La venezolana Sara Fernández, quien es oriunda de Mérida y habita desde hace 6 años en Kiziltepe, una ciudad ubicada en la provincia de Mardin, Turquía, narró cómo vivió el terremoto de magnitud 7,7 que se registró la madrugada del 6 de febrero, cuyos graves efectos se extendieron al norte de Siria.

Algunos venezolanos fueron testigos de este evento que ha cobrado la vida de miles de ciudadanos y el saldo de heridos continúa en aumento. Las imágenes que recorren el mundo muestran la lamentable tragedia que ahora ensombrece a naciones.

«Donde nosotros vivimos se sintió muy fuerte. De hecho, en estos momentos está temblando. Todo el día ha estado temblando y esta zona está en alerta máxima. Muchas ciudades afectadas no tienen servicio de gas. Tomando en cuenta que estamos en pleno invierno, las fallas en el servicio solo perjudican más la situación», contó Sara Fernández, de 36 años de edad.

La mujer explicó que estaba durmiendo con su esposo e hija, cuando, de pronto, un fuerte estallido los sorprendió y rápidamente debieron protegerse debajo de una mesa a la espera de que la fuerza del potente sismo disminuyera.

«Buscamos abrigos, gorros para protegernos del frío y la lluvia que había. Como pudimos, bajamos con linternas por las escaleras hasta la planta baja, donde nos resguardamos en un carro de la lluvia y el frío. Algunas casas cercanas si sufrieron daños más que todo paredes venidas abajo y columnas muy afectadas», detalló.

Tras el primer temblor que se presentó en la madrugada, la criolla y sus parientes permanecieron en el lugar hasta la mañana. Posteriormente se dirigieron otra vez a su apartamento para verificar el estado de la residencia, cuyas paredes estaban abiertas. Aun cuando el inmueble no sufrió daños graves, optaron por traspasarse a otro sitio.

«Al mediodía tomamos la decisión de venir a la empresa donde trabaja mi esposo por recomendación de las autoridades, que repetidamente alertan sobre las réplicas aún estamos aquí. Desde aquí a otras ciudades han salido muchas unidades policiales y de bomberos para ayudar a las zonas más afectadas, y los bancos de sangre están pidiendo la máxima ayuda para los afectados que se encuentran en hospitales», indicó.

Sara aseguró que las réplicas son leves. Sin embargo matizó que cerca de la 1:00 p.m. se produjo una intensa, pero duró poco tiempo.

Comentó que únicamente los supermercados siguen con actividad, debido a las compras aceleradas, ocasionadas por el nerviosismo que se apoderó de los ciudadanos.

“Con respecto a los centros de acopio, cerca de nosotros solo está funcionando uno que es del gobierno. Mi mayor temor es que vuelva a temblar así de fuerte y que no podamos resguardar nuestras vidas. Estaremos en este lugar que no es muy cómodo, pero al menos nos brinda algo de tranquilidad para pasar esta noche. Espero que en este país se tomen medidas más avanzadas, ya sea para alertar a la población de estos sismos, que las edificaciones estén en mejores condiciones y puedan resistir estos eventos y que como seres humanos sigamos siendo solidarios ante el dolor y la tragedia que viven los demás», abundó.

La embajada de Venezuela en Turquía emitió un comunicado en el que expresó sus condolencias y solidaridad al pueblo de Siria y Turquía ante los hechos y sostuvo que «el Gobierno Bolivariano expresa su disposición de preparar apoyo inmediato, asistencia y la ayuda necesaria a los esfuerzos de los gobiernos de Turquía y Siria para recuperar, cuanto antes, el normal funcionamiento de las regiones afectadas».

(LaIguana.TV)