», sugirió el experto, agregando que las autoridades del país persiguen dos objetivos: «obtener un gran descuento y grandes volúmenes de combustible ruso».

«Turquía se beneficia de cargar al máximo sus refinerías con nuestro crudo y luego vender los hidrocarburos a Europa a precio de mercado», resumió.

Culpa de la UE

Por su parte, Iván Lizán, jefe de la oficina analítica del proyecto SONAR-2050, considera que lo que está ocurriendo en el Bósforo no es intención de Ankara, sino un conjunto de circunstancias que han surgido por culpa de la Unión Europea.

«Al parecer, los burócratas europeos, junto con los representantes de los países del G7, al decidir el tope de precios y las restricciones que lo acompañan, no tuvieron en cuenta el hecho de que el petróleo transportado a través de los puertos rusos no es necesariamente un producto de origen local», subrayó.

Asimismo, dijo que se puede entender las exigencias de Turquía de presentar cartas de protección. «Siempre existe el riesgo de que una cierta cantidad de crudo se derrame de un petrolero. En ese caso, ¿quién pagaría los daños en las costas de Estambul? Es importante que Turquía entienda lo que ocurriría en este caso», señaló.

(RT)