Desde los distintos espacios de LaIguana.TV venimos haciendo seguimiento a los impactos globales de la guerra en Ucrania, pero también a las movidas geopolíticas y diplomáticas que resultan de ella y le acompañan o le enmarcan.

No vaticinamos futuros, pero a la luz de los intereses de quienes provocaron, iniciaron y sostienen la guerra, esta podría estar lejos de terminar. De momento, nadie está invicto (además de la industria de las armas) y nadie ha sido derrotado, exceptuando las vidas perdidas o azotadas, y también la credibilidad de los funcionarios occidentales a la hora de sostener que arman a Ucrania y sancionan a Rusia por defender los derechos humanos y en nombre de la libertad.

Nadie ha perdido y nadie ha ganado, pero varios aspectos del mundo han cambiado y se dificulta mucho que estos cambios se reviertan.

Además de cambios se puede hacer balance de resultados calculados y otros que excedieron cualquier proyección, entre estos: la capacidad de Rusia de revertir a su favor el bombardeo de sanciones occidentales; la sobre exposición de la frágil unidad del flanco occidental en medio de un conflicto de tal envergadura; la poca credibilidad que tiene la propaganda pro OTAN ante las mayorías; la certeza de que la práctica de acoso diplomático, financiero y comercial contra Rusia y China no se detendrá y solo servirá para dar pie a nuevos conflictos; se suma que occidente no puede confiar ni en sí mismo (y sobre esto se dedica un apartado especial al comportamiento de Polonia). Por otra parte, la Organización de Naciones Unidas (ONU) ya puede ser catalogada como uno de los instrumentos más estériles en la actualidad y entre otras aristas, que los países de Asia y África ya demostraron que las sanciones sí se pueden desafiar.

Estos y otros puntos conforman 8 cambios irreversibles, que seguirán generando polémica y que son analizados en detalle en un nuevo capítulo de Entre Líneas.

(LaIguana.TV)