En la víspera de las elecciones que celebró Nigeria, el país más poblado de África, este 25 de febrero, Estados Unidos mostró interés en el proceso democrático, ¿pero por qué?

Acompañada del titular del Departamento de Estado de su país, Antony Blinken, y la administradora de la Agencia estadounidense para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés), Samantha Power, la representante estadounidense ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, expresó en un videomensaje que el pueblo nigeriano tenía la oportunidad de hacer escuchar su voz y oír su futuro.

Si bien el video asevera que Washington «no tiene preferencia por ningún candidato» y «respalda un proceso electoral pacífico que refleje la voluntad del pueblo de Nigeria», pocas personas en redes sociales consideraron desinteresadas las intenciones de Estados Unidos con respecto al país del occidente africano.

«Creo que el mundo está harto de tus ‘preocupaciones humanitarias’ en sus países», escribe un usuario de la red social.

«Las elecciones de Nigeria no son asunto suyo», expone otra usuaria.

«¿Han terminado de hacer daño a los ucranianos? Por favor, permítanos disfrutar de la paz que tenemos. No nos interesa vuestra protección», añadió otro internauta.

La representante de Washington ante Naciones Unidas tiene un historial de colaboración con grupos que promueven golpes de Estado y manipulaciones electorales en todo el mundo, fue miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, cuyo objetivo desde la fundación en 1921 era «fomentar la participación sostenida de Estados Unidos en el mundo» en el contexto del fin de la Primera Guerra Mundial.

Financiada en parte por empresas como Blackrock, Lockheed Martin, Chevron, Goldman Sachs, Google y JP Morgan, su misión apenas ha cambiado en los 102 años transcurridos desde su fundación. Además de abogar por la participación de Estados Unidos en el extranjero, también ha luchado contra la regulación gubernamental, la negociación colectiva y todo lo que se interponga en el camino de los beneficios de las empresas.

Thomas-Greenfield también está ligada a la organización Fundación Nacionales para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés), creada luego de que se descubrieran diversos golpes de Estado operados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), así como programas para manipular elecciones.

(sputniknews.lat)