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La embajada de la República Bolivariana de Venezuela ante el Reino Unido ha enviado una réplica a la cadena de noticias Reuters tras la publicación de un escrito, titulado “Piratas y ladrones se ensañan con la industria petrolera venezolana”, escrito por Alexandra Ulmer y fechado el 25 de junio de este 2015, pues en él se ataca al país y su industria petrolera sin bases.

 

En el comunicado, la embajada venezolana muestra el descontento que ha causado este artículo, pues su contenido falaz, incluso vulnera el ejercicio periodístico, pues, según los diplomáticos venezolanos, no cumple ni con la objetividad debida ni con la ausencia de opiniones, además de tener un manejo cuestionable de las fuentes.

 

A continuación el comunicado íntegro:

 

La Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en el Reino Unido desea manifestar su desacuerdo con el contenido del artículo de la corresponsal en Venezuela de Reuters, Alexandra Ulmer, “Piratas y ladrones se ensañan con la industria petrolera venezolana”, publicado por la agencia este 25 de junio, al considerar que ataca a la industria petrolera venezolana a mansalva y sin argumentos de peso y contradice los principios establecidos en el manual de periodismo de Reuters, específicamente los relativos a la garantía de un periodismo equilibrado y sin sesgos, así como la ausencia de opiniones personales en las noticias.

 

Sorprende que de las 18 fuentes citadas en este artículo, 12 sean anónimas y de las 6 restantes, 2 pertenecen abiertamente a la oposición política, otra corresponde a la agencia estadounidense de Energía y otra a un presunto miembro de las Fuerzas Armadas, al que se cita con dos apellidos distintos.

 

Los resultados de este análisis cuantitativo son cuando menos curiosos, una vez que se constata que el argumento central del artículo es que el funcionamiento y la productividad de la industria petrolera venezolana se estarían viendo afectados por una oleada delictiva. Para respaldar tal argumento, sería de esperar que Reuters ofreciera información verificable, en lugar de una narración concatenada de anécdotas provenientes de fuentes anónimas a la que se le otorga apariencia de investigación periodística.

 

Al fallo de sustentación del artículo por ausencia de fuentes fidedignas se le suma la aseveración sustancial de Ulmer en el párrafo noveno, de que “la evidencia del incremento de la amenaza a la industria por la delincuencia es básicamente anecdótica, debido a la falta de datos y de casos expuestos públicamente, que las fuentes atribuyen al miedo hacia los delincuentes y a un clima de impunidad”. Esto después de haber afirmado unos párrafos más arriba que “los atracos y robos en el sector están en aumento y teniendo un impacto negativo en la producción, de acuerdo a las entrevistas con 40 personas, entre trabajadores petroleros, sindicalistas, ejecutivos extranjeros, políticos de la oposición, ‘chatarreros’, y a quienes viven cerca de las instalaciones petroleras”.

 

Afirmar en un párrafo que las actividades criminales están afectando la producción petrolera basándose en los testimonios de “40 personas”, mientras que en otro párrafo se señala que las pruebas existentes sobre esta supuesta realidad son “básicamente anecdóticas”, implica una contradicción evidente. Debería ser obvio, así mismo, que el periodismo no es divulgación de anécdotas, sino investigación, análisis e interrelación de data basada en criterios de realidad. Si la situación que la corresponsal Ulmer presenta es real, no debería resultarle difícil obtener datos fehacientes que remitan a hechos comprobables. Lo contrario, es producir una pieza propagandística con apariencias de verdad.

 

A lo largo del texto, los argumentos genéricos y sensacionalistas se van colando en lo que parecería un intento de hacerlos pasar por periodismo riguroso. Este es el caso observable cuando el artículo menciona la existencia de los denominados “Piratas del Lago de Maracaibo”, quienes supuestamente campean a sus anchas y sin restricciones o cuando la periodista asoma una posible vocación delincuencial de una parte de la plantilla de la estatal Pdvsa, ” ‘los trabajadores que son reclutados en los pozos petroleros terminan como bandidos que matan, roban, secuestran a sus compañeros o roban equipos’ ” o “grupos criminales que se forman al interior de una fuerza de trabajo de 152 mil personas”.

 

En contraste, los esfuerzos de las autoridades de Pdvsa por incrementar la seguridad en las instalaciones de la industria son rápidamente desmeritados “los críticos dicen que son una gota en el océano”, mientras se menciona superficialmente la situación de la industria en otros países petroleros.

 

Siempre asombra, cuando se analizan este tipo de creaciones periodísticas, lo fácilmente que se caracteriza a Venezuela en términos absolutos, mientras se omite comparar aspectos de la vida pública del país con otras realidades regionales o del resto del mundo. En esta versión descontextualizada, a Venezuela siempre se la compara con parámetros de perfección inexistentes en el mundo real.

 

Tomando en consideración las razones expuestas y teniendo en cuenta que Reuters es una agencia de noticias cuyos contenidos son reproducidos por medios de todo el mundo, la Embajada solicita que se corrijan los defectos de fondo presentes en el citado artículo, en nombre del respeto que se debe a los valores profesionales del periodismo, a la verdad y a la realidad de Venezuela.

 

Atentamente,

 

Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en el Reino Unido

 

(LaIguana.TV)