El expresidente Jair Bolsonaro se juega su futuro político a partir de este martes, cuando los siete jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil empiecen a votar en un juicio que podría terminar en su inhabilitación para los comicios de 2026 y 2030.

El juicio arrancó el pasado jueves, con las intervenciones del relator del caso, el demandante, la defensa del exmandatario y la Fiscalía electoral, que ya se manifestó a favor de la inhabilitación del expresidente. Y ahora los jueces deben emitir el voto a partir de las 19H00 de Brasilia, en una jornada que se prevé tensa.

El proceso se inició con la demanda interpuesta por el centroizquierdista Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués) después de que, en julio de 2022, tres meses antes de los comicios presidenciales, Bolsonaro expusiera en una reunión con 40 embajadores, transmitida por los medios oficiales, su infundada teoría contra la fiabilidad de las urnas electrónicas.

Esa teoría, que Bolsonaro repitió en múltiples ocasiones durante años, habría motivado a que sus partidarios radicales clamaran fraude en las elecciones y que, pocos días después de la investidura de Lula, invadieran y destrozaran las sedes de los tres poderes en Brasilia.

«Abuso de poder»

Por estos hechos, el exmandatario también está siendo procesado en la máxima corte. En concreto, lo acusan de «abuso de poder y uso indebido de medios de comunicación». Según la Fiscalía, la reunión con embajadores «fue deformado en instrumento de maniobra electoral».

La ley electoral considera que el abuso de poder político se produce cuando el imputado se aprovecha de su cargo y utiliza los bienes públicos con el fin de influir en el elector.

Si es inhabilitado, Bolsonaro, de 68 años, no podrá participar en unos comicios durante ocho años, un período que cuenta a partir de las elecciones de 2022.

Se trata de una de las 16 denuncias que el exmandatario tiene abiertas ante la justicia electoral. Pero muchos en Brasil dan por hecho que el caso que se retoma este martes es el que le puede hacer más daño y termine probablemente en su inhabilitación política.

Precandidato a 2026

Tras un acto de su formación, el Partido Liberal, el lunes en la Asamblea Legislativa de Sao Paulo, Bolsonaro habló sobre el juicio: «¿Es justo revocar los derechos políticos de alguien por reunirse con embajadores? No es justo hablar de atacar a la democracia», aseveró.

Y continuó: «No podemos aceptar pasivamente en Brasil que posibles críticas o sugerencias para mejorar el sistema electoral sean vistas como un ataque a la democracia».

Bolsonaro también esgrimió su experiencia para justificar su idea a las elecciones de 2026, si es que no es inhabilitado. «No hay nadie insustituible. Hablé de eso ahora con los parlamentarios. Lo que ocurre aquí es que hay gente más competente que yo, pero ellos no tienen el conocimiento nacional que yo tengo. Yo conseguí, gracias a dios, un considerable carisma de la población».

En una entrevista con el diario Folha de S.Paulo, el exmandatario aseguró que, aunque resulte inhabilitado, seguirá vinculado a la política. E incluso no descartó que entre sus eventuales sucesores estén su esposa Michelle y el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, un bolsonarista moderado que fue ministro de Infraestructura durante su gobierno.

Tampoco descartó ir a vivir a otro país en caso de derrota.

Es probable que el juicio se extienda durante por lo menos tres sesiones. También existe la posibilidad de que uno de los jueces pida más tiempo para analizar el caso y que quede interrumpido indefinidamente.

Habrá que ver cómo reaccionarán sus seguidores si Bolsonaro es inhabilitado. El jueves pasado, al inicio del juicio, las autoridades extremaron las medidas de seguridad en la sede del TSE, pero la jornada se desarrolló sin incidentes, casi sin movilización bolsonarista.

(RT)