Emmanuel Macron mantiene su envite contra la junta golpista de Níger. El presidente francés convocó el lunes una conferencia de embajadores en el Elíseo, la primera del curso, en la que garantizó la continuidad de su representante diplomático en Niamey, Sylvain Itté. El autodenominado Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP, por sus siglas) había dado un ultimátum de 48 horas a París para que efectuara la retirada de su embajador. Pero Macron, que sigue sin reconocer la autoridad de los uniformados, no dio su brazo a torcer ante las «presiones» de los golpistas.

«Si Francia no hubiera intervenido, si nuestros soldados no hubieran caído en el campo del honor en África, si Serval y luego Barkhane no se hubieran decidido, hoy no estaríamos hablando de Malí, Burkina Faso o Níger», subrayó Macron en referencia a las operaciones antiterroristas lideradas por Francia en el Sahel, una región asediada desde hace más de una década por el avance de los grupos yihadistas. «Estos Estados ya no existirían dentro de sus límites territoriales».

En su discurso, Macron elogió la labor de Itté y reafirmó su continuidad en Niamey, que había estado en entredicho tras el pronunciamiento de la junta. «Francia y sus diplomáticos se han enfrentado en los últimos meses a situaciones particularmente difíciles en ciertos países, ya sea en Sudán, donde Francia ha sido ejemplar, o en Níger en este mismo momento, y saludo a su colega y a sus colegas que escuchan desde sus puestos», presumió. «Debemos ser claros y coherentes. ¿En qué capital africana vamos a ser creíbles si dejamos de apoyar a un socio?».

El inquilino del Elíseo volvió a exigir la vuelta al orden constitucional en el país saheliano y la restitución del presidente reconocido por la comunidad internacional Mohamed Bazoum, que permanece todavía bajo custodia militar en el palacio presidencial de Niamey. «Nuestra política es simple: apoyamos a un presidente que no ha dimitido», subrayó. Para Macron, Bazoum es «un hombre íntegro, elegido democráticamente, valiente. Porque no dimite, a riesgo de su vida».

Macron insistió en que apoyaría «la acción diplomática, y cuando así lo decida, la militar de la CEDEAO», en línea con lo expresado por su ministra de Exteriores, Catherine Colonna, unos días después del golpe. Y cargó contra la postura de Estados Unidos y otros aliados occidentales, que defienden una salida negociada a la crisis: «Desde Washington a otras capitales europeas, he oído voces, he escuchado periódicos (…) que nos decían “no hagáis demasiado, se está volviendo peligroso”».

Los golpistas nigerinos, comandados por el general Omar Tchiani —quien recibió parte de su formación militar precisamente en Francia—, derrocaron el pasado 26 de junio a Mohamed Bazoum. El presidente, salido de las urnas en los comicios de 2021, era un estrecho aliado de París y otras cancillerías occidentales en la lucha contra el terrorismo yihadista en el Sahel. Pero después de la asonada, los uniformados nigerinos siguieron la senda de las juntas militares de Malí y Burkina Faso y colocaron a Francia, la antigua potencia colonial, en la diana.

(larazon.es)