El presidente de Colombia, Gustavo Petro, suspendió el acuerdo de cese al fuego con el clan del Golfo, el grupo criminal más grande del país latinoamericano.

A pesar de que uno de los objetivos de su Gobierno es pacificar a Colombia, el mandatario latinoamericano sigue enfrentándose a diversos obstáculos que le impiden alcanzar su Acuerdo de Paz Total.

En sus redes sociales, Gustavo Petro ordenó la reactivación del uso de la Fuerza Pública en contra del clan del Golfo, organización criminal surgida en 2006 y dedicada a las actividades paramilitares y el narcotráfico.

El pasado 12 de marzo, Petro sugirió que el clan de Golfo está detrás del llamado de un paro convocado por mineros informales de la zona colombiana del Bajo Cauca, ubicada al norte del departamento de Antioquia (noroeste).

El paro se inició el 2 de marzo, cuando trabajadores de la minería informal de la zona comenzaron a bloquear carreteras y caminos en el marco de su protesta por lo que consideraban una persecución por parte del Gobierno de Gustavo Petro, luego de que el ministro de Defensa, Iván Velázquez, celebrara la destrucción de dragas utilizadas por la minería ilegal en el marco de una «guerra total contra las finanzas criminales».

Los trabajadores de la minería informal decidieron responder con un paro que, según estimaciones, afectó la movilidad de unas 250.000 personas del norte de Antioquia y el departamento limítrofe de Córdoba.

Este paro ha derivado en desmanes como bloqueos carreteros, quemas de ambulancias y un toque de queda para seis municipios.

«El clan del Golfo es heredero de las estructuras paramilitares del Urabá, por ello fue creado por el mismo Estado, pero cobró autonomía con el narcotráfico y la minería ilegal. Actúa sobornando funcionarios y con el terror sobre la población», escribió el presidente en su cuenta de Twitter el 12 de marzo.

«Estas estructuras son también hijas de un fracaso: el del proceso de paz con los paramilitares», señaló el mandatario colombiano en hilo en la red social. «El Estado no ha sido capaz de ejercer soberanía en las zonas donde organizaciones armadas deciden dejar las armas. El Estado no solo son armas, sino democracia y justicia social», añadió.

En respuesta a un mensaje en el que se denunciaba a jóvenes integrantes del clan del Golfo de la quema de ambulancias y otros desórdenes en esa región de Colombia, Petro señaló que la organización está pagando para hacer daño a la sociedad.

«Estos jóvenes no han recibido estudio y por ello ni saben que se convirtieron en violadores de derechos humanos. No les importa. Recibieron dinero del clan del Golfo para hacer daño y hacer pasar esa violencia como un paro social. Dañan a su propio pueblo y a su familia», señaló el presidente colombiano.

Ese mismo día, tras una visita a la región y un consejo de seguridad extraordinario, Petro anunció en conferencia que se mantendría a la Fuerza Pública en el bajo Cauca antioqueño y que incluso se está pensando ampliar.

Desde el comienzo del Gobierno de Petro, el clan del Golfo —originalmente conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)— había manifestado su intención de participar en las negociaciones de paz y se acordó un cese al fuego en enero de este año. Sin embargo, varios episodios han distanciado a las partes.

(sputniknews)