El descubrimiento de un globo de exploración chino en el espacio aéreo estadounidense es el último capítulo de una ya larga sucesión de incidentes entre Washington y Beijing que han puesto de nuevo sobre la mesa un concepto geopolítico que se creía superado: la Guerra Fría.

Este peligroso escenario en ascenso fue el tema central que abordó Miguel Ángel Pérez Pirela en la más reciente edición de su programa Desde Donde Sea, producción exclusiva de LaIguana.TV que se transmite cada jueves a las 7:00 pm (hora de Venezuela), a través de todas las plataformas virtuales.

Como primer punto indicó que en la Estrategia de Seguridad Nacional de 2022, Estados Unidos se refirió a China como «un desafío» y este martes, el presidente Joe Biden dio un paso adelante en su tercer Discurso del Estado de la Unión –una especie de rendición de cuentas y presentación de planes de gobierno–, al avanzar la posibilidad de confrontar directamente al gigante asiático.

«En este discurso a la nación, Biden planteó, en negro sobre blanco, la posibilidad de una nueva Guerra Fría», apuntó.

En Europa, el tablero geopolítico también se mueve, porque el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, viajó este miércoles a Reino Unido para reunirse con el primer ministro Rishi Sunak y el rey Carlos III, a lo que se sumó una intervención ante la Cámara de los Comunes.

Luego se anunció que Zelenski viajaría a París para un encuentro cara a cara con el presidente francés, Emmanuel Macron, del que también participó el canciller alemán, Olaf Scholz, esto a la víspera del discurso que pronunciaría el mandatario ucraniano ante el Parlamento Europeo.

Todas las declaraciones e informes apuntan a que lo que está en discusión es el envío de aviones de guerra al frente de batalla, considerados esenciales para apoyar la labor en tierra de los tanques Leopard y Abrams en la ya prácticamente segura contraofensiva de primavera.

«Está pidiendo más armamento. En esta gira por las principales capitales europeas, Zelenski pidió cazas y yo creo que se los van a dar», opinó.

Numerosos especialistas coinciden en que la aceleración de la conflictividad con China estaría obligando a la Casa Blanca a reevaluar prioridades y a poner fin a la guerra subsidiaria que tiene con Rusia en Ucrania antes de lo previsto, si bien no se vislumbran conversaciones de paz en el horizonte.

Antes de ahondar en estos temas, el especialista repasó el evento que ha dominado la pauta informativa esta semana: los devastadores terremotos en Turquía y Siria.

La tragedia en Siria y Turquía se agrava con las sanciones

Antes de entrar en este doloroso tema, Pérez Pirela aseguró que «en estas circunstancias queda claro lo ilegal y lo inmoral de las sanciones de la OTAN sobre los países que les son adversos, son una cachetada contra los derechos humanos. No es posible que hayan personas gritando desesperadamente bajo los escombros y que las sanciones hagan casi imposible prestar la ayuda, que incluso países adversos a los gobiernos sirio y turco están dispuestos a brindar», observó

Comparó asimismo esta trágica situación con el arreciamiento de sanciones que impusieran Estados Unidos y la Unión Europea contra Venezuela en la peor fase de la pandemia.

De regreso al tema, indicó que dos devastadores terremotos azotaron el sureste de Turquía, así como el centro y el norte de Siria el pasado lunes, con un saldo de miles de muertos, varias decenas de miles de heridos y otros tantos desaparecidos.

Los sismos, de magnitud 7,8 y 7,7 causaron el derrumbe de miles de edificaciones residenciales y dejaron inutilizables otra gran cantidad. Cálculos preliminares apuntan que, solo en Turquía, unas 15 millones de personas habrían resultado afectadas directamente por el desastre natural, sintetizó, antes de presentar a la audiencia un informe de la cadena panárabe Al Mayadeen publicado pocas horas después del inicio de la tragedia en el que se da cuenta de la magnitud de la afectación y de los sombríos pronósticos de los especialistas en relación con el número de víctimas.

El comunicador relató que un día después de los sismos, la Organización Mundial de la Salud aseguró que los dos territorios necesitaban con urgencia asistencia humanitaria y pronosticó que el número de víctimas –que entonces cifraban 5.000 fallecidos y 20.000 heridos– podría ser incluso ocho veces mayor, a lo que se suma que muchos ciudadanos están en las calles en medio del invierno.

En conformidad con esta lamentable proyección, este jueves se informó que el número de personas fallecidas en los dos países superaba los 20.000, mientras que más de 70.000 se habían computado como heridos, muchos de los cuales presentan fracturas y otras heridas de consideración, al haber sido golpeados o aplastados por los escombros.

En declaraciones ofrecidas a la prensa este miércoles desde la zona del desastre, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, expresó: «Aquí en Kahramanmaras, en el epicentro del terremoto que golpeó diez provincias, puedo decir que por ahora hay 8.574 muertos y 49.133 heridos».

Erdogan fue criticado por presuntos retrasos en el envío de ayuda –aunque miles de voluntarios y expertos de todo el mundo han arribado a Turquía en las últimas horas– y si bien admitió que «hubo algunos problemas» por el estado de las vías, que resultaron fuertemente dañadas, aseguró que ya todo estaba «bajo control» y prometió ayudas económicas a los afectados.

El especialista añadió que otros reportes basados en datos del tráfico en internet denunciaron a la víspera que el gobierno turco había bloqueado el acceso a la redes sociales como Twitter y Facebook, donde, aseveran, los afectados reclamaban por la «lenta» respuesta de las autoridades.

En Siria, aunque el número oficial de muertos y lesionados es menor, la situación es todavía más dramática, pues las poblaciones afectadas no están todas bajo el control de las autoridades de Damasco y aún arrastran las heridas de más de una década de guerra civil.

Por si ello no bastara, las sanciones impuestas por el Occidente colectivo, le impiden al gobierno de Bashar al-Ásad gestionar de manera expedita la ayuda internacional necesaria para acometer las labores de rescate, salvamento y despeje en esos territorios.

Para ahondar en este tema, resumió lo recogido en el trabajo periodístico «¿Cómo las sanciones gringas obstaculizan la llegada de ayuda humanitaria a Siria?», publicado en LaIguana.TV, en el que se reporta que las sanciones unilaterales de Estados Unidos contra Siria obstaculizan la llegada de la asistencia humanitaria al país tras los potentes terremotos del pasado lunes, denunció este martes el Comité Antidiscriminación Árabe-Estadounidense, ante la cadena catarí Al Jazeera.

«El levantamiento de las sanciones abrirá las puertas para ayuda adicional y suplementaria que brindará alivio inmediato a los necesitados», alegó la organización defensora de los derechos humanos.

Desde las Naciones Unidas también advirtieron la dificultad para prestar ayuda a las regiones sirias afectadas por los temblores. «Sabemos que el sismo ha afectado principalmente a la parte norteña de Siria. Muchos territorios están disputados. Muchos territorios están bajo el control de oposición. Será un desafío llegar hasta allí. Este es un país que ha sufrido 11 años de guerra. La infraestructura está dañada», dijo el coordinador humanitario de Naciones Unidas, Jens Laerke.

Laerke subrayó que «es muy importante dejar de lado la política» y «considerar esto como una cuestión estrictamente humanitaria». «Se trata de salvar vidas», concluyó.

Por su parte, el presidente de la Media Luna Roja siria, Khaled Hboubati, solicitó este martes a la Unión Europea el levantamiento de todas las sanciones contra Siria para facilitar la entrega de la asistencia humanitaria en las zonas afectadas.
En su decir, las restricciones agravan «la difícil situación humanitaria», al tiempo que señaló que «ni siquiera hay combustible para enviar convoyes [de ayuda] y eso se debe al bloqueo y las sanciones».

Pese a esto, comentó Pérez Pirela, China, Irán, Iraq, Rusia, Venezuela, Argelia, Túnez y Cuba ya enviaron personal especializado y ayuda humanitaria al terreno, para apoyar los esfuerzos de la Media Luna Roja, rescatistas y voluntarios, que corren contra el tiempo en procura de salvar el mayor número de vidas posible.

«En pleno siglo XXI, en pleno 2023, naciones que quieren ayudar a Siria en medio de una catástrofe, tienen que burlar las sanciones estadounidenses y europeas. Esto es inmoral», reiteró.

Seguidamente refirió que Bruselas reaccionó a los señalamientos que la sindican como responsable de impedir el traslado de ayuda humanitaria a una zona de tragedia, aseverando que no es cierto que las coerciones que pesan sobre Siria limiten el traslado de equipos de remoción de escombros, alimentos, agua y medicinas.

«Inmoral, la Unión Europea», dijo, antes de puntualizar que el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, afirmó ante los medios de comunicación que el gobierno de Siria pidió este miércoles al Ejecutivo comunitario el envío de material médico y de primeros auxilios.

«Rechazo categóricamente las acusaciones de que las sanciones de la Unión Europea hayan tenido algún impacto en la ayuda humanitaria», dijo Lenarcic. Según él, las sanciones solo se han impuesto contra miembros del gobierno y ciertos sectores económicos.

A modo de contraste mencionó que en China no parecen compartir la opinión de Europa en relación con los efectos de las medidas coercitivas unilaterales que se han impuesto a Siria y mucho menos sobre su pretendida insignificancia en un contexto de desastre y devastación.

Este miércoles, la portavoz de la Cancillería, Mao Ning, cargó duramente contra Estados Unidos por su política de restricciones y exigió a Washington «abandonar su obsesión geopolítica» en Siria, país en el que continúa «saqueando» los beneficios de la explotación petrolera.

«Era importante para mí señalando lo que la mediática mundial y los voceros de la OTAN no quieren que se sepa: el impacto que las sanciones están teniendo sobre Siria, un país afectado por un terremoto devastador. Debemos levantar la voz contra esta guerra silenciosa de las sanciones y los bloqueos. En este momento es que nos damos cuenta de la virulencia, de la inhumanidad de esto que el norte global le impone a pueblos del sur global», dijo para concluir este segmento.

Un globo desata una crisis diplomática entre EEUU y China

Ya en el tema central que convocó esta edición de Desde Donde Sea, Miguel Ángel Pérez Pirela relató que la incursión de un globo aerostático chino al espacio aéreo de los Estados Unidos, levantó un huracán de reacciones mediáticas, teorías conspirativas y declaraciones cruzadas entre Washington y Beijing, que parecen anunciar una nueva escalada dentro de las ya importantes tensiones entre las dos potencias.

Según Bloomberg, el artefacto, tachado inmediatamente de «espía», fue detectado el pasado 28 de enero, pero el hallazgo apenas se comunicó el 2 de febrero, a la víspera de la visita a China del secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken.

«El gobierno de los Estados Unidos ha detectado y está rastreando un globo de vigilancia de gran altitud que se encuentra ahora mismo sobre el territorio continental de los Estados Unidos», se lee en el comunicado suscrito por el secretario de prensa del Pentágono, Pat Ryder.

En el mismo documento se indica que «el globo viaja actualmente a una altitud muy por encima del tráfico aéreo comercial y no representa una amenaza militar o física para las personas en tierra» y se subraya que estas actividades no son del todo novedosas, aunque también se desliza que las autoridades actuaron «de inmediato para protegerse contra la recopilación de información confidencial».

«Esto, según la narrativa de los Estados Unidos», señaló, antes de comentar que, a su parecer, la catalogación del artefacto como vehículo de vigilancia, así como la frase en la que se sugiere que el vehículo no tripulado tendría como finalidad recopilar «información confidencial», abrió el compás para que empezaran a circular relatos de espionaje que se creían abandonados desde el final de la Guerra Fría, a inicios de la década de 1990.

Para argumentar este punto de vista, indicó que de inmediato, cadenas y portales se encargaron de enfatizar la supuesta «gravedad» de la incursión del vehículo no tripulado –aunque el Pentágono expresó claramente que no representaba una amenaza– y desde el Partido Republicano se criticó al presidente Joe Biden por no actuar con firmeza, mientras que las autoridades chinas pidieron prudencia y no avanzar especulaciones hasta tanto no se establecieran adecuadamente los hechos.

Según mapas divulgados por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y medios de comunicación de todo el mundo, el globo salió de territorio chino e ingresó al espacio aéreo estadounidense por Alaska, cruzó Canadá y luego reingresó a Estados Unidos a través del estado de Montana.

«¿Los Estados Unidos que tienen rodeada a China, a Rusia con decenas de bases militares y hace todo este escándalo, prácticamente revisita la Guerra Fría, saca un misil y sale el presidente de los Estados Unidos con un discurso agresivo, por un globo? Es una reedición de la Guerra Fría. Les conviene, porque están perdiendo el mercado con China. Para eso se inventaron esa guerra proxy en Ucrania: para frenar el avance chino en Europa», valoró.

Horas más tarde, China descartó por completo que se tratara de un dispositivo militar y aseguró que el cambio de rumbo se debió a las condiciones meteorológicas presentes en el Hemisferio Norte, así como a la escasa capacidad del vehículo para corregir su trayectoria.

A este respecto abundó que el pasado 3 de febrero, el Ministerio de Exteriores de China comunicó que el supuesto globo espía aerostático detectado en el espacio aéreo de los Estados Unidos despegó del país asiático y es de naturaleza civil.

«Se trata de un dirigible civil utilizado con fines de investigación, principalmente meteorológicos», aclaró un portavoz de la Cancillería china. Adicionalmente explicó que «se desvió mucho de su ruta prevista», por causa de los fuertes vientos y su capacidad limitada de autodirección.

Beijing aseguró que lamentaba «la entrada no intencionada de la aeronave en el espacio aéreo estadounidense» y sostuvo que continuará «en contacto con su contraparte estadounidense» para manejar el «inesperado» evento.

El también director de LaIguana.TV comentó que estas disculpas y aclaratorias no impidieron que Estados Unidos derribara el dirigible con un proyectil disparado desde un avión de combate, lo que acarreó duros señalamientos por parte de las autoridades chinas, que ratificaron el carácter accidental de la incursión.

China tachó de «exagerada» la reacción del Pentágono y advirtió que protegerá los intereses de sus compañías, sin descartar posibles respuestas futuras ante esta agresión.

«Si no estamos en un clima de Guerra Fría, dígame cómo se llama esto», se preguntó retóricamente.

Entretanto, comentó, grandes medios como CNN, CBS o The New York Times, se dedicaron a alimentar la matriz de la «amenaza china» e incluso a mofarse en sus cuentas en las redes sociales sobre el ‘impasse’ y para esto, citó un tuit de la cadena CBS en el que se permitieron hacer un nada original juego de palabras, refiriéndose al fracaso del acercamiento entre Washington y Beijing.

En su opinión, este intento de banalización de una crisis diplomática es, a no dudarlo, muy lamentable, pero mucho más preocupante resultan análisis como el aparecido en la edición en español de The New York Times de este martes firmado por el veterano corresponsal experto en temas de seguridad, David Sanger.

Pérez Pirela indicó que en su trabajo periodístico, Sanger ensalza el excepcionalismo estadounidense y presenta una recopilación de presuntas acciones de la inteligencia china dirigidas a socavar la seguridad nacional de su país.

Sobre el tema del supuesto globo espía, refiere que el espionaje a través de globos aerostáticos no es una práctica ni con mucho novedosa y admite que tuvo su apogeo en tiempos de la Guerra Fría, pero al mismo tiempo deja colar unas supuestas intenciones aviesas de China al resucitarla.

En primera instancia, aseguró, su texto está dirigido a demostrar cómo China ha conseguido avanzar tecnológicamente en materia militar, gracias a acciones de espionaje sobre infraestructuras y sistemas estadounidenses.

«Hace unos 15 años se robaron los diseños del F-35, lo que permitió que la fuerza aérea china desarrollara un avión de combate características furtivas de imitación y con especificaciones chinas. En 2015, el principal grupo de piratería informática de China retiró los archivos de las autorizaciones de seguridad de 22 millones de estadounidenses de las computadoras de la Oficina de Administración de Personal. Eso, combinado con los registros médicos que se hurtaron de Anthem y los registros de viaje de los hoteles Marriot, supuestamente ha ayudado a que los chinos cuenten con un plano detallado de la infraestructura de seguridad de Estados Unidos», aseguró el periodista.

Por otro lado, Sanger opinó que este incidente con el globo aerostático dejó al descubierto la escasa comunicación que existe entre Washington y Beijing y la ausencia de protocolos para enfrentar crisis, así como un presunto secretismo del Pentágono, al no haber reconocido previamente que no era la primera vez que sucedía e indicó que «horas antes de que el gran globo fuera desinflado, el Pentágono informó que había otro que sobrevolaba en Sudamérica. Y observó que había una larga historia de sondas que sobrevuelan Estados Unidos, algo que el Pentágono, por algún motivo, nunca antes había querido comentar hasta verse forzado por este incidente».

Adicionalmente asevera que el globo pudo ser detectado gracias a las modificaciones en las comunicaciones con los sitios que alojan armas nucleares que han hecho en los últimos años la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) y el Comando Estratégico de Estados Unidos. Y de esto desprende que «ese sería uno, pero solo uno, de los objetivos naturales del Ministerio de Seguridad del Estado en China, que supervisa muchos de sus ataques a la seguridad nacional».

El experto consideró que esta trama es deliberadamente rocambolesca. Es cierto que el globo transitó por el estado de Montana, donde se aloja una porción del arsenal misilístico intercontinental estadounidense, pero se le otorga a esa instalación militar un carácter excepcional que no es tal, pues como cabe esperar, las ojivas y otros misiles de largo alcance no están en un único lugar.

En todo caso, esto ha servido para validar el derribe del globo con un proyectil disparado por un caza F-22, así como la creación de una atmósfera de suspenso e intriga cuando se informó que un segundo dirigible sobrevolaba por países latinoamericanos.

«Los medios de comunicación gringos hicieron una telenovela, un espectáculo, el Armagedón con todo esto», añadió, antes de citar lo que argumentara el Pentágono para justificar el derribo: «La presencia del globo de China en el espacio aéreo de Estados Unidos viola la soberanía y el derecho internacional.

Estas declaraciones colmaron la paciencia de China, que a través de su portavoz, Mao Ning, subrayó la exageración de la respuesta estadounidense y ratificó que lo sucedido fue un accidente «inesperado» y «aislado».

En la misma línea, la funcionaria acusó directamente a Estados Unidos de violentar permanentemente el derecho internacional y violar reiteradamente la soberanía de otros Estados.

Del mismo modo, completó, China exigió la devolución de los restos del artefacto, aunque no hay indicios de que Estados Unidos vaya a conceder esta demanda, como se recoge en la noticia «‘No pertenece a EEUU’: China advierte que quiere de vuelta su globo».

El gobierno de China advirtió a Estados Unidos que el globo aerostático de investigación civil que sobrevoló territorio estadounidense y que fue derribado días atrás por un caza, no es propiedad de Washington y sus restos deben ser regresados.

En una rueda de prensa, la portavoz de la Cancillería china Mao Ning, recalcó que «la aeronave no pertenece a Estados Unidos, pertenece a China. La nave china no tripulada es de naturaleza civil. No fue motivado su ingreso al espacio aéreo de Estados Unidos, sino enteramente inesperado y causado por fuerza mayor».

Pérez Pirela puntualizó que el largo y bien conocido historial de intervenciones estadounidenses en países de los cinco continentes otorga la razón a China, pero si ello no fuera suficiente, bástese con observar la cantidad de bases militares estadounidenses establecidas en las fronteras chinas, para echar abajo la idea de un eventual ataque de China a Estados Unidos.

En la misma línea compartió con la audiencia un meme que publicara el Global Times, diario chino editado en inglés y que goza de una amplia lectoría distribuida por todo el mundo, para burlarse de la sobrerreacción estadounidense y que, a su vez, sirvió como memorial de los últimos agravios perpetrados por la Casa Blanca contra China.

A su juicio, hasta ahora, el efecto más visible de este incidente fue la posposición del viaje a China del secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, donde sería recibido por el presidente Xi Jinping para tratar temas de interés bilateral.

Aunque no se divulgó una agenda explícita, recordó que Blinken acudiría a Beijing pocos días después de la gira por Corea del Sur y Japón que hiciera el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg y de la renovación de la alianza militar entre Estados Unidos y Filipinas, los que hizo suponer que los temas de seguridad y defensa dominarían las conversaciones.

De su lado, Xi advirtió en una reunión interna con altos funcionarios del Partido Comunista Chino que el país debía prepararse para «tormentas peligrosas». Aunque no aludió directamente al incidente del dirigible, sus palabras se interpretaron en términos del evidente –y rápido– deterioro de las relaciones sinoestadounidenses y de la manera en la que el gigante asiático responderá a este desafío.

Tras el derribo del globo, el vicecanciller chino Xie Feng aseguró que «el gesto de Estados Unidos daña los esfuerzos para estabilizar las relaciones» entre China y ese país.

El comunicador indicó que en la Casa Blanca parecen haberle tomado la palabra, pues este martes, el presidente Joe Biden se refirió en un tono decididamente beligerante a la cuestión china, en su Discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado ante la Cámara de Representantes del Congreso, hoy en manos del Partido Republicano.

Biden advirtió que si China «amenaza» la soberanía de los Estados Unidos, su administración actuaría para «proteger» a su país, aunque también dijo que Washington apuesta por la «competencia» y no por el «conflicto».

«Apuesta tanto por la competencia que cuando alguien está ganando, sanciona a la empresa en cuestión. Si no, que le pregunten a Huawei», ilustró.

De regreso a lo expresado por el presidente estadounidense, precisó que, según él, Estados Unidos se encontraba «en la mejor posición de las últimas décadas» para confrontar a China o a cualquier otra potencia, con lo que dejó claro que la competencia será tolerada solo si su país puede dominar.

«Biden ha encontrado la excusa perfecta para montar su narrativa de Guerra Fría, ha encontrado la excusa para victimizarse, aunque espía a todo el mundo. Está jugando con fuego y mostrándose bravucón, en un momento en el que su economía y su tecnología dejan mucho qué desear. China está avanzando silenciosamente, con acuerdos bilaterales en diversas regiones del mundo y se está comiendo a Estados Unidos», sintetizó.

De continuidad con este proceder, un día más tarde, en un comportamiento claramente provocador, el mandatario estadounidense descalificó en una entrevista al líder chino Xi Jinping, asegurando que tenía «muchos problemas» y recibió una durísima respuesta, no de Xi, sino de una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.

La vocera del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, dijo este jueves que las declaraciones del presidente de Estados Unidos sobre su homólogo chino «son altamente irresponsables y violan protocolos diplomáticos básicos». «Nos oponemos firmemente a eso y lo condenamos», destacó.

Para ratificar que las tensiones con China no van a disminuir en el corto plazo y que el incidente con el globo aerostático no está superado, Blinken declaró este miércoles que compartió la información que supuestamente recabó el artefacto «con decenas de países en todo el mundo».

A la víspera había dicho a la prensa que la administración Biden adoptará una «postura firme» contra China por su supuesto rol en la producción y exportación de fetanilo, lo que ha derivado en «una crisis urgente de salud pública» en los Estados Unidos.

«Ya no saben de qué culpar a China», apuntó, antes de considerar que aunque no es posible determinar si el globo aerostático de fabricación china que sobrevoló territorio estadounidense tenía fines militares, es poco probable que Beijing se haya arriesgado a emplear un método fácilmente detectable para espiar a su adversario, menos cuando estaba en puertas la visita de un alto funcionario estadounidense a China por primera vez en cinco años.

El evento, claramente infortunado, también se inscribe en los más recientes movimientos de la OTAN, encabezada por Estados Unidos, para aumentar su presencia militar en la región del Asia-Pacífico. De estos, el experto destacó particularmente la alianza AUKUS, un bloque del que participan Reino Unido, Estados Unidos y Australia, a quien Occidente trata de apuntalar como socio estratégico de las naciones insulares de Oceanía frente a China.

Recordó asimismo que la semana previa, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, intentó conseguir apoyos en Corea del Sur y Japón para la guerra en Ucrania, advirtiendo que lo que hoy sucede en Europa podría replicarse en el este asiático, pero de la mano de China, a la que presentó como una alumna aventajada de Rusia.

Entre otras acusaciones, Stoltenberg aseguró que el gobierno de Xi Jinping planea hacerse del control de instalaciones de la OTAN y apoderarse del Mar de China Meridional.

«Excusas para buscar un ‘casus bellis’, es decir, un evento que pueda desencadenar una confrontación directa con China», opinó, porque prácticamente hay consenso entre los especialistas de que el detonante de una confrontación abierta entre China y Estados Unidos sería alguna acción a gran escala que involucre a Taiwán.

En el Pentágono estiman que China podría controlar militarmente el territorio taiwanés sin ayuda exterior tan pronto como en 2027 y en esa dirección parece ir el abandono de la política de «una sola China» que signó las relaciones entre los dos Estados desde 1972, cuando iniciaron los primeros acercamientos entre Henry Kissinger y el primer ministro chino de entonces, Zhou Enlai.

A modo de contexto refirió que pese a que la llamada «diplomacia del ping-pong» establecida por el líder chino Mao Zedong y el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, fue beneficiosa para las partes, dejó sin resolver el asunto de Taiwán, a quien las sucesivas administraciones estadounidenses han continuado apoyando militarmente.

Como se recordará, la complicada negociación le devolvió a China su sitio en el Consejo de Seguridad de la ONU y frenó el cerco occidental sobre el gigante asiático. Eso, sumado a reformas económicas posteriores, hizo de China una potencia a la que Washington subestimó inicialmente pero que ya no puede seguir ignorando, porque, además, está dispuesta a responder, explicó el comunicador.

De allí que en medio de esta crispación, China ratificara este miércoles su soberanía sobre Taiwán y subrayara que la isla «nunca ha sido un Estado» ni va a convertirse en uno.

Desde Occidente se interpretó que la vocera encargada de ofrecer las declaraciones respondía a lo expresado por el nuevo líder taiwanés un mes atrás, cuando aseguró que, en la práctica, Taiwán es una nación independiente, pero lo tardío de la reacción y los sucesos de la última semana, ponen en cuestión esta versión.

«Lo importante es que China ratifica su soberanía sobre Taiwán y que Biden dijo que si China iba por Taiwán, Estados Unidos incluso podría utilizar armas nucleares», recalcó el analista.

En su juicio, el relato también deja de lado que Occidente, esta vez por medio de Suiza, envió una delegación a Taipéi este 6 de febrero para que se reuniera con la presidenta Tsai Ing-wen y otros altos funcionarios.

A este respecto comentó que en el reporte que elaborara EFE a propósito de esta visita, se destaca que esta comitiva se suma a «las decenas» de parlamentarios europeos que han visitado a Tsai los últimos meses para respaldar la causa taiwanesa, en medio de crecientes tensiones entre China y los Estados Unidos por la isla.

¿Se aproxima el fin de la guerra en Ucrania?

Miguel Ángel Pérez Pirela considera que, además de revelar sin tapujos que el objetivo estratégico de Estados Unidos es frenar a China a cualquier costo, la escalada en el este de Asia también ha permitido especular acerca de la aceleración de las operaciones militares en Ucrania, pues como ya han advertido numerosos especialistas, esa guerra subsidiaria con Rusia no es más que un paso en su camino contra Beijing.

Así, comentó, hay quienes piensan que aunque no haya ningún indicio a la vista, las negociaciones de paz podrían estar más cerca de lo que se piensa, solo que la OTAN estaría asegurándose que Ucrania estuviera en una mejor posición para conversar con los representantes del gobierno de Vladímir Putin.

Siempre siguiendo este punto de vista, aseguró que el envío masivo de armas de largo alcance al campo de batalla estaría destinado a concretar una contraofensiva en la primavera, en la que Kiev pueda anotarse algunos éxitos en el terreno y recuperar algún enclave estratégico, al tiempo que el Kremlin se vería forzado a «devolver» los territorios que ya ha incorporado jurídicamente.

No obstante, esta tesis tropieza con una poderosa fuerza que mueve los hilos detrás del alargamiento de la guerra en Ucrania: el aparato militar industrial, que ha aumentado espectacularmente sus ganancias tras el arreciamiento del conflicto en el Donbás, como muestra la investigación realizada por la periodista Naile Manjarrés para su programa Entre Líneas, producción exclusiva de LaIguana.TV.

A esto añadió que el envío de armas de mayor calibre prologará innecesariamente la guerra y costará la vida de más seres humanos, una advertencia que no solo ha sido pronunciada por altos mandos rusos, sino por otros expertos nada sospechosos de ser afines a Rusia, incluido el exinspector militar de la OTAN, el alemán Harald Kujart.

Sin embargo, recalcó, desde la Alianza Atlántica, la Casa Blanca y la Unión Europea, el mensaje que se vende es exactamente el opuesto: Ucrania tiene posibilidades de vencer a Rusia en el campo de batalla, siempre que el Occidente colectivo esté dispuesto a entregar armas de gran poder destructivo durante el tiempo que sea necesario.

No obstante, si se hila más fino, es claro que la OTAN, con Washington a la cabeza, trabaja para que las empresas armamentísticas no pierdan rápidamente sus beneficios, pero ello al precio de agudizar las acciones en el frente, al comprometerse a enviar a Kiev todo el armamento que se requiera para que recupere los territorios que están bajo control ruso.

«Claro está: las armas no son de gratis, las tendrá que pagar Ucrania, que se está endeudando eternamente. Mientras tanto, estas empresas se frotan las manos por cada día que la guerra se alarga», apreció.

Desde su punto de vista, en esa dirección se pronunciaron este miércoles el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Este último repitió al calco lo que expresara en Japón la semana previa: Rusia debe ser vencida en el campo de batalla y China es una amenaza.

Pérez Pirela puntualizó que no queda claro si en la recuperación de territorios anunciada por Blinken se incluye la península de Crimea, que como se ha señalado en otras oportunidades, forma parte integral de la Federación Rusa desde 2014 y no es una zona en disputa en la que Moscú ejerce control parcial.

La postura rusa frente a esto es ya conocida: altos funcionarios, comenzando por el presidente Vladímir Putin y su canciller, Serguéi Lavrov, desde hace meses hablan de una guerra híbrida entre Rusia y la OTAN que poco a poco se está transformando en una guerra directa que el Kremlin no planea permitir, como ilustran unas declaraciones que ofreciera Lavrov la semana previa al canal estatal Rossiya-24, en el contexto del anuncio del envío de más de un centenar de tanques Leopard 02 y Abrams a Ucrania, que según estimaciones, estarían listos para entrar en combate entre abril y mayo.

Mientras el jefe de la diplomacia rusa expresaba estos pareceres, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y otros altos funcionarios del bloque acudían a Ucrania para reunirse con el presidente Volodímir Zelenski. ¿El objetivo declarado? Ratificar su apoyo a la causa ucraniana.

«Quieren vender que Ucrania puede vencer a Rusia, la mayor potencia nuclear del planeta. Dudo mucho que Rusia se vaya a dejar humillar en territorio ucraniano, por lo que la guerra nuclear no es una hipótesis», alertó.

De vuelta a la visita de los jerarcas europeos a Kiev precisó que Von der Leyen eludió cualquier precisión relacionada con el ingreso de Ucrania a la Unión Europea, un resultado sin dudas esperable, dado lo mucho que le falta a ese país eslavo para cumplir con los altos estándares de ingreso.

A esto agregó que a pesar de la alta flexibilidad demostrada hacia Zelenski, Bruselas está imposibilitada para mirar a otro lado y omitir sin más los rasgos antidemocráticos del gobierno y del Estado ucraniano, cuando países como Turquía –pieza clave en la OTAN– llevan décadas esperando por el voto favorable bajo los mismos alegatos.

El fin real de esta operación propagandística se reveló poco después: preparar la mini gira por Londres, París y Bruselas que emprendiera Zelenski este miércoles para pedir aviones de combate y más armas, así como el entrenamiento de soldados.

En la capital británica, el mandatario fue recibido en una base militar por el premier Rishi Sunak. El propio Sunak confirmó a los medios que los aviones de combate formaban «parte de la conversación» y subrayó que «nada está descartado», refirió el especialista.

De acuerdo con un reporte de The Associated Press, «Zelenski dijo que Ucrania necesita todo tipo de suministros, no sólo aviones, sino también municiones y misiles de largo alcance», porque sin ello «habría un estancamiento que no traería nada bueno».

Aunque el gobernante habla de «un estancamiento» en el frente, la semana anterior calificó la situación en Donetsk como «muy difícil» y reemplazó al ministro de Defensa, vistos los innegables avances rusos que han sido reseñados incluso en la prensa hegemónica.

Estas declaraciones tuvieron mucha menos cobertura que el efectista discurso que pronunciara ante legisladores ingleses este miércoles, en el que agradeció al Reino Unido su respaldo político y militar, así como su encuentro con el rey Carlos III en el Palacio de Westminster.

«A este paso, Zelenski va a terminar pidiendo bombas nucleares, lo que no excluye que con la ayuda occidental se embarque en la carrera armamentística nuclear», avanzó Pérez Pirela.

Lejos de los flashes, el vocero de Sunak, Max Blain, dijo a The Associated Press que el gobierno «exploraba» cuáles aviones podría enviar a Ucrania. «Creemos que es correcto proporcionar equipo a corto plazo… que pueda ayudar a ganar la guerra ahora, pero también a mediano y largo plazo, para asegurar que Ucrania tenga toda la capacidad posible que necesita», detalló el funcionario.

Sin embargo, Zelenski todavía no abandonaba Bélgica cuando el ministro de Defensa británico negó el envío de aviones de combate al frente ucraniano en el corto plazo.

«Lo primero que hay que reconocer es que esto no es una especie de ‘echa un vistazo y obtén una carga completa de aviones'», manifestó el jefe de la Defensa británica, Ben Wallace, al ser consultado por los periodistas sobre el tema.

«Reino Unido sabe lo que Ucrania necesita y está muy feliz de ayudar de muchas maneras para lograr el efecto», aseguró. Y en ese orden indicó que en caso de que su país «regalara todos los aviones de combate y todos los tanques, eso significaría sacarlos de Estonia y sacarlos del Reino Unido», así como abandonar las «obligaciones» con la defensa local.

Desde Londres, Zelenski voló a París para reunirse con el presidente Emmanuel Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz. Antes del inicio de la cena, Macron sostuvo que «Ucrania puede contar con Francia, sus socios y aliados europeos para ganar la guerra. Rusia no puede y no debe ganar».

Recuérdese que a diferencia de Alemania, Francia no ha descartado el envío de cazas a la guerra, pero todavía no ha anunciado ninguna resolución concreta.

En el Parlamento Europeo, se repitió la petición: más armas para Ucrania, especialmente aviones y misiles de largo alcance, pues se ha condicionado su envío a una eventual derrota de Rusia en el terreno. «No lo veo tan fácil, esto no es más que propaganda de guerra, porque Rusia no se va a dejar derrotar en Ucrania», opinó.

A su parecer, no puede omitirse que en su discurso ante los legisladores europeos, Zelenski equiparó la participación de Europa en la guerra contra Rusia con la de su país, es decir, la presentó como una acción conjunta y apuntó: «Europa es y seguirá siendo Europa mientras sigamos juntos y mientras cuidemos de nuestra Europa, mientras cuidemos el modo de vida europeo».

The Associated Press refirió que la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, quien antecedió en la palabra al gobernante ucraniano, aseguró que Occidente debería considerar «rápidamente, como próximo paso, enviar sistemas de largo alcance» al campo de batalla.

En la misma línea, la política italiana presentó la guerra en Ucrania en términos de una «amenaza existencial» para Europa y por tal motivo, la respuesta «debe ser proporcional a la amenaza».

«¿Qué le van a lanzar a Rusia? ¿Bombas nucleares? Sobre todo Italia, que ha hecho en todas las guerras ‘una figuraccia’, un papelón, como dicen ellos mismos», ironizó.

En cualquier caso y con independencia de esta visita de Zelenski a Europa Occidental, la retórica guerrerista de la OTAN ha encontrado eco en Rusia, que a su vez ha advertido que el conflicto ha entrado en una escalada de consecuencias imprevisibles.

En coherencia con este planteamiento destacó que este miércoles, el tono subió todavía más, pues las autoridades rusas acusaron directamente a Estados Unidos de haber desatado una guerra híbrida que aumentaba el riesgo de choque directo entre dos potencias nucleares.

El detonante fueron los señalamientos de Washington hacia Moscú por el presunto incumplimiento del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III) que renovaron los dos países en 2021, como se refiere en el trabajo «Moscú denuncia: ‘EEUU ha desatado guerra híbrida contra Rusia con riesgo real de un choque militar directo'», publicado en LaIguana.TV.

En el reporte se lee que el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso rechazó «categóricamente» en un comunicado las acusaciones de incumplimiento del tratado de control de armas nucleares vigente entre los dos países y advirtió que las acciones de la Casa Blanca pueden derivar en un choque militar directo.

«En esencia, Estados Unidos ha desatado una guerra híbrida total contra Rusia, con el riesgo real de un choque militar directo entre dos potencias nucleares», se lee en el documento publicado por la Cancillería, en referencia a «la agresiva política» de Occidente para causar «una derrota estratégica» a Rusia en Ucrania.

En el Kremlin sostienen que este escenario enrarecido impide hacer las cosas «como de costumbre», ello en alusión a la suspensión de las inspecciones cruzadas del arsenal nuclear de cada país, pues los expertos rusos tienen prohibido pisar suelo estadounidense.

Sobre este tema, la agencia rusa RT puntualiza que «a semana pasada, la OTAN declaró que estaba preocupada por ‘el incumplimiento por parte de Rusia de sus obligaciones jurídicamente vinculantes en virtud del Nuevo START'». También recuerda que «Moscú suspendió las inspecciones del tratado en agosto de 2022 por la imposibilidad de los inspectores rusos de viajar y trabajar en Estados Unidos debido a las sanciones occidentales, que daban una ventaja injusta a la parte estadounidense. Sin embargo, la Cancillería rusa prometió que las inspecciones continuarán una vez sean restablecidos los principios de paridad e igualdad».

Concluye señalando que «el START III fue firmado por Rusia y Estados Unidos en Praga (República Checa) el 8 de abril de 2010 y fue prorrogado sin condiciones previas por cinco años en febrero de 2021. En virtud del acuerdo, las partes se comprometieron a reducir sus fuerzas nucleares hasta 700 portadores, 1.550 ojivas nucleares y 800 lanzadores».

El analista subrayó que los ataques contra Rusia no se detienen tampoco en el plano económico. En Europa preparan el décimo paquete de sanciones. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, dijo que que se anunciará el 24 de febrero, para hacerlo coincidir con el primer aniversario del inicio de la guerra.

En función de lo expresado por Von der Leyen la semana previa en Kiev, especuló que lo que está en juego es la aprobación de una legislación que le permita a Estados Unidos y a sus socios europeos apoderarse de las reservas internacionales y otros activos rusos en el extranjero, con el pretexto de financiar la reconstrucción de Ucrania.

Ya para finalizar, recordó que como apuntó al inicio de estas reflexiones, aunque no lo parezca, esta estrategia de máxima presión en el frente podría ser el abreboca para las conversaciones de paz, que, estamos seguros, tendrán lugar en algún momento.

No obstante, advirtió que se trata de un juego muy peligroso, pues en esa política de confrontación abierta que ha emprendido la OTAN contra Rusia podría tener lugar un incidente que conduzca al enfrentamiento directo entre dos potencias nucleares.

Con respecto al posible fin de la guerra indicó que voceros afines a la causa ucraniana, como el exasesor presidencial de Volodímir Zelenski, Alexéi Arestovich, avanzó a inicios de esta semana que es posible que su país termine dividido en dos, como la península de Corea.

«¿Qué debe hacer Occidente? Un escenario de dos Coreas. Crear una Corea del Sur con garantías para la parte que quedará», dijo el exasesor.

En criterio de Arestovich, aunque este no es el desenlace por el que apuesta Kiev, hay realidades prácticas que hacen pensar que esta salida indeseada está en el tapete, particularmente en lo que corresponde a la dificultad de poner en operación las numerosas armas que el así llamado Occidente colectivo se ha comprometido a enviar.

«Hacen falta al menos 400.000 soldados perfectamente entrenados con armas de la OTAN para tener éxito en el campo de batalla. «¿Tenemos eso? No. ¿Lo tendremos el año que viene? No. (…) Nosotros, como sociedad, no estamos preparados para un desenlace así», argumentó.

Para Pérez Pirela es claro que se trata de la opinión de un antiguo funcionario de alto nivel que no ha sido respaldada por ninguna autoridad, pero, pese a ello, no resulta demasiado descabellado pensar que esa podría ser la «solución» que se alcance en las conversaciones de paz.

También es obvio que Estados Unidos, voz detrás de Zelenski y el gobierno ucraniano, no la presentaría como una opción realista en primera instancia y, en su lugar, pretendería que Rusia se sentara humillada y dispuesta a «devolver» a Ucrania el territorio conquistado, un escenario que si bien no es imposible, luce altamente improbable.

Por otro lado, advirtió que tampoco luce demasiado verosímil que la OTAN esté apostando por abrir un nuevo frente de guerra en el este asiático sin tener a Europa bajo control, aunque la creciente agresividad hacia China y las respuestas beligerantes de Beijing hacen pensar que ese choque, si bien no es inminente, llegará más pronto que tarde y Estados Unidos y sus aliados no solo se están preparando para ello, sino que están presionando a Xi Jinping como en su día lo hicieron con Vladímir Putin.

«Falta ver si Xi, si la milenaria China responderá igual y caerá en el peine de la guerra», dijo para concluir.

(LaIguana.TV)