La confesión de Donald Trump acerca de cómo llevó a Venezuela al borde del colapso para apoderarse de sus recursos petroleros es también una delación a sus cómplices venezolanos, y podría constituirse en prueba del delito de traición a la patria.
Las expresiones de Trump no hacen más que ratificar lo que la Revolución lleva años denunciando: todo lo que hace Estados Unidos bajo el subterfugio de la defensa de la democracia y los derechos humanos es, en realidad, parte de una maniobra para el saqueo y el pillaje.
Muchos dirigentes opositores siempre han negado que esas sean las intenciones de cualquier gobierno estadounidense. Y sostienen la versión oficial de Washington de que ellos actúan movidos por el deseo de que Venezuela «sea libre».
Algunos lo hacen por mero lacayismo, pero otros tienen mejores razones: han sido partícipes de las operaciones de la élite estadounidense para saquear las riquezas venezolanas.
Esa participación los hace susceptibles de ser acusados por delitos de traición a la patria, dicho ya sin tinte proselitista ni mediático: lo son en términos estrictamente jurídicos.
El Código Penal, en su Libro Segundo, Título I: De los delitos contra la independencia y la seguridad de la nación, Capítulo I: De la traición a la patria y otros delitos contra esta, expone los supuestos de dichos hechos punibles:
Artículo 128. Cualquiera que, de acuerdo con país o república extranjera, enemigos exteriores, grupos o asociaciones terroristas, paramilitares, insurgentes o subversivos, conspire contra la integridad del territorio de la patria o contra sus instituciones republicanas, o las hostilice por cualquier medio para alguno de estos fines, será castigado con la pena de presidio de veinte a treinta años.
Parágrafo único: Quienes resulten implicados en cualquiera de los supuestos expresados, no tendrán derecho a gozar de los beneficios procesales de ley ni a la aplicación de medidas alternativas del cumplimiento de la pena.
Artículo 129. El que dentro o fuera de Venezuela, sin complicidad con otra Nación, atente por sí solo contra la independencia o la integridad del espacio geográfico de la República, será castigado con la pena de presidio de veinte a veintiséis años.
Con la misma pena será castigado quien solicite, gestione o impetre, en cualquier forma, la intervención de un Gobierno extranjero para derrocar el gobierno venezolano.
Artículo 131. Cualquiera que, dentro o fuera del territorio nacional, y a tiempo que Venezuela se halle amenazada de guerra extranjera, favorezca, facilite o ayude directa o indirectamente, con revueltas intestinas, o por medio de actos de perturbación del orden público, las miras, planes o propósitos de los enemigos extraños y no se aparte de aquellas revueltas, ni se retraiga de dichos actos a la primera intimación de la autoridad pública o por propia o espontánea deliberación, será castigado con presidio de doce a veinticuatro años.
Artículo 132. Cualquiera que, dentro o fuera del territorio nacional, conspire para destruir la forma política republicana que se ha dado la Nación, será castigado con presidio de ocho a dieciséis años.
En la misma pena incurrirá el venezolano que solicitare la intervención extranjera en los asuntos de la política interior de Venezuela, o pidiere su concurso para trastornar la paz de la República o que ante sus funcionarios, o por publicaciones hechas en la prensa extranjera, incitare a la guerra civil en la República o difamare a su Presidente o ultrajare al representante diplomático o a los funcionarios consulares de Venezuela, por razón de sus funciones, en el país donde se cometiere el hecho.
Artículo 133. Cualquiera que de la manera expresada en el artículo 128 estorbe o impida, enerve o disminuya la acción del Gobierno Nacional o de los Estados para la defensa nacional, sin atender ni respetar las intimaciones de la autoridad pública, será castigado con presidio de cinco a diez años.
¿Alguno de los comportamientos señalados en estos artículos pueden ser atribuidos a los cómplices venezolanos de la estrategia que ha confesado Trump, de hacer colapsar al país para apoderarse de sus recursos? Es una pregunta sobre la que vale la pena reflexionar y debatir.
(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)