Las redes explotaban desde la mañana de este lunes, cuando comenzó a viralizarse la imagen calcada de sendas portadas de los diarios porteños Clarín y La Nación. Es que las dos publicaciones en sus ediciones de papel decidieron aceptar la oferta de una empresa de cerveza para “enfundar” sus tapas, de alguna manera “hermanándolas” marketineramente, con consignas alusivas al triunfo en el Mundial de Catar 2022.

Si bien ambas empresas son competencia por una misma franja de lectores de similares características ideológicas, no dejó de llamar la atención esta decisión empresarial de acceder a ocultar la verdadera tapa bajo una promoción, en un día en que los diarios del mundo no escatimaron centimetraje para narrar la hazaña de la selección, y en especial de Lionel Messi, en lo que fue y será el pináculo de su carrera deportiva.

Muchos usuarios de redes, que no son habituales compradores de la publicación en papel, se sorprendieron por esta polémica postura de los diarios porteños Clarín y La Nación de priorizar un negocio comercial por encima de la posibilidad de mostrar en los escaparates de los kioscos en donde se ofrece ese producto periodístico, la imagen más importante del mundo de esta jornada.

Poniéndose de acuerdo ambos periódicos, que no se mostraron nunca demasiado exultantes ante la posibilidad de un torneo ganado por Argentina, tomaron la opción de compartir imagen y “tapar” el logro, siguiendo la consigna que impusieron hace unos 12 años (en épocas de la ley de medios), cuando decían que “la realidad se puede tapar o se puede hacer tapa”. Paradójicamente con esta postura, tanto Clarín como La Nación hicieron ambas cosas al mismo tiempo: taparon la imagen festiva de Messi y los jugadores, e hicieron tapa a la compañía de cerveza que justamente decidió no ser más sponsor oficial de la selección luego de muchísimos años.

“Hubo coincidencia. Hay equipo. Gracias, Argentina”, es lo que puede leerse en la publicidad de Quilmes que domina ambas portadas.

Queda claro que la táctica de las dos empresas periodísticas y la malteráa era que se supiera que ambos diarios, a pesar de competir, se pusieron de acuerdo para ejecutar esta estrategia. Muy similar a lo ocurrido en la época de Papel Prensa.

(El Sureño)