Un funcionario de la Embajada de Estados Unidos en Japón, citado por la revista Nikkei Asia, comunicó este miércoles que el embajador Rahm Emanuel viajará el próximo jueves a la ciudad de Soma, en la prefectura de Fukushima, en un intento de mostrar su apoyo a la medida de Tokio de verter al océano Pacífico el agua procedente de la planta nuclear de Fukushima Daiichi.

Este jueves, las autoridades japonesas comenzaron el proceso para liberar al mar alrededor de un millón de toneladas de aguas residuales contaminadas, que fueron almacenadas en 1.000 tanques de acero en las instalaciones de la central nuclear de Fukushima.

El diplomático estadounidense aseguró en una entrevista con la agencia Kyodo que durante su vista se reunirá con pescadores y otros residentes de la ciudad, así como con funcionarios locales. Asimismo, comentó que la intención de su viaje es para demostrar «físicamente su apoyo y […] confianza en el proceso que Japón ha seguido metódicamente».

Por otro lado, Emanuel indicó que el itinerario de su visita incluye reunirse con el alcalde de Soma, visitar un mercado de mariscos y comer pescado capturado en la zona en un restaurante. Además, reiteró que esta acción «mostraría no solo solidaridad, sino también la seguridad» del plan del Gobierno japonés de descargar el agua radiactiva.

El alto funcionario insistió en que Japón estaba «siguiendo el camino correcto» y que la investigación sobre el impacto del vertido había sido «totalmente transparente, con base científica y reconocida internacionalmente». Por último, subrayó que espera que Tokio colabore con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para monitorear el impacto de la liberación del agua contaminada.

La Administración General de Aduanas de China anunció este jueves la suspensión de las importaciones de todos los productos marinos provenientes de Japón, con el objetivo de prevenir los riesgos de contaminación radiactiva por la descarga de las aguas residuales nucleares, así como garantizar la seguridad alimentaria de los productos importados y la salud de los consumidores chinos.

También el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China manifestó que intensificaría la monitorización de la radiación en las regiones marítimas del país, además de mantenerse alerta ante cualquier efecto causado por el vertido.

La planta de Fukushima Daiichi se destruyó en marzo del 2011, después de que un enorme terremoto de magnitud 9,0 frente a la costa japonesa generara un poderoso tsunami que provocó la fusión de tres de sus reactores.

(RT)