La variante geopolítica de los terribles terremotos que afectaron a Turkiye y Siria fue el tratamiento discriminatorio que sufrió este último país por estar sancionado y asediado militarmente por Estados Unidos, dijo la periodista Madelein García, testigo presencial de las operaciones de rescate y de gran cantidad de réplicas de los sismos.
García, reportera del canal multiestatal Telesur, fue la invitada de Miguel Ángel Pérez Pirela en el programa Desde donde sea. Allí relató su experiencia como reportera, acompañando al equipo de rescatistas venezolanos que colaboró con los pueblos asolados por este desastre.
Pérez Pirela comentó que, frente a las posturas negacionistas de los efectos perversos del bloqueo y de las medidas coercitivas unilaterales, en el caso de Siria quedó demostrado cómo durante las primeras horas hasta la ayuda humanitaria fue boicoteada. “Se hizo evidente el carácter criminal de las llamadas sanciones, mientras la mediática internacional afirmaba que todo era culpa del gobierno sirio, que no dejó entrar la ayuda humanitaria”, planteó el moderador.
“Lo peor en el caso de Siria es que se destruyeron cuatro ciudades ubicadas en zonas de conflicto. Una de ellas es Alepo, donde ya los edificios estaban fracturados por la guerra, pero que lentamente se estaba recuperando, luego de que los sirios lograran derrotar al terrorismo que allí ha anidado y que sigue dominando en algunas zonas. Entonces, allí hay gente atrapada en medio de la guerra, en medio del terrorismo y, ahora, en medio de los efectos del terremoto. ¿Quién podía ayudar a esas víctimas? ¿Cómo podía el gobierno sirio asistir a gente en los enclaves terroristas? ¿Cómo saber quién es terrorista y quién es civil?”, se preguntó García.
La comunicadora reflexionó sobre esta conjunción de la guerra con desastres naturales. “Está claro que la guerra nunca vale la pena, pero cuando se produce una emergencia adicional como esta, todos se preguntan si de verdad sirve de algo este tipo de conflictos armados”, expresó.
Pérez Pirela agregó que las situaciones límites hacen que las personas se replanteen todas las barbaridades y estupideces que se cometen en nombre de ideas, religiones e intereses económicos.
Un aspecto que termina siendo positivo, a la luz de la experiencia siria, es que un pueblo en guerra adquiere destrezas que pueden ser útiles en casos de un desastre sísmico. “Los sirios ya sabían cómo sacar gente de los escombros causados por las bombas y aplicaron ese conocimiento ante lo ocurrido”, puntualizó.
Teorías de conspiración
García señaló que la cadena de terremotos de gran magnitud ha potenciado las teorías conspirativas, pues Turkiye es la piedra de tranca de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en lo que respecta a la guerra contra Rusia, en Ucrania.
“En noviembre hubo una quema del Corán, como ofensa a los musulmanes y el ministro del Interior turco exigió a Estados Unidos sacar sus manos sucias del país. Luego hubo otros eventos parecidos. Entonces surge la pregunta de si será verdad que este tipo de terremotos pueden ser generados intencionalmente, como se dice sobre el mencionado proyecto Haarp –aseveró-. Nada es descartable porque hay documentos desclasificados de la Segunda Guerra Mundial que hablan de tsunamis creados por Estados Unidos. No se sabe si puede ser o no, pero todo queda abierto, sobre todo porque en mayo hay elecciones presidenciales en Turkiye”.
(LaIguana.TV)