El futuro del nuevo Tratado sobre la Reducción de Armas Estratégicas (START III) dependerá totalmente de Estados Unidos, declaró el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov.

El 21 de febrero, el presidente ruso, Vladímir Putin, durante su mensaje anual a la Asamblea Federal (Parlamento), anunció que Rusia suspende su participación en el START III. Además, Putin dejó claro que Rusia volvería a realizar ensayos de armas nucleares si EEUU fuese el primero en retomar esas pruebas.

«El resto depende de EEUU (…) De qué decisiones tome y de qué política aplique», dijo el vicecanciller a los periodistas.

Añadió que el presidente de Rusia decidirá si y cuando se darán las condiciones para revisar la reciente decisión sobre el START III o adaptar medidas adicionales. Rusia, continuó Riabkov, no ve señales de que EEUU haya cambiado su actitud en algún aspecto.

«Todos los intercambios de información, todos los elementos del tratado relacionados con las actividades de verificación no funcionan para nosotros en vista del anuncio de suspensión», comentó.

Asimismo, no descartó que Washington abandone el tratado tras la decisión de Moscú.

Según Riabkov, Rusia no planea llevar a cabo contactos ni con EEUU ni tampoco con el Reino Unido y Francia, cuyos potenciales en el ámbito de armas estratégicas los considerará en conjunto con el estadounidense.

«Sin lugar a dudas, seguiremos con especial atención qué rumbo y qué decisiones Londres y París tomarán en este ámbito», subrayó.

Indicó que Moscú goza de «medios técnicos nacionales que posibilitan evaluar de manera bastante segura lo que sucede» en la esfera, así como tiene «una experiencia acumulada en seguir lo que pasa en EEUU y no solo en EEUU».

«Rusia continuará siguiendo las restricciones cuantitativas centrales en el marco del Tratado», así como respetará «el acuerdo de 1988 sobre el aviso mutuo de los lanzamientos de misiles balísticos entre la antigua URSS y EEUU», enfatizó.

Agregó que, a juicio de Moscú, en la etapa actual esto es suficiente para garantizar la predictibilidad y mantener la estabilidad estratégica.

El Tratado START III de armas nucleares es actualmente el único acuerdo de control de armamento que vincula a las dos grandes potencias, después de que EEUU rompiera el 2 de agosto de 2019 el Tratado INF de misiles de medio y corto alcance.

El pacto de desarme nuclear, suscrito en Praga, en 2010, por un periodo inicial de 10 años y efectivo desde 2011, limita los arsenales estratégicos de EEUU y Rusia a un máximo de 700 misiles desplegados, 1.550 ojivas nucleares y 800 lanzaderas desplegadas y en reserva.

Por decisión de Moscú y Washington, el acuerdo fue prolongado en 2021 por cinco años, hasta el 5 de febrero de 2026.

(Sputnik)