Los nuevos informes sobre el sabotaje a los gasoductos Nord Stream buscan desviar la atención, supuso en declaraciones a Sputnik el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov. Señaló que a Rusia le «siguen negando el acceso a la investigación», que se lleva a cabo en Alemania, Dinamarca y Suecia.

«Los autores de ese acto terrorista buscan obviamente desviar la atención. Es claramente una publicación coordinada», declaró Peskov.

El asunto, según Peskov, es «más que raro». «Huele a un crimen monstruoso. Los países accionistas de Nord Stream y la ONU deberían como mínimo demandar con urgencia una investigación transparente, con la implicación de todas las partes capaces de aportar luz (al caso)», subrayó el portavoz de la Presidencia rusa.

El 7 de marzo, el diario estadounidense The New York Times (NYT) informó que funcionarios de inteligencia de EEUU señalaron a un grupo proucraniano como responsable de los ataques de septiembre pasado a la red de gasoductos submarinos que Rusia había construido en el Báltico. La mayoría de los presuntos implicados en el ataque eran ciudadanos ucranianos o rusos.

También una investigación realizada por el periódico alemán Die Zeit, conjuntamente con los canales de televisión ARD y SWR, apunta a que los saboteadores utilizaron un yate alquilado por una empresa con sede en Polonia pero propiedad de ucranianos. Según las dos fuentes, no hay constancia de que el sabotaje a Nord Stream fuera orquestado o financiado por las autoridades de Ucrania y podría tratarse de una operación de bandera falsa.

Mijaíl Podoliak, asesor del jefe de la oficina del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, descartó la implicación de Kiev en los ataques contra Nord Stream 1 y 2 al comentar los referidos reportes.

El 26 de septiembre de 2022, la empresa Nord Stream 2 AG, operadora del gasoducto homónimo, anunció una fuga de gas en una de las dos tuberías de la infraestructura cerca de la isla danesa de Bornholm, por causas desconocidas.

Más tarde trascendió que las dos líneas del gasoducto paralelo Nord Stream 1 también habían sido dañadas, y los gobiernos de Alemania, Dinamarca y Suecia no descartaron un acto de sabotaje.

El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia catalogó las explosiones de ataques terroristas y el 30 de septiembre desveló que tenía pruebas de que apuntaban a la implicación de ciertos países occidentales. La Fiscalía General de Rusia abrió una investigación por terrorismo internacional tras los daños a los dos gasoductos, en una zona con fuerte presencia de buques de guerra de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), alianza bélica liderada por EEUU.

El pasado 8 de febrero el periodista estadounidense Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer, reveló que buzos militares de EEUU colocaron cargas explosivas bajo los gasoductos rusos durante los ejercicios Baltops de la OTAN, a mediados de 2022. En septiembre, según el periodista, los noruegos activaron los explosivos, causando serios daños a los ductos que conectan a Rusia con Alemania por el fondo del Báltico.

Hersh subrayó que el presidente estadounidense, Joe Biden, aprobó el sabotaje tras más de nueve meses de debates secretos con su equipo de seguridad nacional.

(Sputnik)