Varios países africanos y latinoamericanos se quejaron de que están hartos de las exigencias de Occidente de sumarse a las sanciones contra Rusia a cambio de promesas de que «no serán castigados», afirmó Serguéi Lavrov, ministro ruso de Asuntos Exteriores, en una entrevista con el canal ‘Tsargrad’.

«[Los países occidentales] amenazan directamente y castigan. Pregunté a algunos de mis amigos de África, América Latina, que se quejan de que Occidente simplemente les hartó (…) exigiéndoles que se unan a las sanciones [antirrusas]», declaró el canciller.

A cambio, continuó, les prometen a estos Estados ayuda financiera —que se perderá en caso de que no se unan a las medidas restrictivas— o simplemente «no castigarlos».

«El centro del universo»

Según el ministro, «la afirmación de que Occidente ‘aisló’ a Rusia solo indica una cosa: se considera el centro del universo», y solo esto puede explicar su política actual.

«Los intentos de Occidente de obligar a los países del Sur Global (…) a sumarse a las sanciones antirrusas chocan con el deseo de la inmensa mayoría de los países en desarrollo de construir sus políticas basándose en los intereses nacionales, en las necesidades de su economía, en las tareas de resolver los problemas sociales», añadió.

En este contexto, Lavrov señaló también que la política occidental está fracasando. «Sí, [los países occidentales] apelan a los resultados de la votación de la ONU sobre resoluciones provocadoras, que redactan de manera jesuítica, insertando en ellas el máximo de lenguaje generalmente aceptado, pero en algún lugar entre líneas incrustan pasajes descaradamente antirrusos», resaltó.

Los países del Sur Global, en palabras del canciller, votaron solo para que Occidente les «deje en paz», pero no se sumaron a las sanciones.

«Si tienes razón, no impondrás tu razón a los demás mediante chantajes, amenazas y sanciones directas. Eso ni siquiera lo pensaban quienes están seguros de tener razón. [Pero] Occidente no está seguro de ello», apuntó, agregando que si los Estados occidentales se consideran «grandes demócratas», deberían dejar que otras naciones «decidan por sí mismas».

(Sputnik)