En la más reciente entrega de su programa Cara a Cara, el periodista Clodovaldo Hernández entrevistó al investigador Steve Regis ‘Kovo’ N’ Sondé, con quien conversó sobre las investigaciones que adelanta sobre la afrodescendencia bajo el enfoque del contacto cultural.

«Kovo», como prefiere ser llamado, es ciudadano franco-congolés y cuenta con un diploma y un doctorado en filosofía de la Universidad de La Sorbona.

A su parecer, «el cimarronaje tuvo una importancia absoluta, esencial» en la preservación de las prácticas culturales heredadas de los esclavizados que fueron traídos del continente africano hacia Venezuela.

En este proceso, apuntó, jugó un papel estelar el cumbe, «un espacio creado para esclavizados que huyeron, cimarrones y cimarrones», donde una vez libres de las condiciones infrahumanas a las que eran sometidos por los esclavizadores, les fue posible reincorporar –no sin reinterpretaciones– las prácticas religiosas y culturales de sus ancestros.

«Es realmente un trabajo hermenéutico de traducir y reinterpretar para reapropiarse de esa cultura y transmitirla a los demás. Por ejemplo, con modificaciones, el culo’e puya, que existe aquí en Venezuela con tres tambores, existe en la costa de Luango con solo dos», ilustró.

Así, bajo su interpretación, el ritual del malembe, que es originario del Congo y pervive con modificaciones de este lado del Atlántico, no habría podido sobrevivir de forma alguna, «porque la historia de la esclavitud es la historia de las resistencias a la esclavitud» y ese fenómeno se observó tanto en África como en América.

Los estudios adelantados por el especialista, le han permitido concluir que si bien «el cimarronaje es un primer paso» para la emancipación, posteriormente se produjo su «institucionalización» y una vez consolidado este proceso, «hay que inspirarse de esa cultura de resistencia y también de esa apertura de espíritu porque hay que reinventar».

«No tiene sentido intentar reproducir una cosa –eso es también romántico– que hasta en África no existe. Inventar, no de manera folclórica, sino hacerlo de manera seria, con rigor, con respeto a las creencias», añadió.

La categoría que organiza todas las reflexiones de N’Sondé es el contacto cultural, que desarrolló a partir de las libertades que otorga la filosofía para proponer nuevos conceptos.

«En el marco de la filosofía de la historia, que es lo que me interesa, intenté proponer un concepto positivo para explicar, analizar y subrayar esa presencia africana de manera positiva, aunque hubo esclavitud, hubo colonización, también invisibilización en África, pero también en Venezuela, América del Sur, el Caribe», abundó.

El contacto cultural, que echa por tierra la noción de aculturación, supone también una «tectónica de los pueblos» que da cuenta de la inevitable imbricación cultural, aun en condiciones de esclavitud o colonización, pues hay suficientes ejemplos de ello.

Para mostrar su punto se refirió a los cimarrones, que a pesar de huir de los esclavizadores, no proscribieron la unión con los pueblos originarios e incluso con blancos europeos «que querían separarse de esa sociedad esclavista».

«Ese es mi concepto, que se puede implementar aquí en Venezuela, en África, en Europa. Intento hacer que el concepto sea universal, es decir, no considerar ninguna idea de pureza. En mi concepto no existe eso», puntualizó.

Para disfrutar de la entrevista completa haga clic en el video adjunto.

(LaIguana.TV)