Unos 1.350 efectivos se encargarán de reforzar la seguridad en los municipios tachirenses de San Antonio y Pedro María Ureña como parte del Operativo Frontera de Paz ante la escalada de violencia registrada en el departamento colombiano de Norte de Santander, informó este jueves el gobernador de la entidad, Freddy Bernal.

En comentarios expresados en su cuenta de Instagram, el funcionario precisó que el objetivo de esta operación es «contrarrestar la violencia criminal que pretende extenderse» desde la nación vecina, que se ha traducido en «incidentes aislados» contra comerciantes y empresarios del lado venezolano.

Bernal reconoció que «lamentablemente existe un triángulo de la violencia entre Cúcuta, San Antonio y Ureña«, por lo que las autoridades de los dos países trabajan de manera coordinada para capturar a los responsables de los ataques, que aunque «están en Colombia», eventualmente cruzan la línea hacia Venezuela para cometer ilícitos.

A ese respecto recalcó que se habían expuesto las fotografías de varios presuntos perpetradores solicitados por la justicia neogranadina, en interés de que la población que hace vida en los municipios fronterizos del lado venezolano pueda denunciarlos para que sean capturados.

El anuncio coincidió con la segunda reunión bilateral de los ministros de Defensa Vladimir Padrino López (Venezuela) e Iván Velásquez (Colombia), donde uno de los temas centrales fue la evaluación de los avances de la política común de seguridad que adelantan Caracas y Bogotá tras la reanudación de las relaciones bilaterales en agosto de 2022.

El jefe de gobierno del Táchira sostuvo que en Colombia se han vuelto a estructurar «poderosas bandas criminales» que desde el pasado marzo empezaron «a amenazar a los comerciantes [y] a los industriales» de la zona.

El incidente más reciente tuvo lugar el pasado 7 de mayo, cuando delincuentes lanzaron una granada contra un comercio del municipio Pedro María Ureña. La explosión dejó a ocho personas heridas y daños materiales.

(LaIguana.TV)