Representantes de la derecha latinoamericana y española fundaron este viernes en Santiago de Chile el Grupo Libertad y Democracia, un «foro de discusión internacional», recoge EFE.

El exmandatario chileno, Sebastián Piñera, figura como uno de los principales promotores de la iniciativa, con la que pretenden frenar la llamada segunda ola progresista, en la que fuerzas de izquierda gobiernan en las mayores economías de la región: Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile.

«Es absolutamente necesario organizarnos y agruparnos para defender la libertad y la democracia en nuestro continente. La mayoría de los retrocesos de la libertad y la democracia en el mundo no han sido tanto por la fuerza de sus agresores, sino por la indiferencia de sus defensores», dijo el exmandatario a los medios tras el fin del encuentro fundacional, en el que sirvió como anfitrión.

En la apuesta le acompañan los presidentes Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Guillermo Lasso (Ecuador), al tiempo que la lista de exmandatarios la integran Felipe Calderón y Vicente Fox (México), Jorge Quiroga (Bolivia), Mauricio Macri (Argentina), Iván Duque y Andrés Pastrana (Colombia) y los españoles José María Aznar y Mariano Rajoy.

Octavio González, un catedrático de la Universidad Alberto Hurtado –Chile, privada– consultado por la agencia española, estima que el propósito de esta formación «es contrarrestar la influencia de los gobiernos de izquierdas de la región y tratar de recuperar el espacio que perdieron con el fracaso del Grupo de Lima«.

«La derecha tradicional en América Latina está extraviada, ha perdido el poder y, sobre todo, ha perdido el rumbo, pero la eficacia de este grupo será muy limitada porque varios de estos expresidentes están manchados por la corrupción, la represión y la complicidad con los grandes poderes fácticos», explicó.

Un intento de orden en el caos

En el trabajo periodístico de EFE se precisa que «la derecha tradicional no contaba con una instancia de este tipo, a diferencia de la ultraderecha, que recientemente fundó el Foro de Madrid, impulsado por el partido español VOX y con la participación del bolsonarismo o el argentino Javier Milei».

Además, la izquierda latinoamericana activó en 2019 el Grupo de Puebla, un foro de discusión del que participan los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, Alberto Fernández, Xiomara Castro, Gustavo Petro y Gabriel Boric, así como los expresidentes Evo Morales, Dilma Rousseff, Manuel Zelaya, José Luis Rodríguez Zapatero, Rafael Correa, Leonel Fernández y Ernesto Samper, que además están acompañados por un nutrido grupo de exfuncionarios de alto nivel y reconocidos intelectuales.

Piñera asegura que tanto el Grupo de Puebla como el Foro de São Paulo «escribieron un manual de cómo destruir desde dentro las democracias, debilitar las instituciones y desprestigiar las policías y la política», una opinión que comparte casi al calco el exmandatario mexicano Felipe Calderón, quien en su intervención vía telemática afirmó que «la izquierda que controla y destroza la región, planea y se organiza internacionalmente».

Estas declaraciones incendiarias no borran el hecho de que, en el criterio de expertos como Yair Cibel, adscrito al Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), «hay una discusión por cuál debería ser el rumbo de la derecha en el continente«.

En particular, el especialista estima que hay una disyuntiva entre «una derecha más empresarial y banquera ligada al capital financiero, como la de Lacalle Pou (Uruguay) y Lasso (Ecuador), o una derecha más trumpista ligada a valores de la extrema derecha, como la de Bolsonaro en Brasil».

Con popularidad en el piso, pero con mucha influencia

EFE destaca que uno de los rasgos que comparten la mayoría de los expresidentes que conforman el recién nacido Grupo Libertad y Democracia, es la escasa popularidad que ostentaban al momento de abandonar sus funciones.

«Es un grupo formado por líderes en descrédito y con baja popularidad, la mayoría no tienen la autoridad ni el prestigio para impulsar una agenda demócrata. En 2021, Abdo tenía una desaprobación del 81 % y Piñera del 72 %», puntualizó González.

Empero, Ciberl advierte que estos personajes «siguen teniendo capacidad de influencia porque logran aglutinar una oposición a los procesos progresistas y aglutinar una serie de rechazos en una sociedad que se encuentra muy fragmentada».

En otro punto del tablero, Benjamin Gedan, del Wilson Center de Estados Unidos, dijo a EFE que, a su juicio, la ola progresista no es más que la manifestación de un «voto de castigo contra los oficialismos», por lo que no cree «que exista un rechazo generalizado a la derecha latinoamericana».

Para mostrar su punto, el analista pronosticó que en la próxima elección presidencial de Argentina, que tendrá lugar el próximo octubre, «es muy probable que gane un candidato conservador».

Aunque el experto estadounidense no aportó ningún nombre, en el informe de la agencia española se relata que aunque estaba previsto que Macri participara presencialmente en la reunión de Santiago, tuvo que hacerlo remotamente por un contratiempo relativo con un vuelo y cuando lo hizo, dio por hecho que la derecha volvería a hacerse con el poder en su país, aunque se abstuvo de confirmar su candidatura.

«Prometo que a partir de diciembre volveremos a hablar de proyectos comunes y de integración económica. No tengo ningún tipo de esperanza en el corto plazo, pero sí un gran optimismo en el largo plazo», declaró.

Pese a haber descartado el rechazo generalizado de la derecha en América Latina, Gedan criticó la conformación del grupo en Santiago: «Lo último que esta región necesita es otro grupo ideológico, es el momento de tender puentes. La polarización pone en peligro la gobernabilidad y hace imposible generar los consensos básicos y la estabilidad que garantizan la llegada de inversión», dijo para concluir.

(LaIguana.TV)