El presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró este viernes que tanto la crisis económica que padece Venezuela como la migración masiva que se ha registrado durante los últimos años, son consecuencias directas de las sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos.

«Les congelaron sus fondos, no les compraron el petróleo –esa sociedad solo vive del petróleo–. Vivían bien –un caso envidiable para una familia colombiana–, tenían el consumo per cápita de whiskey más alto del mundo, digamos, una manera de vivir sabrosa. Pero con eso del cierre, un día, de la mañana para la noche, el venezolano pasó de vivir bien (…) a no tener un plato de comida», sostuvo el mandatario en una conferencia desde Madrid.

En un detallado análisis, calificó el flujo migratorio como un «éxodo» (en Colombia, dijo, no hay una cifra exacta, pero se estima que asciende entre los dos y los tres millones de personas) que, como dijera el papa Francisco «trae nuevas esclavitudes».

«Lo primero que hay en el éxodo entrando a Colombia es una crisis humanitaria dantesca. Centenares, miles de mujeres llevadas al trabajo sexual, asesinadas por centenares –eso está por investigarse–; los niños llevados a talleres como esclavos, los hombres a la estructura de violencia que ya existía en Colombia y que no existía en Venezuela. Ese es el efecto de las sanciones: millones de personas condenadas a la miseria, al hambre, literalmente«, argumentó.

Petro también descartó que los venezolanos que han abandonado su país en los últimos años, lo hayan hecho por razones políticas, como se insiste en decir en la prensa española.

«Aquí en la prensa dicen ‘la dictadura, el régimen los sacó’. No, los sacó el hambre. Si les preguntan a los pobres: ‘Bueno, ¿usted por qué salió de Venezuela?’. ‘Porque no tengo con qué comer’. No le dicen que ‘es que odio a Maduro’. No, le dicen ‘no tengo con qué comer'», ilustró.

Explicó asimismo que si bien una parte del flujo migratorio procedente de Venezuela se ha quedado en Colombia, otra porción ha optado por emprender el rumbo hacia los Estados Unidos a través del peligroso Tapón del Darién «que ni la guerrilla colombiana utiliza, porque es tan densa la vegetación que no se pasa físicamente a Panamá».

En su decir, «mafias de la cocaína» transformaron el éxodo en un lucrativo negocio que les deja ganancias en el orden de los 30 millones de dólares, pese a que no ofrecen garantía alguna, pues muchos migrantes perecen durante la travesía y muchas mujeres son víctimas de abuso sexual.

El mandatario neogranadino aseguró que no está en su mano resolver las causas que originaron la crisis económica en Venezuela y la migración masiva «porque es una decisión política más global», pero subrayó que estaba haciendo todo cuanto está a su alcance para conseguir al menos un alivio.

«Intentamos una Conferencia en Bogotá y llegaron 20 países, muchos europeos, latinoamericanos y los Estados Unidos. Se estableció una posible solución, que es andar como en un riel, en dos carriles: por un riel, ir levantando sanciones paulatinamente; por el otro, ir adelantando un cronograma electoral con garantías. Esa fue la conclusión de la Conferencia. De ahí a hacerlo, pues ya veremos», refirió al respecto.

En su criterio, esta migración-éxodo derivada de las sanciones tiene un efecto búmeran, pues esa masa humana que tuvo que huir del hambre en un país se desplaza hacia el país que impuso las sanciones.

«Allá los éxodos son como una manifestación de 15.000-20.000 personas que van caminando hasta llegar a la frontera de los Estados Unidos en un mes y en el otro mes, otro y así. Un éxodo. Eso se desató con las sanciones a Venezuela», destacó.

El plan de la OTAN para enfrentar a Colombia y Venezuela

En otra arista del análisis, Gustavo Petro subrayó que «Venezuela y Colombia son prácticamente el mismo pueblo», pues comparten una larga historia común, similitudes culturales y hasta el Libertador Simón Bolívar, por lo que el destino de la una está inevitablemente atado al destino de la otra.

«En el siglo XX hubo una gran corriente migratoria colombiana hacia Venezuela. Cuatro millones de colombianos se fueron para allá y ahora, según algunas cuentas, dos o tres millones de venezolanos entraron a Colombia», puntualizó.

Empero, a su parecer, esa hermandad estuvo a punto de ser quebrantada por aviesos planes trazados desde Washington durante el gobierno de Donald Trump, con los que se pretendía reproducir el conflicto entre la OTAN y Rusia en la escala suramericana.

Petro contó que «el gobierno de Trump, Santos en el gobierno colombiano y Maduro en el otro lado, llegaron a un punto en donde a Trump le dijeron que se podía invadir Venezuela desde Colombia«.

«Le dijeron eso porque Venezuela tenía una alianza militar con los rusos, con Putin. Habían comprado armas, aviones Sukhoi y a nosotros nos querían meter en la OTAN. Nos dieron un puesto en la OTAN, no sé cómo se llama. Y entonces se estaba reproduciendo el conflicto OTAN- Putin entre Colombia y Venezuela, aunque somos hermanos», detalló.

Aliviado señaló que, por fortuna, lo que catalogó como «una catástrofe histórica», no sucedió porque «algún asesor» del entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, «lo asesoró bien y le impidió esa barbaridad», que habría dejado heridas persistentes en dos pueblos hermanos.

Fue en ese contexto donde se produjo el cierre fronterizo y «las relaciones comerciales, obviamente, se fueron al suelo», cuando eran «las más altas», como a menudo sucede entre países vecinos.

«Lo que sí quedó de eso fue el cierre de la frontera, de nuestra más grande frontera y una situación de polarización intensa entre los dos gobiernos que nosotros al llegar quitamos: recuperamos la frontera, la abrimos, hay un paso de un lado al otro, pero Venezuela está bloqueada, sancionada», redondeó.

(LaIguana.TV)